“CUANDO LA LITERATURA ES ESPECTÁCULO”
El propósito de estas reuniones no es vender libros, sino propiciar el encuentro de los escritores con los lectores.
Por: Susana Reinoso
Por: Susana Reinoso
LA NACION
Son la nueva estrella de la sociedad del espectáculo que necesita ver, en vivo y en directo, a los escritores que lee, del mismo modo que anhela hacerlo con los músicos que escucha y los actores que acuden a la promoción de sus películas. Se trata de los festivales literarios que se expanden por toda la geografía del globo.
El calendario internacional comienza mañana en Colombia, donde este año coincidirán dos de los más representativos: el Hay Festival de Cartagena de Indias y el Carnaval de las Artes de Barranquilla, así llamado porque su Carnaval es una obra maestra del patrimonio cultural intangible, declarada por la Unesco.
En marzo tendrá lugar otro encuentro literario en Cinque Terre, una de las regiones más bellas de Italia, y su organizador es -a no sorprenderse- el artista plástico argentino Silvio Benedetto. En mayo hará su debut en las grandes ligas el Festival de la Palabra, de Puerto Rico. Y el calendario se abre en nuevas propuestas: Granada, Hay on Wye (Gales), Para Ti (Brasil), Toronto, Berlín, Beirut... y sigue la lista.
A diferencia de las ferias de libros, cada vez más profesionalizadas, en las que la producción editorial ocupa un lugar preponderante y los escritores firman sus obras, porque el propósito es vender ejemplares, en los festivales el foco de atención está puesto en los autores.
¿Por qué los escritores, incluso los consagrados, aceptan concurrir a estos festivales? Los autores consultados por LA NACION responden con matices en broma, en sintonía con el clima distendido que se respira en estos encuentros.
Voces, letras y palabras
Martín Caparrós dice, en broma, que acepta las invitaciones a festivales "para juntar millas" y agrega que lo pasa muy bien. "Y eso es más importante que vender libros. En tres o cuatro días que dura un festival, te encontrás con gente interesante, que tenés ganas de ver, que te trata bien, y además conocés lugares y comés rico, que es una instancia superior del turismo."
Subraya el autor de A quien corresponda que los festivales "produjeron un cambio radical. Antes los escritores se reunían en congresos cerrados. Ahora, se convierten en espectáculo. Se presentan con la lógica del espectáculo, por lo que se requiere una habilidad que no es literaria, sino teatral. Se vende al autor y no a su obra".
Para Ariel Magnus, ganador del Premio La otra orilla de Norma con Un chino en bicicleta, "el festival tiene algo menos comercial, que lo hace más agradable y menos tensionante. En una feria del libro, tenés un espacio parecido al que se les da a los partidos políticos antes de las elecciones. En cambio, en un festival tenés la excusa de airearte un poco y actuar de escritor, que es distinto a cuando te encerrás a escribir".
Elsa Osorio, autora de A veinte años, Luz y una habitué de festivales europeos, dice que "sirven no sólo para encontrarse con los lectores, sino también con otros escritores, con animadores culturales y especialistas en literatura". Y agrega: "Si una feria del libro es interesante para los profesionales de la edición, la invitación a un festival literario es importante por el lugar que la propia obra toma en un contexto más amplio".
Para Federico Jeanmaire, autor de Más liviano que el aire, lo interesante de los festivales "es el conocimiento y la relación que se puede establecer con escritores de otros países. Además, el encuentro con los lectores es fantástico, casi irreal. El que te lee aporta el peso de su lectura a tu libro y eso es encantador".
¿Cuánto cuesta un festival literario? Entre US$ 400.000 y 2.000.000, según el festival de que se trate. En el primer caso se halla el Carnaval de las Artes. En el segundo, el Hay Festival.
Desde Colombia, Heriberto Fiorillo, director del Carnaval de las Artes, que este año realiza su cuarta entrega, dice a LA NACION: "Nuestro propósito es que los escritores y los artistas nos revelen sus procesos de creación e invitamos a los jóvenes para que conozcan por dentro la literatura, el periodismo, la magia. El contacto con el público se da en espacios que funcionan como pequeños talleres. La obra es más importante que el artista o el escritor".
Desde Madrid, la directora de Proyecto y organizadora de las ediciones de Granada y de Segovia del Hay Festival, la argentina Sheila Cremaschi, define los encuentros: "Cada festival es un animal único, con su propia vida y hasta la identidad de los lugares modifica nuestras concepciones. Destaco como saliente la proximidad que tienen los escritores con sus lectores durante los cuatro días que dura el festival. Es un momento renacentista en el que conviven artistas, escritores y músicos en un mismo espacio".
El lugar, lleno de literatura
Desde Italia, Silvio Benedetto señala: "Estos encuentros artísticos en la Liguria [Cinque Terre] surgen como un punto de encuentro entre el pasado, por el papel que el puerto de Génova tuvo en la migración de los que se hicieron a la mar, y el presente, en el diálogo con otras poblaciones. El intercambio de los escritores y de los artistas se da con los pobladores locales".
Lo intransferible de un festival literario, coinciden los consultados, es esa magia que se produce en una pequeña ciudad cuando es "tomada" por la literatura. Y de pronto, un lector desprevenido se sienta en un café al lado de Martin Amis, o se cruza con Gabo García Márquez y su hermano Jaime volviendo de una cena en la histórica Cartagena de Indias. Sólo por placer de verlos andar, como mortales, ya vale la pena.
Los que se vienen
* Carnaval de las Artes: desde mañana hasta el 31. Con Laura Restrepo, Sergio Ramírez, Efraim Medina Reyes, entre otros.
* Hay Festival de Cartagena: Desde mañana hasta el 31. Irán Mario Vargas Llosa, Jon Lee Anderson y Zoe Valdez, entre otros.
* Festival de la Palabra: en Puerto Rico, en mayo. Con Elsa Osorio, Mempo Giardinelli y otros.
* Filba: La realización del festival literario de Buenos Aires no está confirmada.
26/01/2010
Fuente:
Diario “La Nación”
Son la nueva estrella de la sociedad del espectáculo que necesita ver, en vivo y en directo, a los escritores que lee, del mismo modo que anhela hacerlo con los músicos que escucha y los actores que acuden a la promoción de sus películas. Se trata de los festivales literarios que se expanden por toda la geografía del globo.
El calendario internacional comienza mañana en Colombia, donde este año coincidirán dos de los más representativos: el Hay Festival de Cartagena de Indias y el Carnaval de las Artes de Barranquilla, así llamado porque su Carnaval es una obra maestra del patrimonio cultural intangible, declarada por la Unesco.
En marzo tendrá lugar otro encuentro literario en Cinque Terre, una de las regiones más bellas de Italia, y su organizador es -a no sorprenderse- el artista plástico argentino Silvio Benedetto. En mayo hará su debut en las grandes ligas el Festival de la Palabra, de Puerto Rico. Y el calendario se abre en nuevas propuestas: Granada, Hay on Wye (Gales), Para Ti (Brasil), Toronto, Berlín, Beirut... y sigue la lista.
A diferencia de las ferias de libros, cada vez más profesionalizadas, en las que la producción editorial ocupa un lugar preponderante y los escritores firman sus obras, porque el propósito es vender ejemplares, en los festivales el foco de atención está puesto en los autores.
¿Por qué los escritores, incluso los consagrados, aceptan concurrir a estos festivales? Los autores consultados por LA NACION responden con matices en broma, en sintonía con el clima distendido que se respira en estos encuentros.
Voces, letras y palabras
Martín Caparrós dice, en broma, que acepta las invitaciones a festivales "para juntar millas" y agrega que lo pasa muy bien. "Y eso es más importante que vender libros. En tres o cuatro días que dura un festival, te encontrás con gente interesante, que tenés ganas de ver, que te trata bien, y además conocés lugares y comés rico, que es una instancia superior del turismo."
Subraya el autor de A quien corresponda que los festivales "produjeron un cambio radical. Antes los escritores se reunían en congresos cerrados. Ahora, se convierten en espectáculo. Se presentan con la lógica del espectáculo, por lo que se requiere una habilidad que no es literaria, sino teatral. Se vende al autor y no a su obra".
Para Ariel Magnus, ganador del Premio La otra orilla de Norma con Un chino en bicicleta, "el festival tiene algo menos comercial, que lo hace más agradable y menos tensionante. En una feria del libro, tenés un espacio parecido al que se les da a los partidos políticos antes de las elecciones. En cambio, en un festival tenés la excusa de airearte un poco y actuar de escritor, que es distinto a cuando te encerrás a escribir".
Elsa Osorio, autora de A veinte años, Luz y una habitué de festivales europeos, dice que "sirven no sólo para encontrarse con los lectores, sino también con otros escritores, con animadores culturales y especialistas en literatura". Y agrega: "Si una feria del libro es interesante para los profesionales de la edición, la invitación a un festival literario es importante por el lugar que la propia obra toma en un contexto más amplio".
Para Federico Jeanmaire, autor de Más liviano que el aire, lo interesante de los festivales "es el conocimiento y la relación que se puede establecer con escritores de otros países. Además, el encuentro con los lectores es fantástico, casi irreal. El que te lee aporta el peso de su lectura a tu libro y eso es encantador".
¿Cuánto cuesta un festival literario? Entre US$ 400.000 y 2.000.000, según el festival de que se trate. En el primer caso se halla el Carnaval de las Artes. En el segundo, el Hay Festival.
Desde Colombia, Heriberto Fiorillo, director del Carnaval de las Artes, que este año realiza su cuarta entrega, dice a LA NACION: "Nuestro propósito es que los escritores y los artistas nos revelen sus procesos de creación e invitamos a los jóvenes para que conozcan por dentro la literatura, el periodismo, la magia. El contacto con el público se da en espacios que funcionan como pequeños talleres. La obra es más importante que el artista o el escritor".
Desde Madrid, la directora de Proyecto y organizadora de las ediciones de Granada y de Segovia del Hay Festival, la argentina Sheila Cremaschi, define los encuentros: "Cada festival es un animal único, con su propia vida y hasta la identidad de los lugares modifica nuestras concepciones. Destaco como saliente la proximidad que tienen los escritores con sus lectores durante los cuatro días que dura el festival. Es un momento renacentista en el que conviven artistas, escritores y músicos en un mismo espacio".
El lugar, lleno de literatura
Desde Italia, Silvio Benedetto señala: "Estos encuentros artísticos en la Liguria [Cinque Terre] surgen como un punto de encuentro entre el pasado, por el papel que el puerto de Génova tuvo en la migración de los que se hicieron a la mar, y el presente, en el diálogo con otras poblaciones. El intercambio de los escritores y de los artistas se da con los pobladores locales".
Lo intransferible de un festival literario, coinciden los consultados, es esa magia que se produce en una pequeña ciudad cuando es "tomada" por la literatura. Y de pronto, un lector desprevenido se sienta en un café al lado de Martin Amis, o se cruza con Gabo García Márquez y su hermano Jaime volviendo de una cena en la histórica Cartagena de Indias. Sólo por placer de verlos andar, como mortales, ya vale la pena.
Los que se vienen
* Carnaval de las Artes: desde mañana hasta el 31. Con Laura Restrepo, Sergio Ramírez, Efraim Medina Reyes, entre otros.
* Hay Festival de Cartagena: Desde mañana hasta el 31. Irán Mario Vargas Llosa, Jon Lee Anderson y Zoe Valdez, entre otros.
* Festival de la Palabra: en Puerto Rico, en mayo. Con Elsa Osorio, Mempo Giardinelli y otros.
* Filba: La realización del festival literario de Buenos Aires no está confirmada.
26/01/2010
Fuente:
Diario “La Nación”
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