miércoles, 25 de septiembre de 2013

“CUADRO EN MOVIMIENTO Y OTROS POEMAS” POR MIGUEL ILDEFONSO.




“CUADRO EN MOVIMIENTO Y OTROS POEMAS DE RAFAEL MIRANDA

Por: Miguel Ildefonso

Rafael Miranda (Lima, 1962) es narrador, poeta y abogado. En 2002 publicó un conjunto de cinco relatos titulado El encanto de Rita H. (Hipocampo Editores), en donde nos cuenta historias que develan el oscuro discurrir del tiempo bajo el prisma del amor y la cotidianeidad. Relatos fantásticos y existencialistas, en donde no sabemos si estamos al lado de Rita Hayworth o de Margarita Carmen Cansino. El protagonista, sin embargo, es Toto, y el ámbito es entre Lima y San Juan de Miraflores. El narrador penetra en las formas desesperadas de sus protagonistas por salir de una realidad absurda y aplastante; aunque, luego, veamos que la salida es solo una ilusión, un espejo de realidad en donde no caben más sueños. La burocracia, por ejemplo, está simbolizada en una silla. Y, finalmente, volvemos al origen del hombre, al inicio de toda esta supuesta evolución.

En el presente libro de poemas, Cuadro en movimiento y otros poemas (Luz de Agosto Editores, 2013), nos inmersa el autor en los vericuetos del amor y el erotismo, pero más que ser poemas líricos que solo cantan o celebran los escarceos del cuerpo, nos transportan a una ciudad y un tiempo convulsionados; algo semejante a su libro de relatos, pero en poesía, en poesía intensa, mejor dicho, y no exenta de ironía y compromiso social. Para ello, para fusionar el deseo íntimo del eros, con el pálpito social del thanatos, el poeta se vale de la tecnología y su imaginario. Es allí que reincorpora lo que las Vanguardias hicieron cuando la poesía se salía del Romanticismo puro. Es lo que nos dice el poeta Domingo de Ramos en el prólogo: “En sus textos se plantea la relación de música (rock en este caso), la pintura, la escritura y la tecnología. Las palabras son el hilo conductor que nos va a señalar a palpar estos objetos del dicente que va expresando su malestar y sus grandes goces de la vida en cada una de sus páginas.” Leamos este poema:

Dentro de Bob Marley

Mientras viajo en bus por la ciudad del cristal
Estoy en las canciones de Bob Marley
Escribiendo en las hojas de su música.

Un cuento de una mujer de plata

Ella es el color de mi cuerpo

Un cuerpo de versos.

Cuando la conocí, sus ojos eran dos naves
Que viajaban ´por el tiempo.

Una noche me invitó a pasear en su habitación de metáforas
me decía poesía de luna

Yo le cantaba en sus nalgas los ritmos
de Fellini,
quedé colgado en el televisor de sus ojos

Dentro de su cuarto se perdió su cuerpo,
No la hallaba
Me pidió prestado el mío.
Yo desabroché mi piel para entregarle mi carne

Mujer de carne / cabeza de flores

Hasta que salió a buscarme en mis sueños

Me encontró desnudo construido de palabras

Hicimos el amor

Desde entonces,
vive en mí.

A no ser que Bob nos despierte con un beso,
pero,
allá afuera no me gusta la realidad
más dulce es vivir dentro de mi cuento

Apaga el cassette, mi querido Bob.


sábado, 7 de septiembre de 2013

SOBRE LA MUESTRA POÉTICA “EL CLUB DE LA SERPIENTE”. REFLEXIONES SOBRE LA GENERACIÓN DEL 2000 POR JOSÉ MARÍA ZÁRATE.




“SOBRE LA MUESTRA POÉTICA EL CLUB DE LA SERPIENTE”

Reflexiones sobre la generación del 2000

Por: José María Zarate
Crítico de arte, ensayista y poeta.

“Pero cuando el poeta lírico es un verdadero
poeta, su obra es el espejo del corazón humano
en general”.
Arthur Schopenhauer.

Empezaré comentando la poesía de Raúl Solís, en razón que, por lo general, a él se lo suele considerar el líder del grupo poético Club de la Serpiente. Pues bien, para Solís, la poesía fue sinónimo de radicalidad y furia (digo que fue, porque en la actualidad su visión de la poesía ha cambiado. Ello debido a su reencuentro con el equilibrio de la mística católica). Prueba de ello es su negro texto Leyendo un magazine sobre los Sex Pistols. Aquel poema, sin duda alguna, es un vivo exponente del más furioso decadentismo poético. De ese modo, su texto es un canto lúgubre, o mejor dicho, es una denuncia contra la corrupción de los tiempos actuales. Leyendo un magazine…, es una protesta, un ataque (en masa) a la involución de la modernidad y postmodernidad. Este texto, a juicio de Solís, representa –o describe-, lo más bajo y podrido de la sociedad materialista y/o burguesa del siglo XX y XXI. De ahí que plasme imágenes de censura que golpean –o patean-, al mundo capitalista (encarnado aquí en la sociedad estadounidense y británica). Solís es juzgador y verdugo, es un censor implacable de una realidad delincuencial, pervertida y nauseabunda que va cayéndose a pedazos. Es un censor de la degeneración y la estupidez, del absurdo y lo grotesco, ya que retrata un tiempo caótico e imbécil. De esa manera, Solís, con su poema, sigue la tradición de aquella poesía denunciante –y extrema-, ya inaugurada por los antiguos vates griegos. En efecto: recordemos que Baquílides critico en sus días el materialismo –y la pérdida de valores-, de su sociedad con estas palabras: “Conozco también el gran poder de la riqueza, que incluso al inepto hace apto”. Y que Alceo, por su parte, afirmo apesadumbrado: “… pues así dicen que Aristodamo pronuncio una vez en Esparta una frase no sin sentido: el dinero es el hombre y ningún pobre es ni noble ni honrado”. Y que Anacreonte, por su lado, se lamento de esta manera: “No se piensa más que en el oro. ¡Maldito sea el inventor del oro! Y que incluso Aristófanes en su comedia Pluto, por boca de Carion declara con sarcasmo: “Seguramente, es Pluto el principio de todo… (quizás no sea ocioso recordar que Pluto era el dios heleno de la riqueza y/o dinero)”. Ahora bien, con el tiempo la poesía se volverá más mordaz, excesiva y contestataria. Así, en Roma surgirán personajes como Catulo, Ovidio, Arriano, Juvenal y Persio.

Ahora bien: ciñéndonos ya a la modernidad, diremos que Leyendo un magazine… continua la tradición radical –o decadente-, de la poesía moderna, la cual está representada en trabajos como La flores del mal (Baudelaire), Una temporada en el infierno (Rimbaud), Los cantos de Maldoror (Lautreamont), Poeta en Nueva York (García Lorca), Tierra Baldía (T.S. Eliot), Residencia en la Tierra y Tercera residencia (Pablo Neruda). Lo repito: su poema denunciante se enmarca en esta tradición.

Por lo expuesto, se hace evidente que Solís es el más trágico, brutal y contestatario de los autores que publicaron en el libro aquí comentado, y su poema Leyendo un magazine…, es prueba convincente de ello.

El poeta Henry Miranda, en este trabajo se muestra básicamente como un creador romántico. Por eso leemos que le expresa a su musa: “Respirando frenéticamente, a dúo, / nos miraremos con ojos de fuego, / nos abrazaremos sin detenimiento apretados/ apretados nos incendiaremos y nuestras cenizas…/ quedaran entremezcladas”. Su poética, en esencia, se nutre de la añoranza, la tristeza, la pasión, la esperanza y la desesperanza. El autor entreteje metáforas intensas y dolientes, tales como: “Te desnudo pensando en la catarata/ En mis ojos nace el puro dolor/ Creces para mi entre las sabanas/Caigo por la sed donde me duelo”. Y en otro lugar manifiesta con el mismo espíritu: “Hoy encontrare el infierno/ En ti, en nosotros, en el amor”. Miranda es un bardo competente y directo. Conoce muy bien su oficio. Quienes conocen su obra saben que el cuenta con muchos recursos poéticos. Sus imágenes pueden ser verdaderos rayos de luz. Además, vale la pena resaltar que el autor sigue la vital tradición de los trovadores de la mujer (esto es, del amor).  Así, en una publicación posterior dio a conocer un texto titulado Una guitarra eléctrica naciendo del pecho de una mujer, en donde le canta a su amada: “Construiré un espejo con animales luminosos/ Para que peines tu cabellera”. Versificar a las féminas es uno de los temas predilectos de Miranda. Y está muy bien que así sea.

El vate Frank Turlis, en la presente Muestra poética, explora un espacio-tiempo-sombrío. Su primer poema empieza de este modo: “Un poema roto/ Una noche oscura…”. Luego, en su segundo texto, significativamente llamado Sin redención, el poeta expresa entre otras cosas: “Nostalgia que ahoga la alborada/ Marioneta barata del cielo lúgubre…/ Las hojas secas caen lentamente en mi cama/ Pie lisiado que se oculta”. El titulo del poema habla por si mismo. Ahora bien, salta a la vista que la poesía de Turlis está influenciada por diversas imágenes de la cultura oriental. Tal vez el intenta descubrir las claves de la sabiduría del complejo hinduismo (que en su poesía encarnan a los libros de Prabhupada). Los versos de Frank Turlis buscan ser reflexivos: es decir, pretenden alejarse de lo cotidiano e intrascendente. Sus versos son interrogantes metafísicos. Por eso, el poeta declara en un lugar: “El silencio se apoderaba de todo al caminar por esa/ gran avenida… Ahora estoy en un vagón mirando ese horizonte aplastado por el/ tiempo…”. ¿Acaso el autor pretende desentrañar a esa categoría metafísica llamada angustia? Por último, diremos que Turlis, al parecer desea construir una suerte de haiku en su Bendición solar. Primera versión (el haiku, como es sabido por todos, ha sido estudiado entre nosotros  -los latinoamericanos-, por Octavio Paz. Véase sus trabajos Tres momentos de la literatura japonesa, Estela de Juan José Tablada y La tradición del haiku). Eso no debería de sorprendernos, en vista a la admiración que tiene el poeta por la cultura de Oriente.

Ahora bien, esta Muestra Poética es un esfuerzo por mantener en vigencia la poesía peruana. Y es que esfuerzo es sinónimo de vigencia. En tal sentido, debemos de seguir peleando. No debemos desmayar en nuestros esfuerzos por crear el poema total, la canción absoluta, el poema infinito. José Ortega y Gasset en su La rebelión de las masas (Parte I, cap. I9, sentencio: “el hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás…” Esforcémonos, entonces, por ser cada vez mejores. En fin… La poesía –y la generación del 2000-, no pueden detenerse.

Finalmente, acabaré esta breve crítica recomendando la lectura de este libro.


Lima, Septiembre del 2013.