sábado, 30 de abril de 2011

“MURIÓ ERNESTO SÁBATO PERO SUS FRASES QUEDARÁN PARA LA ETERNIDAD”.

Ernesto Sábato: (Reuters).

“MURIÓ ERNESTO SÁBATO PERO SUS FRASES QUEDARÁN PARA LA ETERNIDAD

El genial escritor argentino falleció a los 99 años, tras ser internado por bronquitis.

Buenos Aires (EFE). El escritor argentino Ernesto Sábato, fallecido hoy a los 99 años, pronunció durante su vida numerosas frases que dan cuenta de sus reflexiones ante la evolución del mundo, la vejez y la globalización, entre otras temáticas.

“Siempre tuve miedo al futuro, porque en el futuro, entre otras cosas, está la muerte”. (Diálogos con Jorge Luis Borges)

“Ser original es en cierto modo estar poniendo de manifiesto la mediocridad de los demás”.

“Las modas son legítimas en las cosas menores, como el vestido. En el pensamiento y en el arte son abominables”.

“El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria. Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse”.

“A cada hora el poder del mundo se concentra y se globaliza. La masificación ha hecho estragos, ya es difícil encontrar originalidad en las personas y un idéntico proceso se cumple en los pueblos, es la llamada globalización”.

“Qué se puede hacer en ochenta años? Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena”. (Uno y el universo).

“Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar”. (Uno y el universo).

“Se discute si Dalí es auténtico o farsante. Pero tiene algún sentido decir que alguien se ha pasado la vida haciendo una farsa?”.

“Por qué no suponer, al revés, que esa continua farsa es autenticidad? Cualquier expresión es, en definitiva, un género de sinceridad”. (Uno y el universo).

“El presente engendra el pasado”. (Uno y el universo).

“El oficio -en el arte-, consiste en que no se lo advierta”. (Uno y el universo).

“O será uno de esos seres solitarios y a la vez temerosos que sólo resisten la soledad con la ayuda de ese gran enemigo de los fantasmas, reales o imaginarios, que es la luz?” (Sobre héroes y tumbas).

“Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano”. (Antes del fin).

“Todo hace pensar que la Tierra va en camino de transformarse en un desierto superpoblado … Este paisaje fúnebre y desafortunado es obra de esa clase de gente que se habrá reído de los pobres diablos que desde hace tantos años lo veníamos advirtiendo, aduciendo que eran fábulas típicas de escritores, de poetas fantasiosos”. (Antes del fin).

“Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa”. (Ensayo La Resistencia).

30/04/2011

Fuente:


“C. E. ZAVALETA O EL VIAJE AL REINO DE LA LETRA MEMORABLE” POR ROGER E. ANTÓN FABIÁN.

Carlos Eduardo Zavaleta y Róger Antón.

“C. E. ZAVALETA O EL VIAJE AL REINO DE LA LETRA MEMORABLE”

Por: Róger E. Antón Fabián

CUANDO MUERE UN ESCRITOR genuino, para quienes el cariño y la entrega al oficio literario se llevan en la entraña, sobre todo si se trata de un escritor de raza, sentimos como si fatalmente una parte nuestra se fuera con él. Es el terrible desenlace por el que algún remoto o cercano día tendremos que pasar a carta cabal, el sueño truncado de manera inexorable, sobre todo ese de anhelar escribir una obra que nos sobreviva. Carlos Eduardo Zavaleta ha muerto la mañana en que yo dictaba una clase de literatura y el mundo giraba tal cual, parece que seguirá tal; pero para mí es como si se hubiera detenido en un instante para ya adquirir otro tenor, quizá para siempre.

Podría decir que nos unía el hecho de ser oriundos casi de la misma tierra, ambos naturales de Ancash, que pasó su infancia en mi pueblo natal, en Chimbote, frente al mar, a tres casas de donde muchos años después yo tendría mi primera novia, que fue un escritor de la Generación del 50, un estudioso entusiasta de William Faulkner y James Joyce, que era el maestro que todo aspirante a escriba sanmarquino escuchaba con respeto y casi temor, que inspiraba sumisión literaria acaso por su sabiduría y talento narrativo, que había sido maestro universitario de Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique, –a quien manifestaba le puso libros de Ernest Hemingway en la mano y lo asesoró para que iniciara su carrera con su tesis universitaria y su primer libro de cuentos–, el escritor que como Ernesto Sábato abandonó una carrera de ciencias para adentrarse en el terreno literario, el temprano enamorado de Olga en Caraz, el alumno, egresado, bachiller, doctor, profesor sanmarquino, el traductor de T. S. Eliot, Pound y Joyce, el viajero incansable, el diplomático o el maestro que buscó un camino distinto del costumbrismo e indigenismo literario peruano, y, poseedor de un formidable talento y una extraordinaria sensibilidad humana, que supo expresar fehacientemente la excelencia cultural peruana. Así lo recuerdo.

Recibí la noticia a minutos de su fallecimiento por una llamada telefónica del poeta Ricardo Ayllón. A decir verdad, yo que tengo muy bien planteada la situación de la muerte, lo lamenté toda la tarde y aún habituado en quehaceres editoriales estuve sumergido en el recuerdo. Precisamente alguna vez a ambos nos contó como recorría pueblos enteros vendiendo libros, casi de casa en casa, en una actividad cultural digna de elogio. De temperamento inquisidor, también recuerdo a una pregunta mía su confesión, una anécdota sobre el escritor Ciro Alegría, entre otras que dejaré para mis memorias.

Nunca olvidaré su abrazo sincero y su afecto cuando me riñó porque mencioné a Camilo José Cela en el discurso de concesión del premio los Juegos Florales de San Marcos, me dijo que el autor de “La Colmena” había sido servidor de Franco, que lo fue. Aquella vez con el viejo querido Carlos Eduardo Zavaleta conversamos sobre Francisco Umbral y el Premio Nadal, que –enfatizó– "no era un Planeta, que lo podía ganar cualquiera". Lo conocí en Chimbote cuando yo aún no conocía Lima y me hice algunas fotografías con él que salieron publicadas en el Diario La Industria de Chimbote, cuando yo preparaba algunas entrevistas a renombrados escritores peruanos entre los que sin duda figuraba él en primera línea. Años después asistí a la clase de inauguración y bienvenida a la Universidad de San Marcos, impartida precisamente por él, y ya lo vi continuamente. Alguna vez con mi compañero de aula Ricardo Flores Gago, gran lector y explorador de joyas literarias, lo ayudé a escoger una edición de Joseph Conrad, en esas ferias de libros que se levantaban en la Facultad de Letras de la universidad en los inicios de los años noventa, porque sencillamente era como el padre mayor que dictaba el curso de Literatura norteamericana. Allí lo escuché hablar con pasión de Poe, Hemingway, Hawthorne, Melville, Twain, Thoreau y entre otros de Henry Miller (quizá el me recomendó ese texto que se llama “Los libros en mi vida”).

Al tiempo cuando yo había dejado ya la universidad, me enteré que vivía casi solo, que cientos o quizá miles de libros habían tomado posesión de casi todos los ambientes de su casa, y fueron muchas las veces que propuse a más de una institución que se realizara una larga entrevista temática y completa sobre su vida y su obra para conformar un libro singular, pero jamás salió a flote la aprobación del proyecto, pues bien hace algún tiempo antologué alguno de sus cuentos, y espero algún día realizar algún estudio sobre su obra narrativa y la evolución de la misma.

Una de las últimas entrevistas suyas que leí fue concedida a Axthedmio Mau Guil, publicada en un número de la revista Casa de Asterión y titulada "La rutina del fuego", donde el escritor ancashino habla de sus maestros, la técnica narrativa, las mujeres y la vida. Supe que buscaba que lo visitaran, y a decir verdad tuve la secreta esperanza, a pesar de que supuse que se encontraba muy delicado de salud, de su mejoría. En julio del 2010 le habían hecho un homenaje a cargo de la Asociación Capulí, Vallejo y su tierra, presidida por el escritor Danilo Sánchez Lihón, y hacía poco había dado el discurso de honor con motivo de otorgamiento de la medalla de honor sanmarquina a Mario Vargas Llosa por alcanzar el Premio Nobel de Literatura.

Carlos E. Zavaleta (apliqué también esa E. a mi segundo nombre) quedará grabado en mi memoria con su recuerdo, ejemplo, amistad y afecto de maestro entrañable, cuando yo era un ratón de biblioteca en mi vieja universidad y él ya un maestro consagrado. Hacía poco acababa de morir Gonzalo Rojas a quien también conocí en la feria del libro de Lima, en este mes de las letras, tan aciago. Al parecer el exacto veintitrés es una suerte de coartada literaria en que se han ido muchos grandes como William Shakespeare, Garcilaso de la Vega y Miguel de Cervantes, entre otros. Carlos Eduardo Zavaleta se marchó –a pesar de no coincidir en la fecha de despedida–, partió de este mundo, al reino de la letra memorable, y será siempre uno de los grandes, el mejor cuentista de todos los tiempos en el Perú.

© Róger E. Antón Fabián, es autor de la novela “El Paraíso Recuperado” (España).

viernes, 29 de abril de 2011

1RA FERIA DEL LIBRO JOVEN EN EL CENTRO CULTURAL “ALBERTO QUINTANILLA”.

“LA EDAD DE ORO” POR MIGUEL ILDEFONSO.



“LA EDAD DE ORO DE JOHNNY BARBIERI”

Por: Miguel Ildefonso

Johnny Barbieri (Lima, 1966) es uno de los destacados poetas de la promoción del noventa, miembro del grupo Noble Katerba. Pero también desde tiempos más recientes, está incursionando en la narrativa. Muestra de ello es el haber sido finalista en la XIV Bienal de Cuento “Premio Copé 2006” y el haber obtenido el Segundo Premio “Horacio” de Cuento 2010. A fines de ese año publicó La Edad de Oro (Casa Barbieri Editores, 2010), donde reúne doce cuentos de corte juvenil, que destacan por su crudo y, a la vez poético, realismo. No son historias de un mundo idealizado, ni de personajes inmersos o aislados en sus ataraxias, o cuyos dramas consisten en no poder viajar a Londres, conformándose con un viaje a Buenos Aires. No. Barbieri nos entrega estos relatos marcados por una tragedia más grande, que involucra a toda una sociedad y a un tiempo actual; en términos sociológicos o históricos, y hablando en castellano, a una generación nacida en la dictadura Fuji-montesinista. Sin embargo, no es un conjunto testimonial ni una simple serie de estampas o crónicas; encontramos guiños y diálogos con la tradición narrativa latinoamericana, lo cual nos señala un buen aprovechamiento del material ficcional, con una mirada más profunda de la trama y del estilo con el cual se desenvuelve. (Aquí el inicio de Otra Vez Antonio, cuento que está dedicado al reciente desaparecido, y querido narrador y maestro, Carlos Eduardo Zavaleta: “Al final de la fila estaba Antonio, parado en medio del patio punzando su borrador con la punta del lápiz. Pensaba en la excusa que le daría al profesor. Cuando hicieron pasar a los alumnos, él caminó despacio hacia el salón tratando de no hacer el menor ruido. Al llegar se quedó parado frente a la puerta del aula esperando que el profesor termine lo que escribía en la pizarra. Fisgoneaba lo que hacía, cada letra, cada raya, cada movimiento que dibujaba en el aire. De pronto el profesor advirtió su presencia: ¡Otra vez tarde, Gesdres! Antonio sólo agachó la cabeza a la espera del castigo que sabía le aguardaba: ¡Una hora de reclusión, quédese parado al frente!...”

jueves, 28 de abril de 2011

CICLÓN DE ABRIL EN CHICLAYO.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "MICROCUENTOS" DE WILLIAM GUILLÉN PADILLA.


PRESENTACIÓN DEL LIBRO "MICROCUENTOS" DE WILLIAM GUILLÉN PADILLA

INVITACIÓN

Tengo el grato honor de invitar a usted y familia a la presentación del libro "Microcuentos" de William Guillén Padilla. Dicho evento se celebrará el día viernes 29 de abril a las 6:45 en la Casa de La Literatura Peruana (jr. Ancash 207, Centro Histórico de Lima, Perú).

Cordialmente,

Isabel Saavedra.

miércoles, 27 de abril de 2011

“CARLOS E. ZAVALETA HA MUERTO” POR PEDRO ESCRIBANO.


“CARLOS E. ZAVALETA HA MUERTO”

Escritor tenía 83 años de edad y una obra que reveló mundos rurales y urbanos. También introdujo en el Perú a Joyce y a Faulkner. Sus restos mortales son velados hoy hasta las 4 pm en el Centro Cultural de San Marcos.

Por: Pedro Escribano

El escritor, el maestro sanmarquino,

Carlos Eduardo Zavaleta

Ha muerto. Tenía 83 años de edad. La noticia de su desaparición física fue repentina, amaneció muerto y sorprendió a todos. El pasado 30 de marzo todos lo habíamos visto. Fue el encargado de leer el discurso de orden en la ceremonia de otorgamiento de la Medalla de Honor Sanmarquina a Mario Vargas Llosa por alcanzar el Nobel de Literatura. Allí se reencontraron el viejo y buen maestro y, claro, el inmejorable discípulo.

Nosotros lo conocimos en San Marcos, en los años ochenta, cuando enseñaba Literatura Norteamericana. Siempre atento, diligente. Lucía grandes anteojos que servían de marco a sus pequeños ojos en los que se advertía, restallante, una luz líquida.

Con ellos supo mirar la realidad interior, pero sobre todo supo describirla como se puede apreciar en cuentos magistrales como “Cristo Villenas”, “Mamá Alba”, “La batalla”, “Juana la campa te vengará”, solo para citar algunos. Allí templó su prosa, agudizó la mirada y creó belleza de lenguaje y contenido.

Entonces ya tenía la fama grande de ser un demiurgo de Faulkner y de Joyce, de haber sido el primero en el Perú de introducir y difundir las técnica del monólogo interior y otras, claro, de haber sido un guía para Vargas Llosa (ver recuadro).

Nació en Caraz, Áncash en 1928. Inició sus estudios de Medicina, los que abandonó para dedicarse a las letras. Precisamente se graduó en San Marcos con dos tesis sobre William Faulkner. Se doctoró en 1958. Pero Zavaleta no estuvo conforme y se abocó a la vida diplomática, llegando a ser en dos oportunidades nada menos que secretario de Raúl Porras Barrenechea.

Como bien reconoce Vargas Llosa, fue un animador de nuestra literatura en esos años, pues formó parte del comité de redacción de la revista Letras Peruanas junto a Jorge Puccinelli.

Como diplomático, sirvió en Bolivia, México, España e Inglaterra. En cuanto a su narrativa, que mereció muchos premios, como los Juegos Florales de SM, 1948, de fomento a la cultura Ricardo Palma (1952 y 1960) y Manuel González Prada, entre otros, mostró universos variados, como el mundo de la provincia, de personajes mestizos, pero también universos urbanos, cosmopolitas. En ambos estructuró personajes a quienes no solo les revela los perfiles, sino, sobre todo, las entrañas de nuestra naturaleza peruana, humana.

Opinión

Promotor de William Faulkner

Mario Vargas Llosa
PREMIO Nobel de Literatura 2010

“De los presentes, el más activo era Carlos Eduardo Zavaleta, quien, además de publicar en esos años sus primeros cuentos, había traducido Chamber music, de Joyce, y era un gran promotor de las novelas de Faulkner. A él le debo, sin duda, haber descubierto por esa época al autor de la saga de Yoknapatwpha Country, el que, desde la primera novela que leí de él –Las palmeras salvajes, en la traducción de Borges–, me produjo un deslumbramiento que aún no ha cesado”. (De El pez en el agua).

Nuestro profesor

Hildebrando Pérez Grande
Poeta sanmarquino

Una vez más abril es el mes más cruel. “No nos suelta”, me dice, desolado, un estudiante sanmarquino, acaso rememorando al Inca Garcilaso, a Vallejo, Valdelomar, Eguren, Mariátegui y tantos otros escritores que en su escritura apasionante revelaron el perfil de nosotros mismos como una sociedad múltiple, diversa, contradictoria, así como también mostrando en historias fascinantes el claroscuro de nuestra condición humana, nuestra existencia como un país aún no resuelto, lejos o cerca de los cristos villenas o las juanas las campas que esperan su redención personal y social.

Carlos Eduardo Zavaleta fue nuestro profesor de Literatura Española Renacentista al inicio de los años 60. Mantenemos frescas sus lecciones sobre la picaresca y el teatro barroco. Luego fuimos sus entusiastas colegas en la Escuela de Literatura de San Marcos y en sus aulas y en sus patios supo él, generosamente, tender los puentes para entablar una amistad más allá de los linderos sanmarquinos.

27/04/2011

Fuente:
Diario “La República”

martes, 26 de abril de 2011

“FALLECIÓ EL ESCRITOR PERUANO CARLOS EDUARDO ZAVALETA”.


“FALLECIÓ EL ESCRITOR PERUANO CARLOS EDUARDO ZAVALETA”

Entre su extenso trabajo se destacó por sus cuentos, los cuales le valieron ser reconocido como uno de los mejores cuentistas peruanos del siglo XX.

El escritor y diplomático Carlos Eduardo Zavaleta Rivera falleció el día martes 26 de abril, según anunció el sitio web de la Universidad Mayor de San Marcos.

Entre su extenso trabajo se destacó por sus cuentos, los cuales le valieron ser reconocido como uno de los mejores cuentistas peruanos del siglo XX.

Asimismo, es recordado por ser el primero en introducir en nuestro país los estudios sobre el escritor norteamericano William Faulkner, el cual fue un personaje que influyó en la literatura mundial.

Su última presentación pública fue motivada por la obtención del Premio Nobel a Mario Vargas Llosa, a quien se le entregó la Medalla de Honor Sanmarquina tras un discurso pronunciado por él.

Sus restos serán velados a partir de este martes 26 de abril hasta el siguiente día a las 4:00 pm em en el Centro Cultural de San Marcos.

26/04/2011

Fuente:

Link:

“MURIÓ EL DESTACADO POETA CHILENO GONZALO ROJAS”.

Poeta chileno: Gonzalo Rojas.

A los 93 años.

MURIÓ EL DESTACADO POETA CHILENO GONZALO ROJAS

Está considerado como una de las voces latinoamericanas más importantes del siglo XX.

Por: Daniel Amiano
LA NACION

A los 93 años, dos meses después de sufrir un accidente cerebrovascular, falleció en Santiago (Chile) el poeta Gonzalo Rojas, considerado una de las grandes voces que dio el país trasandino junto con Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Nicanor Parra.

"Los últimos días era claro que él estaba con un deterioro significativo, así que la verdad que [su muerte] no nos sorprendió mayormente. Nosotros creemos que nuestro padre tuvo una tremenda vida, estamos muy agradecidos", dijo a la prensa chilena su hijo Gonzalo Rojas-May.

Nacido el 20 de diciembre de 1917 en el pueblo portuario de Lebu, al sur de Chile, en el seno de una familia minera, Rojas estudió derecho y letras. Perteneció al grupo surrealista nucleado alrededor de la revista Mandrágora (1938-1943). Fue profesor de estética literaria y jefe del departamento de castellano de la Universidad de Concepción, en Chile, y se desempeñó como profesor en universidades de los Estados Unidos, Alemania y Venezuela, donde se exilió tras el golpe de Augusto Pinochet, a punto de asumir como embajador en Cuba, cargo que ocupó en China.

Su poesía, alimentada por las vanguardias del siglo XX con el surrealismo como influencia más clara, mereció innumerables distinciones, entre ellas el Reina Sofía (España 1992), el Octavio Paz (México, 1998) y el Cervantes (2003).

Poeta del amor y el erotismo, Rojas dio a conocer su primer libro a una edad que se considera tardía para un poeta. A los 31 años, publicó La miseria del hombre (1948), que no fue muy bien tratado por la crítica, pero sí por sus colegas, como la Premio Nobel Gabriela Mistral, que escribió: "Me ha removido y, a trechos, me deja algo parecido al deslumbramiento de lo muy original, de lo realmente inédito".

Su segunda obra, Contra la muerte, llegó 16 años después y lo instaló dentro del panorama de la poesía latinoamericana. Además, desde 1958, organizó y propició encuentros y seminarios con muchos de aquellos escritores que luego formaron parte del llamado boom latinoamericano.

Admiraba a los poetas de Buenos Aires, con Juan Gelman a la cabeza, y aseguraba sentirse venezolano, país donde dio a conocer la obra que lo consagró, Oscuro , en 1977.

Para Rojas, Oscuro significó además un fuerte cambio en su manera de producir: a sus casi 60 años, había publicado sólo tres libros de poesía. Desde entonces, su producción se multiplicó con títulos, como Transtierro (1979), Del relámpago (1981), América es la casa y otros poemas (1998) y Del ocio sagrado (2002), entre otros, y fue traducido a 11 idiomas.

En 2003, al recibir el Premio Cervantes de manos del rey Juan Carlos de España, confesó en su discurso: "No paso de aprendiz y el seso no me dio para letrado, ni menos para el fulgor encandilante de estar aquí. Pónganse en mi caso, es que no lo merezco, ¿qué lo voy a merecer?".

Eligió vivir sus últimos años en Chillán, unos 400 kilómetros al sur de Santiago, en una casa inmensa y tranquila, ya que, según su hijo Gonzalo, "lo agobiaban la fama y las llamadas". Antes del incidente se mantenía activo y con planes. Un ejemplo que reflejan las palabras de su hijo: "Fue un privilegio para quienes tuvimos la suerte de aprender a ver el mundo con él".

FE DE ERRATA

De Antología de aire (Fondo de Cultura Económica, 1991)

Señores del jurado, ahí les mando de vuelta en
automóvil nupcial a esa mujer
que no me es, escasa
de encantamiento, puro pelo
ronco abajo, ahí van
las dos ubres testigas ya usadas
por múltiple palpación
sucia de otras neutras de su especie
que no dan para calipigias, la errata
fue el chorro kármico, la vileza
de esas dos noches en mis sábanas, ahí también
van las dos sábanas coloradas de vergüenza, incluyo
por último 3 o 4 rosas blancas,

pónganlas
en el florero de vidrio por mera distinción
a la fragancia mortuoria. Avísenme

si fue Zeus el que hiló la torcedura
de ese hilo o no más la Parca. Firmado:
Calímaco.

26/04/2011

Fuente:
Diario “La Nación”

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“ARGUEDAS POR FORGUES” EN EL CENTRO CULTURAL CCORI WASI.

Roland Forgues se suma a los festejos literarios por Arguedas.

“ARGUEDAS POR FORGUES”

Roland Forgues dictará conferencias sobre la figura y obra de Arguedas y presentará su libro “Palabra viva”, en cuatro tomos.

El francés Roland Forgues ofrecerá hoy, a las 7 p.m., el discurso “Arguedas y Andahuaylas: el retorno del hijo pródigo”, en un acto cultural que culminará con la Música del Orfeón de Quenas, en el Centro Cultural Ccori Wasi: Av. Arequipa 5198, Miraflores.

Esto como parte de las actividades por el Mes de las Letras Peruanas, evento organizado por la Universidad Ricardo Palma, a través de su Oficina de Extensión Universitaria y Proyección Social. El mismo Forgues dictará la conferencia “Arguedas: ficción y antropología” el jueves 28 de abril, a las 11 a.m., en el Auditorio Sebastián Barranca. 2do piso del Edificio Administrativo de la URP: Av. Benavides 5440, Surco.

El viernes 29 se presentarán los cuatro tomos de la colección “Palabra Viva”, de Forgues, y se realizará la conferencia “‘El sueño del celta’ de Mario Vargas Llosa. Grandeza y tragedia de la condición humana”, dictada por el mismo estudioso galo. Ese día, se presentará el grupo Todas las Voces. El ingreso a todas estas actividades es libre.

Amigos de Arguedas

Este mismo día y a la misma hora, también se iniciará el simposio “Arguedas en el Perú de hoy” en el auditorio “los Inkas” del Museo de la Nación: Av. Javier Prado con Av. Aviación, en Surco. Desde hoy hasta el 28 de abril, la Asociación Amigos de Mariátegui realizará este simposio como parte de las actividades por el centenario del natalicio de José María Arguedas, el autor de “Todas las sangres”.

Destacados especialistas y estudiosos de la obra de José María Arguedas, en todos los planos de su creación, expondrán en el evento sus visiones sobre el ‘Tayta’ como novelista, poeta, musicólogo, folklorista, antropólogo y pensador social de brillante ejecutoria.

26/04/2011

Fuente:
Diario “La Primera”

“CHARLAS SOBRE REYNOSO” EN EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA.


“CHARLAS SOBRE REYNOSO”

Distintos personajes de la escena literaria local se reúnen en un ciclo de charlas sobre el escritor Oswaldo Reynoso, creador de “En octubre no hay milagros” o “Los inocentes”.

Hoy inicia con “Lirismo y realismo. Sofisticación, lenguaje popular y experimentación del estilo en la obra de Reynoso”, con Luisa Portilla, Jorge Eslava y Carlos Herrera.

Mañana, 27 de abril, “Lima, la protagonista literaria. Cambios y excluidos de la Lima de los 60”, a cargo de Jéssica Rodríguez, Manuel Velásquez y Raúl Cachay. El jueves 28, “El grupo Narración. Rabia para cambiar el mundo”, con Roberto Reyes Tarazona, Agustín Prado y Javier Arévalo.

Estas charlas se realizarán a las 7.30 p.m. en el Centro Cultural de España: Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz. El ingreso es libre. El ciclo de charlas forma parte de las celebraciones por el cincuenta aniversario de la publicación de “Los inocentes”, libro de cuentos de Oswaldo Reynoso; festejo que incluye “El tesoro de la juventud”, una muestra gráfica sobre el autor expuesta en el mismo centro cultural.

26/04/2011

Fuente:
Diario “La Primera”

CICLO DE RECITALES: VII FECHA DE LOS “POEMAS DEL JUEVES” EN LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE BARRANCO.


CICLO DE RECITALES: VII FECHA DE LOS "POEMAS DEL JUEVES"

Lugar: BIBLIOTECA MUNICIPAL "MANUEL BEINGOLEA" DE BARRANCO
Día: Jueves, 28 de abril de 2011
Hora: 18:30 p.m.

lunes, 25 de abril de 2011

domingo, 24 de abril de 2011

“BORGES Y LOS RITOS DEL ESCRITOR, SEGÚN PIGLIA”.

Piglia: "Un escritor siempre construye un ritual".

“BORGES Y LOS RITOS DEL ESCRITOR, SEGÚN PIGLIA”

El autor de Blanco nocturno compartió una charla con el periodista Pablo Gianera.

La figura de Jorge Luis Borges y los ritos del escritor fueron algunos de los temas tratados por el autor Ricardo Piglia durante una fascinante y a la vez distendida conversación con el periodista Pablo Gianera, de adn. cultura, que tuvo lugar en el salón Julio Cortázar. Fue la cita inaugural del ciclo de charlas organizadas por La Nación y una hora y media dedicada por completo a la literatura.

"Cuando los escritores de mi generación empezamos a publicar, a principios de los 60, la literatura argentina parecía estar dividida en dos frentes tajantes y uno debía elegir: Roberto Arlt o Borges. Pero nuestra generación intentó unirlos; se propuso preguntarse qué pasa si uno cruza a Arlt con Borges. Y más bien incorporamos a los dos, como si fueran parientes propios, hermanos de madres distintas", dijo Piglia, reciente ganador del Premio de la Crítica de España por su novela Blanco nocturno , al recordar sus comienzos como escritor.

Las anécdotas de Piglia hicieron reír, por momentos, a las 300 personas que asistieron a la charla y que escucharon absortas, a pesar del permanente bullicio proveniente del exterior. Piglia le dedicó varios momentos a Jorge Luis Borges y afirmó: "Su obra no está en el registro de lo que galardona el Premio Nobel, que son esos libros de biblioteca, que parecen barcos".

Gianera acotó que una de las conquistas de Borges fue haber demostrado que la condición periférica podía ser una ventaja para la literatura del mundo. "El hecho de que no haya salido de Buenos Aires en su momento de gran creatividad es otra prueba de cómo hay que hacerse cargo de la ciudad en la que uno vive. Esa es la lección que la tradición nos da; tenemos que trabajar con lo que tenemos y podemos construir una obra tan relevante como otras obras que se han escrito."

Piglia se refirió luego a los ritos que tienen los escritores para lograr producir sus textos, aunque el mundo que los rodea no sea siempre el mismo. "Un escritor siempre se construye un ritual, aunque ese ritual sea abierto y completamente contingente; en mi caso, es importante tener cierta concentración y cierta rutina. Igualmente, valoro cualquier forma de distracción productiva, porque luego uno encuentra que esas cosas actúan en la literatura de una manera particular."

Su próxima obra estará integrada por dos novelas breves y ocho cuentos que, según explicó, escribió a pedido de los editores para abrirles el camino a los jóvenes en ese campo. Confesó al respecto haberse sorprendido de escribir los cuentos hoy como los escribía en aquel momento, aunque hayan pasado más de 40 años.

La próxima charla de LA NACION será el 1° de mayo, y participarán Marta Minujín y Alicia de Arteaga.

24/04/2011

Fuente:
Diario “La Nación”

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“DETRÁS DE LAS VENTANAS” POR AUGUSTO RODRÍGUEZ.


“DETRÁS DE LAS VENTANAS DE PAOLO ASTORGA”

Por: Augusto Rodríguez*

Algo que siempre me ha llamado la atención del joven poeta peruano Paolo Astorga (Lima, Perú, 1987) es su movilidad para crear revistas, proyectos culturales, recitales poéticos, antologías, etc., pero lo que más me llama la atención es su poesía. Sus imágenes. Su perseverancia en la creación poética. Su nuevo poemario se denomina Detrás de las ventanas. Se divide en tres secciones. Este libro mantiene el ritmo y las imágenes de otros libros de Paolo Astorga aunque creo que este libro ha ganado más fuerza y madurez del autor. Se muestra más suelto y más a gusto. Su poesía va ganando dureza, estirpe, ganas. Leamos como ejemplo su poema Lejanía:

Se ve lejana mi piel perdida
como una estrella roja
bajo el cielo atardecido de ignorancia.

No es un recuerdo el borde de esta estatua de sal
lo que ha hecho desvestirme, sacar de mi pecho un cuervo enfermo
y velarlo toda la noche hasta que me pique los ojos.

Es la palabra lo que ayer he soñado,
tu lengua
que ahora flota por mi voluptuosa soledad
esparciendo su perfume
entre inútiles cadáveres sin rostro.

La poesía de Astorga penetra en la urbe, en las cosas cotidianas y nos dan nuevas claves para entender sus símbolos, sus superficies, sus dilemas. La poesía de Astorga abarca y cuestiona. Desafía. Pregunta. No deja de preguntar. Escarba en el interior del ser. Revisemos otro poema de este libro denominado El sol verdadero:

Furibundas miradas niegan la cruz en nuestra espalda,
han partido las sombras desnudas de barro entre la niebla.

En vano las fuentes retornan su esplendoroso fulgor
de contemplar inalcanzables mirlos fugando hacia las máscaras.

Llega ya el viento y mi voz se hace leve suspiro.
La hojarasca esconde lágrimas inciertas,
un andrajo de noche que va buscando un camino interminable.

Hogueras infinitas desbordarán sus vestigios
sobre la sangre hostigada de presagios.

Hoy despertaré condenado
a jugar con mi verdugo.

Detrás de las ventanas es un poemario que tiene mucho sobre el tema del amor, las relaciones de pareja, las relaciones humanas pero no sólo se queda en la piel sino que penetra en los orificios de las casas, en las ventanas, en las puertas, en los huesos de la cotidianidad y afila la carne y nos sigue entregando más poemas como el llamado Abismo:

Cualquier palabra mortuoria avivará al viento
la boca abnegada de mariposas mutiladas por la sombra
que ha alcanzado un cuerpo en el desvelo de los signos;
la soledad que ha consagrado el sórdido paisaje de la noche.

Ha de extrañarse el transido vértigo
que es comenzar este galope entre tantos cadáveres
buscando una memoria que no nos provoque
retornar al oscuro precipicio donde desaparecen los rostros
ante el inclemente ruido de las rocas manchadas de sangre
y la carne arrepentida bajo el sabor amargo de un tiempo irreversible.

Astorga nos brinda en este libro poemas sólidos, bien construidos, desafiantes, amargos. Este libro debe ser seguido y comentado. Astorga viene creando una obra que merece toda nuestra atención. Con él y otros poetas que nos sorprenden, estamos seguros que la nueva poesía peruana va por un buen camino. Sigamos leyéndolo.

* * *

*Augusto Rodríguez (Guayaquil, Ecuador, 1979) Periodista, editor y catedrático. Ha publicado los poemarios: Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005), La bestia que me habita (2005), Cantos contra un dinosaurio ebrio (Barcelona, España 2007), Matar a la bestia –recopilación- (Guadalajara, México 2007), La gramática del deseo–recopilación- (La Paz, Bolivia 2009/ Monterrey, México 2009/ Neuquén, Argentina 2009) y Voy hacia mi cuerpo (Lima, Perú 2010).

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sábado, 23 de abril de 2011

“OSWALDO REYNOSO Y EL REALISMO URBANO A 50 AÑOS DE LOS INOCENTES…”

"Los inocentes", primer libro de cuentos de Oswaldo Reynoso.

Oswaldo Reynoso, uno de los más preclaros escritores peruanos de la generación del 50.

“OSWALDO REYNOSO Y EL REALISMO URBANO A 50 AÑOS DE LOS INOCENTES…”

Oswaldo Reynoso fue siempre un hombre que generó polémica por sus escritos. Hoy en día, medio siglo después, ¿cuál sería la repercusión de sus primeras obras si las hubiera escrito hoy, en pleno Siglo XXI? Los inocentes, su primer libro de cuentos, es una muestra de ello y lo sabremos a las 12:30 p.m. en Letras en el tiempo con Patricia del Río.

Los inocentes” es considerado el primer libro de cuentos de Oswaldo Reynoso. Escrito en 1961, el autor da voz a un conjunto de adolescentes en constante enfrentamiento con su medio afectivo, social y sexual. El retrato que el libro hace de la ciudad y de sus jóvenes es una corrosiva respuesta a las costumbres de una sociedad abiertamente hipócrita, incapaz de resistir la implacable representación de sus más profundas contradicciones.

“En Los inocentes están aquellos nunca oídos que, cuarenta años después, se las arreglaron para hacerse escuchar en las protestas electorales y en los noticiarios policiales. Y no solo ellos: en Los inocentes me siento incluido –incluso– yo”. (Gustavo Rodríguez)

Oswaldo Reynoso nació en Arequipa, Perú, en 1931. Contemporáneo a Julio Ramón Ribeyro y Mario Vargas Llosa, es uno de los más importantes narradores peruanos del siglo XX, y el iniciador de un estilo que luego la crítica catalogó como “realismo urbano”.

Profesor de lengua y literatura, con más de cincuenta años de experiencia docente en secundaria, universidad y posgrado. Corrector de estilo de cuentos y novelas de autores peruanos y extranjeros. Corrector de estilo de la Agencia de Noticias Xin Hua. Conferencista en congresos nacionales e internacionales y en instituciones académicas, presidente de la comisión de reforma del aprendizaje y enseñanza de la lengua del ministerio de educación del Perú. Profesor Honorario de las Universidades Nacionales de San Agustín de Arequipa y de San Cristóbal de Huamanga. Medalla de la Cultura Peruana del Instituto Nacional de Cultura. Medalla de Honor José Antonio Encinas de la Derrama Magisterial y Caballero de las Letra del Instituto Nacional de Cultura de la Dirección Regional de Ucayali. Doctor Honoris Causa conferido por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle- La Cantuta.

En 1961 la publicación de su libro de cuentos Los inocentes lo colocó en el primer plano de la narrativa peruana y al mismo tiempo en el centro de las polémicas literarias de aquellos años. Mientras José María Arguedas afirmaba que iniciaba un nuevo período en la narrativa, tanto que en adelante habría que hablarse de un antes y un después de Los inocentes, los críticos peruanos opinaron que En octubre no hay milagros “habría que arrojarlo al estercolero”.

Las ofensas y el encono continuarían durante los años siguientes, en especial desde la creación del Grupo Narración, donde jóvenes narradores como Reynoso, Miguel Gutiérrez y Antonio Gálvez Ronceros, entre otros, defendieron el socialismo y la lucha armada como únicas vías posibles de cambio, al tiempo que plantearon la necesidad de una literatura beligerante y de asumir el rol de intelectuales comprometidos.

En sus publicaciones destacan:

• Luzbel (poemas). 1955.

• Los inocentes o Lima en rock (cuentos). 1961. (varias ediciones).

• En octubre no hay milagros (novela). 1966. varias ediciones. (un aproximado de cien mil ejemplares).

• El escarabajo y el hombre (novela experimental).1970. (dos ediciones).

• En busca de Aladino (novela corta). 1993. (tres ediciones).

• Los eunucos inmortales (novela). 1995. (tres ediciones).

• El goce de la piel (novela). 2005.

• Las cuatro estaciones (relatos). 2006.

• Narraciones Tomo I 2006. Ed. de la Universidad Particular Ricardo Palma

• Narraciones Tomo II 2007. Ed. de la Universidad Particular Ricardo Palma

Fuente:
http://radio.rpp.com.pe/

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EL MUNDO DE “LOS INOCENTES” EN IMÁGENES.

El narrador arequipeño en una imagen tomada en el mítico bar El Cordano. (Difusión).

EL MUNDO DE 'LOS INOCENTES' EN IMÁGENES

Muestra se presenta en el C.C. de España en homenaje a Oswaldo Reynoso por los 50 años de publicación de su libro de cuentos.

Por Jaime Cabrera Junco

‘Cara de ángel’ posa sin mirar a la cámara. Está sentado de perfil y lleva la camisa abierta. En otro lugar, unas botellas de cerveza en el piso forman el nombre de Juanita, el amor imposible de ‘Colorete’. En un rincón, Oswaldo Reynoso, el creador de estos personajes, está a punto de beber un vaso de ‘cebada’. Este es el universo de Los Inocentes, libro de cuentos publicado hace 50 años y que ha inspirado la muestra titulada ‘Tesoro de la Juventud’ que se presenta en el Centro Cultural de España.

DOBLE REGALO. “Me metí de curador por hacerle un regalo a Oswaldo. Tenía una deuda con aquel escritor que hace 15 años me abrió la puerta de su casa y me enseñó a escribir”, nos cuenta Enrique Planas, periodista y escritor que tiene a su cargo la curaduría de esta exposición que coincide con el cumpleaños número 80 del autor de En octubre no hay milagros.

La muestra reúne trabajos de 14 artistas, entre ellos de la fotógrafa española Carmela García, de los pintores Christian Bendayán, Jesús Ruiz Durand y Jaime Higa; así como de los ilustradores Sheila Alvarado y Cherman, y fotografías del Colectivo Supay. El público que visite la exposición encontrará a los personajes de Los Inocentes fuera de las páginas de este libro que, 50 años después, no ha envejecido un ápice.

EL TESORO DE LA JUVENTUD:

La exposición estará abierta hasta el próximo 27 de mayo.

• Lugar: Centro Cultural de España (Calle Natalio Sánchez 181, Cercado).

• Horario: De martes a domingo de 9 a.m. a 9 p.m.

• Ingreso: Libre.

23/04/2011

Fuente:
Diario “Perú 21”

viernes, 22 de abril de 2011

“UNA ODA A LA LIBERTAD Y LOS LIBROS” POR MARIO VARGAS LLOSA.

El Premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa durante una conferencia en la feria anual del libro en Buenos Aires, Argentina. Foto: AFP.
Mario Vargas Llosa: "Leer nos hace libres, a condición, claro está, de que podamos elegir los libros que queremos leer”.

La cita anual con la lectura / El discurso del Nobel y las repercusiones.

“UNA ODA A LA LIBERTAD Y LOS LIBROS”

Este es el discurso que brindó el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en la Feria del Libro, antes de su charla con el periodista Jorge Fernández Díaz.
Agradezco a los organizadores de la Feria del Libro de Buenos Aires honrarme con la invitación a ocupar esta tribuna el día de la inauguración. He tenido ya ocasión de participar en ella hace algunos años y me alegra saber que ha ido creciendo y atrayendo cada vez a más editores, libreros y lectores hasta convertirse en una de las ferias del libro más importantes en todo el ámbito de nuestra lengua.
No me extraña nada que haya ocurrido así. Desde la primera vez que pisé Buenos Aires, hace de esto cerca de medio siglo, advertí que esta ciudad y los libros tenían una afinidad recóndita, comparable a la que sólo había advertido antes en París, y que, al igual que esta última, Buenos Aires era una ciudad de librerías -modernas y anticuarias-, de cafés literarios, de escribidores y lectores, donde todo letraherido se sentía inmediatamente en su casa. No es por eso nada raro que uno de los más grandes creadores de nuestro tiempo, Jorge Luis Borges, fuera un porteño y que se pueda decir de su extraordinaria obra que toda ella es como la exhalación imaginaria emanada de una biblioteca, institución en la que Borges, recordemos, en uno de sus más bellos textos, materializó el Paraíso.
Agradezco a los organizadores de este certamen haber resistido las presiones de algunos colegas y adversarios de mis ideas políticas para desinvitarme. Y extiendo mi agradecimiento a la Presidenta, señora Cristina Fernández de Kirchner, cuya oportuna intervención atajó aquel intento de veto. Ojalá esta toma de posición en favor de la libertad de expresión de la mandataria argentina se contagie a todos sus partidarios y guíe su propia conducta de gobernante. Este episodio, me parece, más allá de lo anecdótico, plantea un asunto interesante y actual que no me parece inadecuado abordar en el marco de este certamen con una breve exposición que se podría titular: "La libertad y los libros".
Manuscritos, impresos y, ahora, digitales, los libros representan la diversidad humana (mientras no sean expurgados, claro está). A condición de que puedan participar en ella sin discriminación, cortes, sin censura, los libros de una Feria del Libro son, en pequeño formato, la humanidad viviente, con lo mejor y lo peor que ella tiene: sus creencias, sus fantasías, sus conocimientos, sus sueños, sus amores y sus odios, sus prejuicios, sus pequeñeces y grandezas. Ningún espejo retrata mejor a esa colectividad de hombres y mujeres que conforman las diversas tradiciones, culturas, etnias, lenguajes, mitos, costumbres, modos y modas del fenómeno humano. Esa extraordinaria variedad desaparece cuando, abandonando la superficie, gracias a los libros nos sumergimos en lo profundo hasta llegar a aquellas raíces o denominadores comunes de la especie, pues allí descubrimos lo que hay de solidario y semejante por debajo de aquella frondosa variedad: una condición, unos sentimientos, unos anhelos, unas alegrías y unos miedos que establecen una identidad recóndita sobre las diferencias y distancias que la historia ha ido forjando entre razas, pueblos y culturas a lo largo de los siglos.
Los libros nos ayudan a derrotar los prejuicios racistas, étnicos, religiosos e ideológicos entre los pueblos y las personas y a descubrir que, por encima o por debajo de las fronteras regionales y nacionales, somos iguales en el fondo, que los "otros" somos en verdad "nosotros" mismos. Gracias a los libros viajamos en el espacio y en el tiempo, como hizo Julio Cortázar en La vuelta al día en ochenta mundos sin salir de su biblioteca, y comprobamos que, con todos sus matices y variantes, la humanidad es una sola y compartida.
Podemos comparar el mundo de los libros que en estos momentos nos rodea con un bosque encantado. Ellos están allí, quietos, inertes, silenciosos, como los árboles y las plantas de las fantásticas historias infantiles, esperando la varita mágica que los anime. Basta que los abramos y celebremos con sus páginas esa operación mágica que es la lectura para que la vida estalle en ellos convocada por la hechicería de sus letras y palabras, y un surtidor de ideas, imágenes y sugestiones se eleve del papel hacia nosotros, nos impregne, arrebate y traslade a otra vida, a menudo más rica, coherente, intensa y entretenida que la vida verdadera, en la que a menudo las rutinas embrutecedoras cotidianas nos dejan apenas resquicios para la exaltación y la felicidad.
La vida de los libros nos enriquece y nos transforma. Nos hace más sensibles, más imaginativos y, sobre todo, más libres. Más críticos del mundo tal como es y más empeñados en que cambie también él y se vaya acercando a los mundos que inventamos a imagen y semejanza de nuestros deseos y sueños.
Por eso, los libros son un testimonio inapelable de las carencias y deficiencias de la vida, aquellas que incitan a los seres humanos a crear mundos de fantasías y a volcarlos en ficciones para poder tener aquello que la vida que vivimos no nos da. El viaje al corazón de ese bosque encantado de los libros no es gratuito, un paseo divertido y sin secuelas. Es un viaje que deja huellas en el sentimiento y la inteligencia del lector, la comprobación de que el mundo real está mal hecho, pues no basta para colmar nuestros anhelos. ¿Para qué inventaríamos otros mundos si con éste nos bastara? Es imposible no salir de un buen libro sin la extraña insatisfacción de estar abandonando algo perfecto para volver a lo imperfecto y empezar a mirar el entorno con cierto desánimo y frustración. Nada ha hecho que el mundo progrese tanto desde los tiempos de la caverna primitiva hasta la era de la globalización como ese viaje a lo imaginario que acompaña a hombres y mujeres desde su más remoto pasado y del que da testimonio inequívoco el mundo vertiginoso y laberíntico de los libros.
No es sorprendente, por ello, que los libros hayan despertado, a lo largo de la historia, la desconfianza, el recelo y el temor de los enemigos de la libertad, de quienes se creen dueños de las verdades absolutas, de todos los dogmáticos y fanáticos que han sembrado de odio y violencia zigzagueante el curso de la civilización.
La Inquisición lo vio clarísimo: los libros deben ser examinados y purgados por censores estrictos para asegurar que sus contenidos se ajusten a la ortodoxia y no se deslicen en ellos apostasías y desviaciones de la doctrina verdadera. Dejarlos prosperar sin esa camisa de fuerza de la censura previa sería poblar el mundo de heterodoxias, teorías subversivas, tentaciones peligrosas y desafíos múltiples a las verdades canónicas. Esta mentalidad llevó a decidir que todo un género literario -la novela- fuera prohibida durante los tres siglos que duró la colonia en todas las posesiones españolas de América. Durante trescientos años no se pudo editar ni importar ficciones en las colonias americanas. El contrabando se encargó de que muchas novelas circularan en nuestras tierras, felizmente. Pero una de las perversas -o tal vez felices- consecuencias de esta prohibición fue que, en América latina, como la ficción fue reprimida en el género que la expresaba mejor -las novelas- y como los seres humanos no podemos vivir sin ficciones, éstas se la arreglaron para contaminarlo todo -la religión, desde luego, pero también las instituciones laicas, el derecho, la ciencia, la filosofía y, por supuesto, la política-, con el previsible resultado de que, todavía en nuestros días, los latinoamericanos tengamos grandes dificultades para discernir entre lo que es ficción y lo que es realidad. Eso ha sido muy beneficioso en los dominios del arte y la literatura, pero bastante catastrófico en otros, en los que sin una buena dosis de pragmatismo y de realismo -saber diferenciar el suelo firme de las nubes- un país puede estancarse o irse a pique. Los comisarios políticos han reemplazado en la vida moderna a los inquisidores de antaño.
Vez que se ha apoderado de un gobierno un fanático religioso, ideológico o un caudillo megalómano que se cree dueño de la verdad absoluta, los libros se han visto sometidos a purgas, recortes y vejaciones para tratar de evitar que lo que ellos encarnan mejor que nadie -la diversidad humana, la variedad de ideas, creencias, puntos de vista, costumbres y tradiciones- se divulgue y contradiga la visión dogmática, excluyente y autoritaria entronizada. Nazis, fascistas, comunistas, caudillos militares o civiles enceguecidos por los espejismos de las verdades absolutas han tratado a lo largo de toda la historia y en todas las geografías del planeta de domesticar y embridar el espíritu creativo, insumiso y crítico -que ha sido siempre el motor del cambio-, pero, por fortuna, siempre han fracasado. Dejando, eso sí, en el camino una miríada de víctimas -torturados, encarcelados y asesinados- que, pese a la represión y a las persecuciones, mantuvieron siempre viva aquella llama de libertad que anida, como un alma secreta, en el corazón de los libros.
Leer nos hace libres, a condición, claro está, de que podamos elegir los libros que queremos leer y que los libros puedan escribirse e imprimirse sin inquisidores ni comisarios que los mutilen para que encajen dentro de las estrechas orejeras con que ellos aprisionan la vida. Defender el derecho de los libros a ser libres es defender nuestra libertad de ciudadanos, el precioso fuego que la atiza, mantiene y renueva.
Una de las mejores tradiciones de la Argentina ha sido ser un país de libros, escritores y lectores. Yo lo recuerdo muy bien, pues mi infancia y mi adolescencia se nutrieron de revistas y libros (y, añadiré, películas y canciones) que se producían y editaban en este país y se difundían por todos los rincones de América. Por ejemplo, llegaban puntualmente a Cochabamba, la ciudad boliviana donde viví hasta los diez años. Recuerdo muy bien la llegada periódica de Leoplán para el abuelo, el Para Ti que leían mi madre y m abuela y el Billiken que yo esperaba como maná del cielo. Más tarde, de universitario en San Marcos, en Lima, conocí la literatura más renovadora y moderna (de Faulkner a Thomas Mann, de Joyce a Sartre, de Camus a Forster, de Eliot a Hemingway) gracias a las traducciones que editoriales como Losada, Sudamericana, Emecé, Sur y otras publicaban y distribuían por todo el continente. Como innumerables jóvenes latinoamericanos de mi generación, puedo decir por eso que debo buena parte de mi formación literaria a esa pasión por los libros que anida en el corazón de la cultura argentina.
Hago votos por que esa hermosa tradición se renueve y fortalezca y que sea la mejor expresión de ello esta Feria del Libro de Buenos Aires.

22/04/2011

Fuente:
Diario “La Nación

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