miércoles, 29 de abril de 2009

TALLER "FORMACIÓN DE POETAS" Dirigido por el poeta Enrique Verástegui

Enrique Verástegui
Foto: Miguel Ildefonso

Este primer "Taller de creación literaria", diseñado e impartido por el prestigioso poeta Enrique Verástegui, se desarrollará a partir del trabajo en conjunto de la palabra, idea y creación con el objetivo principal de formar poetas y potenciar su capacidad creativa. Está dirigido a todas aquellas personas, que quieran desarrollar su sensibilidad creativa a través de la palabra escrita hasta darla a conocer por medio de sus escritos.

Inicio: 8 de Mayo del 2009

Días: Viernes y Sábados

Duración: 4 Clases (2 semanas, los días 8, 9, 15 y 16 de mayo)

Hora: 7 p.m. a 8.30 p.m.Lugar: Avenida Los Ingenieros Nº 235, Santa Raquel, La Molina

Costo: S/. 80 Nuevos Soles (Vacantes limitadas)

Inscripciones: de 9 a 5 pm.

Casa del Poeta, Telf. 3492755, isabelverastegui@hotmail.com

TEMARIO

INTRODUCCION AL CONCEPTO DE POESIA

1. La poesía, concepto de poesía. Pensamiento poético

2. Historia de la poesía, sus comienzos, los primeros poetas o trovadores

EL POEMA

3. El poema como creación artística – El texto poético – Componentes del poema

4. La imagen poética. – Estrategias para la creación de poesías a partir de imágenes

INTRODUCCION A LAS TECNICAS Y RECURSOS DE LA POESIA

5. Ritmo – Métrica - Estrofas

6. Conocimiento de los Géneros y figuras Literarios

7. Función poética

EL POETA Y SU CREACION LITERARIA

8. El poeta creatividad y creación Términos utilizados en el lenguaje poético, herramientas poéticas

9. La filosofía

10. La metáfora

11. Las matemáticas

12. Ejercicios para la creatividad: lecturas

Tomado de:
http://sol-negro.blogspot.com/

lunes, 27 de abril de 2009

Mañana, martes: Presentación del poemario: "Poemas Cotidianos" de Karina Varcárcel


Hoy "Poesía en el Sur" presenta: "Poesía Pura Vs. Poesía Social"


Comunidad "Poesía en el Sur"

Presenta su primera contertulia y porque no debate :

"Poesía Pura Vs. Poesía Social"

¿Debe o no el poeta asumir un compromiso concreto con su realidad, frente a los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir?

Sin ponentes, sin exponentes, la idea es que intervengas tú.

Lunes 27 de Abril
8:00 a 10:00 pm
Parque del Sector 3, Grupo 9, Villa el Salvador
(En el local que está en el medio del parque)

Referencias:
A 1 cda. del Cruce Av. Revolución y Mariategui,
también a 1 cda. del Colegio “Fe y Alegría”.

Ingreso Libre

Jueves 30: Presentación del libro: "Madrid: una ciudad, muchas voces"


Apreciados amigos la presentación de esta antología (cuyos prólogos lo escribieron los poetas Aureliano Cañadas de España y Miguel Ildefonso de Perú) se llevará a cabo el día jueves 30 de abril en el Auditorio de la Casa de la Cultura de la Municipalidad de Jesús María (cito en Horacio Arteaga 535, a espaldas de la Concha Acústica de Jesús María) a partir de las 7:00 p.m.
Presentarán los poetas Miguel Ildefonso, Santiago Risso, Juan José Soto y Johnny Barbieri. Los invitamos a todos, no falten (Juan José Soto).

miércoles, 22 de abril de 2009

SAN LUIS: JOVENES HACIENDO CULTURA‏


El poeta Michael Alberto Jiménez Melchor me envía un email. Me dice: Estaremos los de "Poesia en el Sur" en este evento que organiza la municipalidad de San Luis.

Así mismo les envío el volante sobre el encuentro: "Jóvenes Haciendo Cultura" que se realizará en el Parque Horacio Patiño del distrito de San Luis el viernes 24 de abril a las 6pm. Las personas que deseen participar deben mandar sus datos al correo que aparece en el volante o acercarse a la Biblioteca Municipal (Jr. Capea 180, Urb. Villa Jardín). Por favor reenvíenlo a sus contactos para una mayor difusión. Gracias por todo, nos vemos pronto.

lunes, 20 de abril de 2009

Trova colombiana en Lima Sur con Lizardo Carbajal

Lizardo Carbajal

Trova Colombiana en Lima Sur
con
Lizardo Carbajal

Caleño, Contador de Historias, Trovador

Lunes 20 de Abril

8:00 a 10:00 pm

Parque del Sector 3, Grupo 9, Villa el Salvador.

(En el Local que queda en medio del Parque)

Referencias: A 1 cda. del Colegio
“Fe y Alegría” y del cruce de la Av. Revolución y Av. Mariategui
Ingreso Libre

Organiza:

Comunidad Poesía en el Sur

viernes, 17 de abril de 2009

HOMENAJE a CIRO ALEGRÍA en el CONGRESO DE LA REPÚBLICA este VIERNES 17 de abril


Dia: Viernes, 17 de abril de 2009
Hora: 14:30 horas
Lugar: Hemiciclo Raúl Porras Barrenechea del Congreso de la República, Plaza Bolivar Av. Abancay s/n - primer piso del Palacio Legislativo
Organiza: Presidencia de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología - Congresista Roger Najar Kokally
Teléfono: 311-7777 anexo 2547

CONGRESO DE LA REPUBLICA
Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología
ROGER NAJAR KOKALLY
PRESIDENTE
CENTENARIO NACIMIENTO CIRO ALEGRIA
HEMICICLO RAUL PORRAS BARRENECHEA - CONGRESO DE LA REPUBLICA17 de abril 2009

2:30 - 3:00 pm
REGISTRO DE ASISTENTES

3:00 - 3:10 pm
INAUGURACIONCONGRESISTA ROGER NAJAR KOKALLY
PRESIDENTE DE LA COMISION DE PUEBLOS ANDINOS, AMAZONICOS, AFROPERUANOS, AMBIENTE Y ECOLOGIA

3:10 - 3:30 pm
Tema: “REFLEXION SOBRE LA SERPIENTE DE ORO”
Dr. MARCOS MARTOS CARRERA
PRESIDENTE DE LA ACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA

3:30 - 3:50 pm
Tema: “SELECCIÓN DE PAGINAS MAGISTRALEAS DE CIRO ALEGRIA"
Dr. ALONSO ALEGRIA AMEZQUITA
CATEDRATICO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU

3:50 - 4:10 pm
Tema: "CIRO ALEGRIA, PRIMER CLASICO DE LA NOVELISTICA PERUANA"
Dr. RICARDO GONZALES VIGIL
CATEDRATICO DE LA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU

4:10 - 4:30 pm
Tema: "SELECCIÓN DE PAGINAS MAGISTRALES DE CIRO ALEGRIA"
Dr. CIRO ALEGRIA VARONA
DOCTOR EN FILOSOFIA Y CATEDRATICO DE LA PUCP

4:30 - 4: 50 pm
Tema: “LA JUSTICIA Y EL DERECHO EN LA OBRA DE CIRO ALEGRIA”
Dr. IVAN RODRIGUEZ CHAVEZ
PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE RECTORES

4: 50 - 5:10 pm
Tema: "OBRA POSTUMA DE CIRO ALEGRIA"
Sra. DORA VARONA
ESCRITORA Y PRESIDENTA DE LA CASA DE LA CULTURA CIRO ALEGRIA

5:10 - 5:20 pm
CLAUSURA
Lic. CARLOS GALLARDO GOMEZ
DECANO DEL COLEGIO DE PROFESORES DEL PERU

BRINDIS DE HONOR

RECITAL GENERAL POR EL POETA UNIVERSAL: César Vallejo


(Santiago de Chuco, 16/03/1892 – París, 15/04/1938)
Un verso, una canción…para conmemorar el LXXI aniversario de su partida a la Inmortalidad.

Participan:
Luis Yañez,Gustavo Armijos, Ulises Valencia,
William Gonzales Pérez,Orlando Ordoñes,Raúl Heraud, Manuel Odar....etc.

Modera: Juan Benavente
Hora: 7pm
Lugar: Jr. Quilca 238 Lima

INGRESO LIBRE

Este viernes 17 en Yacana: "NEÓN" a la carga

Después de mucho tiempo volveremos a ver a este grupo emblemático de la poesía peruana de los 90, en conjunto. Claro, eso sí, con algunas bajas, pues algunos de sus integrantes han partido por otros lares y otros han fallecido. De ninguna manera podemos perdernos esta ocasión. Estamos invitados a este recital que será de la patada. Ahí nos vemos.

miércoles, 15 de abril de 2009

CURSO: POETAS DEL 50: PRIMER GRUPO

ANA MARÍA GAZZOLO

CURSO: POETAS DEL 50 (PRIMER GRUPO)
DICTA: ANA MARÍA GAZZOLO

Curso en el Porras: "Generación poética del 50"

Hoy, en el centro cultural Raúl Porras Barrenechea (Colina 398, Miraflores), a las 19.00 horas, se inicia el curso "Poetas del 50": primer grupo, a cargo de la poeta Ana María Gazzolo. El curso presentará el alcance de la poética de los primeros representantes de la generación del cincuenta, entre los que destacan Javier Sologuren, Blanca Varela y Jorge Eduardo Eielson, entre otros.

Fuente: Diario "El Peruano"

CONVERSATORIO EN TORNO A YOLANDA WESTPHALEN

POETA YOLANDA WESTPHALEN

CONVERSATORIO EN TORNO A YOLANDA WESTPHALEN Y SU OBRA POÉTICA

En el marco del Mes de las Letras, hoy se efectúa el conversatorio en torno a la obra literaria de Yolanda Westphalen, a las 19.30 horas, en la sala Lumières de la Alianza Francesa de Miraflores (Arequipa 4595).Participan los destacados críticos literarios Ricardo González Vigil y Richard Cacchione. Ana María Westphalen, hija de la poeta, leerá una selección de sus poemas. La también poeta Marita Troiano formulará comentarios de rigor. Presenta Julio Heredia. Ingreso libre.

Fuente: Diario "El Peruano"

RESEÑA DEL LIBRO TECNICAS DE RESTAURACION POETICA‏ por Antonio de Saavedra

Nuevo libro del poeta Antonio Sarmiento

Antonio Sarmiento. Técnicas De Restauración Poética. Elementos Generales Y Rediseños A La Poesía De Vallejo. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” – Ediciones Altazor – Serie Humanidades 1, Octubre 2008. 128 páginas. 500 ejemplares. ISBN 978-9972-2996-4-3


En el año 2006 los productores musicales George Martin y su hijo Giles realizaron un soundtrack para un espectáculo -ideado en 2000- por Guy Laliberté (fundador del Cirque Du Soleil) y por nuestro dulce señor George Harrison. Los Martin se encerraron durante unos meses en los legendarios estudios Abbey Road, con las cintas pergeñadas por los Fab Four entre 1962 y 1969, resultando el excelente disco Love, colección de éxitos remezclados, que algunos sentimentales beatlemaniacos no verían con buenos ojos. A esto podríamos llamar restauración, en el buen y correcto sentido de la palabra, en el que no se pueden dejar de lado ciertas habilidades individuales que conlleva un trabajo como este. Actividad mayormente desarrollada en la arquitectura y en algunas artes plásticas, y más recientemente en películas cinematográficas.

El poeta Antonio Sarmiento (Chimbote, 1966), yendo por esas sendas inculcadas por Luis Cernuda y por Octavio Paz en la que los poetas también deben ser unos libres pensadores, ha escudriñado las entrañas mismas del texto poético al querer ir tal vez más allá del grado cero de la escritura, punto en el cual el poema ya siendo de dominio público podría ser modificado/arreglado/reestructurado con miras al futuro o a una mejor comprensión del texto. Es patente en algunos grandes lectores de libros (véanse los pertenecientes a Mario Vargas Llosa en la exposición-homenaje a su persona) anotar ciertas ideas en las márgenes de las páginas leídas, y que en buena medidas son punto de inflexión para prontos trabajos textuales. Si se tomaran más en cuenta dichas anotaciones qué otros textos saldrían a la luz al verse el lector transfigurado en el autor. ¿Qué hubiera sido de la poesía de José María Eguren si un conspicuo Jorge Luis Borges talvez se arriesgara a restaurar alguna de sus Simbólicas? Sarmiento recalca que posiblemente el mayor trabajo de restauración pudo haber sido la revisión y tachadura de muchos versos del gran poema de T. S. Eliot The Waste Land (La Tierra Baldía, publicado en el annus mirabilis de 1922), realizada por Ezra Pound, il miglior fabbro.

El meollo del asunto está concentrado, según mi criterio, en la siguiente cita del libro:

La técnica restauradora que centra su análisis también en la creatividad no se fundamenta en la transmutación o en la conversión de un texto a otro. Más bien busca fijar y aproximar la trama de relaciones a la versión más definida y esencial. No halla su método en la acción libérrima de la escritura. (Pág. 65).

Evidentemente en nuestro medio latinoamericano muchos poetas de cuño mayor podrían entrar en un franco proceso de restauración que no les vendría mal con miras y en provecho de las próximas generaciones. Pienso en Jorge Teillier, Juan Ojeda, Mario Santiago, entre otros más. Por lo pronto una de esas temáticas interminables dentro de la restauración poética (disciplina que no debe confundirse con la filología, muy a pesar de sus raíces comunes, y de los ideales reticentes de estoicos teóricos literarios), según Sarmiento, son las sucesivas ediciones de la poesía de César Vallejo. Cada uno de sus célebres editores ha visto conveniente ordenar, corregir, retacear, aproximar y agregar algo nuevo y distinto de los otros editores. Así por ejemplo yo me fascinaba con las diatribas escritas por Xavier Abril en sus libros sobre Vallejo criticando –aunque me lo imaginaba más refunfuñando- los criterios transcriptivos y editoriales de Juan Larrea y Américo Ferrari. Pa’ bravo solo él. Justamente el estudio de Sarmiento, para ejemplarizar sus ideales, está más que nada basado en los vericuetos lingüístico-culturales de los inmarcesibles versos del autor de Trilce.

Baste por eso con la lectura y comprensión del último apartado del libro en el que 7 jóvenes poetas peruanos (entre quienes destacan Raúl Heraud, Héber Ocaña Granados, Jorge Ita Gómez, Raúl Jurado Párraga y el propio autor) se aventuran a restaurar, casi al modo de los talleres de literatura por los que muchos de ellos pasaron, algunos de los poemas de César Vallejo, quien ya ha dejado de ser un paquidermo inalterable (¡perdónanos querida Georgette!) dentro del canon literario peruano actual. Quien creo que libra mejor la batalla con los versos vallejianos es Raúl Heraud, quien ha hecho el trabajo junto a la tumba de Vallejo en el cementerio de Montparnasse en París, donde descansa nuestro eterno César. Mejor lugar no habría... Técnicas De Restauración Poética es una lectura fascinante para bibliófilos impenitente; es un libro ideal para iniciarse y/o afirmarse en el siempre difícil camino de la poesía, sin dejar de lado la lectura íntima y aguda (como debe ser sin duda) de los poemarios propiamente dichos. Se lo agradecerán no solo los paperback writers si no también The Beatles. Yeah, yeah, yeah...!!!

ANTONIO DE SAAVEDRA
andesaa@yahoo.com
http://antoniodesaavedra.blogspot.com/

domingo, 12 de abril de 2009

El rumor de Rose por César Lévano

Juan Gonzalo Rose

El rumor de Rose

Hoy se cumplen 26 años de la muerte de Juan Gonzalo Rose, el poeta que nos mejoró la vida con sus versos y su vida transparentes.

Bueno es recordarlo en estos días en que las palabras de muchos políticos y periodistas chorrean fango.

Fui amigo fraterno de Rose desde nuestra temprana juventud y cultivamos juntos un amor intransigente e inalterable por la justicia y la belleza. Cuando él regresó del destierro en México, con esta frase me dedicó su libro Cantos desde lejos: “Para César Lévano, hermano del canto y la esperanza”.

Habíamos militado en la Juventud Comunista antes de que él partiera al destierro, y yo a largos años de cárcel. Al volver del exilio me dijo: “César: voy a escribir, pero no sobre ti, sino sobre la mujer que te esperó tanto tiempo cuando estabas tras las rejas”.

Ignoro si cumplió esa promesa. Sé que hay mucha poesía y prosa de Rose inédita, y también una zona adrede oculta.

Meses atrás, cuando en el Museo de la Nación se presentó la Obra Poética de Rose hice notar que faltaban algunos poemas, entre ellos la llameante “Voz de orden”, y también algunas canciones, sobre todo el hermoso yaraví “A los héroes del pueblo”, que tiene música de Manuel Acosta Ojeda. En vista de lo cual y por lo tanto, leí el poema y entoné el canto.

Fue una manera atinada, creo, de justificar mi presencia allí como presentador de una creación que conozco tanto como a su autor. Me redime el hecho de que hubo ovación y bravos.

Pocos saben, o hacen como que ignoran, que escribí el prólogo de una antología de Juan Gonzalo a la que titulé “Camino real”. La edición fue ocurrencia de admiradores del poeta bajos de fondos, pero aptos para la colecta.

Los editores propusieron varios nombres para el prólogo: Alberto Escobar, José Miguel Oviedo, Washington Delgado y otras eminencias.

Rose movió la cabeza y despachó su voz de orden: “El prólogo lo hace César Lévano”.

Poeta de la ternura y el combate, Juan Gonzalo se apartó de la militancia partidaria decepcionado por las revelaciones sobre los crímenes de Stalin (lo expresó en una conferencia en la Biblioteca Nacional); pero eso no desmoronó su pasión por la justicia y el socialismo.

El viejo orden, aún subsistente, maltrató al adolescente puro; no le enturbió el corazón. Meses atrás, cuando depurábamos con Víctor Merino unos versos míos a los que hace mucho él puso música, Víctor recordó estas líneas desconocidas de Rose que él musicalizó:

Mi mano derecha no sabe lo que hace mi mano izquierda.
Mi mano izquierda no sabe lo que hace mi mano derecha.
Pero con ambas manos yo te amo
y levanto tu nombre sobre el tiempo,
con ambas manos tomo tu cabello,
flora del paraíso.
Junto mis manos para rezar
y las separo para colocarlas en tus hombros,
única balanza de mi dicha.

Díganme si eso no es poesía, es decir, amor.

12/04/09

Fuente: Diario "La Primera"

“XVIII Encuentro de Escritores y Poetas Ancashinos” en Huari este 15, 16 y 17 de abril

Los escritores de Áncash se reunirán en Huari.

La Asociación de Escritores y Poetas de Ancash (AEPA) y la municipalidad provincial de Huari convocan al “XVIII Encuentro de Escritores y Poetas Ancashinos”, en Huari. Se trata de un encuentro de integración cultural entre los poetas y escritores nacidos en Áncash, Huánuco y Ucayali. El evento se denomina “Santiago Antúnez de Mayolo-Eleazar Guzmán Barrón”, motivo por lo cual se ha programado recitales, conferencias magistrales y conversatorios. El evento se llevará a cabo entre los días viernes 15, sábado 16 y domingo 17 de mayo.

El temario comprende: La literatura ancashina, historia y actualidad. Situación de la literatura ancashina contemporánea. La literatura en la provincia de Huari. Literatura Regional de Huánuco y Ucayali. Producción literaria en quechua. Estudios de literatura y tradición oral. Política cultural en el Perú: crisis y necesidades. Vida y obra de Santiago Antúnez de Mayolo y Eleazar Guzmán Barrón.

Las ponencias deberán ser enviadas anticipadamente a: aepa.ancash@gmail.com hasta el 30 de abril. No se aceptará la participación de un escritor que no envíe su texto. Habrá dos buses para trasladar a los escritores: uno de Lima y otro de Huaraz a Huari y viceversa. Se partirá la noche anterior del encuentro, debiendo los participantes definir con anticipación la ruta por la que deseen viajar. Hay que ir para conocer Huari histórico y milenario, es una oportunidad para llegar hasta las pakarinas y raíces del Perú eterno.

DETALLE:
Toda la coordinación para este encuentro se hará al correo de AEPA: aepa.ancash@gmail.com / Blog del encuentro es: http://aepa-ancash.blogspot.com/

12/04/09

Fuente: Diario "La Primera"

jueves, 9 de abril de 2009

Nostalgia de la muerte en «Los desmoronamientos sinfónicos» de Miguel Ildefonso


¿Qué es lo que nos retiene aún aquí?:

Nostalgia de la muerte en «Los desmoronamientos sinfónicos» de Miguel Ildefonso

Por Darwin Bedoya

Aparece como una columna de alta y densa humareda esta poesía, estos desmoronamientos, «esta es la prolongación de su aliento entre los objetos sin nombre la prolongación de su corazón la prolongación de la poesía aparecida entre los escombros» (p.57). Ahora que no sólo se habla, sino que también se escribe, graba, estudia, expone, colecciona, construye o destruye nuevas formas del arte poético, incluyendo su considerable constelación o bifurcaciones, donde resaltan estrellas como: los poemas performances, la poesía fónica, la polipoesía, la poesía fractal, la poesía digital, la holopoesía, los poemas objetos, la videopoesía, los poemas plásticos, la poesía multimediática, etc. Después de toda esta parafernalia de presentaciones discursivas en el género, la percepción de la poesía sigue siendo única en esta inmensa avenida de las tramas que consigue el alfabeto, donde, inclusive la idea espacial de las letras, los colores, los volúmenes, los grados de transparencia, las mutaciones de la forma, la posición relativa de las letras y las palabras, y la aparición y desaparición de grafías es inseparable del discernimiento sintáctico y semántico del texto. Sin embargo, a pesar o gracias a estos multiprocesos de experimentación que se están promoviendo en las poéticas posmodernas, el espíritu de los versos continúa siendo el de siempre, el sempiterno, considerando, implícitamente, esa tan mencionada intertextualidad donde se habla de la «imitatio», «inventio» o «creatio», casi contraponiéndose a la fugacidad y brevedad que identifican a la posmodernidad y su rictus de arte global, peligrosa o milagrosamente masiva, tejida y prisionera en la red de redes y sus sistemas que crujen bajo la sombra de la cibercultura ¿Pero luego qué?

Miguel Ildefonso (Lima, 1970) nos entrega ahora «Los desmoronamientos sinfónicos», con poemas «escritos sobre el dolor del cuerpo» (58), porque el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir. E. M. Cioran, en «Desgarraduras», apostando por esas esperanzas de sobrevivencia a partir de la escritura, pudo mencionar: «No se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tienen ganas de decir algo». El mundo está poblado de miserias, dolores, soledades, excentricidades, desolaciones, agonías, reveses y, tal vez, por un cúmulo de tiempos impensados; sin embargo la poesía viene de dentro y tiene, más que filiaciones, concretamente, conexiones, especialmente internas. La poesía tiene que abrirse paso desde dentro si se quiere llegar a encender. Tiene que ver con lo que Kandinsky y otros, mucho antes que él llamaban «la necesidad interior». Una carestía interior que permite a los poemas, al trabajo artístico, mostrar su propio orden. No un precepto impuesto anticipadamente. No un orden disciplinario. Sino un mandato que brota de su propia naturaleza, del propio ser del poeta, del hombre que vive, pero que está consciente de la brevedad de la vida, gracias a la cercanía o a la convivencia con la muerte, sobre todo por ese ajuste de rigor que recibe la vida, gracias a la sombra de fatalidad que le otorga la angustia: «las luces que navegan en la distancia lejos donde no llega el olor de los muertos aquí todo es destrucción» (59).

El corpus de este poemario parte con las alusiones a la muerte desde el primer poema: «ave de paso», en el que se puede leer: «como un beso en medio de la catástrofe vendrá la muerte para cerrar esta puerta» (9), y concluye haciendo alusión a la llegada de la muerte, sin que nadie se dé cuenta, con el poema «el viento a favor» en el que se lee: «yo escribía junto a la ventana y aquel morado viento entraba vestido de mujer. así penetraba mi cama. trastornaba mi cerebro. una prostituta camina descalza en la página que escribo ahora. nadie la ve porque está muerta» (60). La consumación de la estancia en ese dulce infierno está sumida en estas páginas, y cada poema es la más clara señal de que el poeta ha logrado pulcramente esa simbiosis paradójica, del amor—desamor, esa articulación entre vida—muerte, con esta su manera de dar vida a la muerte en medio del caos y los indiscutibles desmoronamientos que se encargan de erigir una poética que nos muestra la realidad humana del diario vivir, con un canto que crea un efecto de angustiosa reflexión frente a la vida, abstracción que parte desde la voz un poeta que explora nuevamente este padecimiento cotidiano, por ser, tal vez, un imperioso padecimiento que emerge desde él mismo, como diría Mircea Iliade: «si los pájaros cantan/ es, sencillamente, / para no morir de asfixia». Esa representación como la de un Cristo (poeta) apocalíptico, atormentado, desahuciado que mira a Jerusalén (Lima) en un terrible estado de caos y destrucción, ese signo—designio poético viene desde «Vestigios» (1999) donde Ildefonso escribe estas nostalgias: «yo camino perdido entre los sueños incendiados / […] yo muero pero vuelvo de los perfectos basamentos / […] hacia allá vuelvo con lentos y tenaces recuerdos/ a cumplir mi historia». En el libro «Las ciudades fantasmas» (2002), podemos leer: «yo dejaba que las hormigas subieran por mi espalda / y entraran a mí por las cuevas de mis ojos, / mientras el viento buscaba sus propios caminos / para entrar al corazón del corazón (que es el morir)». En «M.D.I.H.» (2004), Ildefonso escribe: «he visto a la muerte entrar a un cine / luego salir de la peluquería. Debajo de los carros guardó un ala / que tocó alguna vez el paraíso, / el negro paraíso de una muchacha nerviosa / colgada de una pastilla». Ocurre lo mismo en «Canciones de un bar en la frontera» (2001) cuando dice: «estas palabras no son mías —los poemas existen en la realidad— / yo les permito acercarse matarme ser/ en la hoja solo encuentro la perfección de los sonidos». En «Canciones…» se puede percibir, con cierta intensidad, una pérdida del amor, una necesaria angustia, distinta a la de «Los desmoronamientos sinfónicos», esto se puede comprobar en la sección llamada «Cuaderno de las palabras muertas», allí es posible percibir, como en Novalis y Hölderlin: «todo un bosque de tristezas». Luego, en «Heautontimorumenos» (2005) Ildefonso revisa los tormentos interiores que tienen como protagonista a la angustia y su culmen: la muerte. Estos poemarios son parte del enorme proyecto poético del poeta Ildefonso, contienen aquellos versos que muestran el designio que toma como eje su poesía toda. Ese abisal mundo que ha elegido para emanar su discurso poético.

El destino baraja, y nosotros jugamos, decía Arthur Schopenhauer. Esta misma atmósfera deletérea e imprevisible y, además, de largas cabelleras angustiosas, parecen ser otra vez el reclamante universo de la poesía de Miguel Ildefonso que ahora nos entrega «Los desmoronamientos sinfónicos» (2008) Hipocampo editores, que confirma este «continuum» de sorprendente estructura y notable densidad de un lenguaje que a veces se quiere oscuro, difícil (como dijera en «Consagración de lo diverso», Luis Fernando Chueca), culto, técnico y hasta antipoético, pero sobre todo: difícil. Si consideramos el rol de la presencia de la sustantivación y la adjetivación, por ejemplo la aparición de vocablos como: argiva, tagua, férvidos, alongados, conculcar, caolín (24), cerúleo, lampreas, síndicos, pórvida, feble, abeleñar, oblongos, etc. (25). En esta nueva publicación (hay que mencionar que, anteriormente, este mismo conjunto de poemas estaba en la red en formato de poesía digital), de uno de los más importantes poetas de la generación del 90, como muchos lo han reconocido, podemos percibir algunos vínculos que se conectan con la poesía de Novalis, recordamos por ejemplo, aquel texto titulado «Nostalgia de la muerte», poema que integra el libro «Himnos a la noche». Los referentes más inmediatos de Ildefonso son clásicos, a lo largo de toda la historia de la poesía; pienso en las imágenes, las palabras de la poesía de Hölderlin, de Novalis mismo, de Vallejo, de Baudelaire, de Bukowsky, los vanguardistas indivisos, etc. Todos parecen estar aquí a la hora de la hora de los desmoronamientos. Inclusive se puede percibir imágenes abstractas de las atmósferas de Corot, de Millet, de los futuristas italianos, la «Mujer bajando las escaleras» de Duchamp como una viva efigie exponiéndose a cada instante, como los retratos de Max Beckmann, yanto o igual que los expresionistas abstractos norteamericanos, por ahí tal vez esté un tipo de cabellera roja llamado Van Gogh, pálido y contemplando a un Gauguin solariego y silencioso. Un mutismo poblado inclusive de la música de Beethoven, The Doors, Smashing Pumpkins, The Cure, etc. Han hecho posible esta poesía, estos desmoronamientos implacables.

«Los desmoronamientos sinfónicos» (LDS) funda un claro ejemplo de una poesía que podríamos llamar cuántica, según nos propone su autor, al presentar elementos poéticos en forma de partículas, relativamente breves, que obedecen a una mecánica de cadencia menguante (Es previsible saber que quienes hayan considerado el tema de la muerte, a través de la escritura, se hayan envuelto completamente en la angustia como modo de conclusión o avatar frente a esas cuestiones en clave de discurso lírico o reflexión estética que al final viene a constituir una poética), basada en los principios de la elipsis, la riqueza de invención y el notorio lirismo impregnado de cierta coloquialidad y ternura. Desde el título, considerando luego el epígrafe de Browning, sugeridor de una posible esencia del propio cosmos de imágenes de decadencia y señales irremediables de crepúsculos, hasta la misma estructura y permeabilidad del poema en prosa, es posible notar ese espíritu de angustia y existencia desesperada que emergen de una sensibilidad inmarcesible, propia de un poeta ya no en ciernes, sino en plena confirmación de un estilo y una poesía ya conquistada. En LDS nos hallamos ante la presencia de un discurso poético lleno de reflexiones y fotografías que a diario nos presenta la realidad, de un espacio lleno de defectos, de desilusiones interminables y abismos que no concluyen. Este poemario, por momentos, nos hace ver ante múltiples situaciones que pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo, escenas y pareceres, donde se presentan ninfas defecando, fantasmas de prostitutas, actores ebrios que rompen floreros, Humareda haciendo el amor con Marilyn, el mismísimo Hölderlin y Cioran y Blake y Schumman y Bach; pulgas en los tibios senos de una muchacha, perros amarrados en la azotea, hoteles, flores, cenizas, larvas, gatos, gatos… Uno de los polos de la poesía contemporánea es el que se presenta como una recuperación de la conciencia transferida a un nuevo estado de presencia, aun nuevo ser. Entonces, como dice P. Mora: mientras exista algo o el dolor exista, existirá la poesía. La poesía trata de algo falso en la medida en que es real. Y el dolor, la angustia y la muerte son aquí ahora, como el tiempo: nunca se va ni se detiene ni desaparece: «yo presiento mi holocausto sin arrepentimientos y así es largo el tránsito de los muertos» (28) «he llegado de una alta angustia caminos bermejos vientos lozanos he cumplido con el ciclo de las estrellas» (26), «pronto crecerá el fuego y naceremos donde hemos muerto» (20), «agonizan los viejos exhalando un antiguo canto mientras agonizan mis poemas y muero sin poder hacer nada» (28), «las sombras y el brillo de las avenidas enguirnaldadas me dirán que estoy llegando a mi final» (20), «nuestros ojos son inútiles ahora y en la hora de nuestra muerte (13). Como Nervo, Novalis escribe a partir de un gran dolor. Una inmensa penuria que a Novalis le provoca preguntarse, dentro de su aterradora angustia, «¿qué es lo que nos retiene aún aquí?» La desolación y la muerte son los signos de los que no nos podemos separar, Ildefonso así lo ha interpretado, por eso su poesía, por eso estos desmoronamientos: «ahora moriremos en esta hierba entre los esquifes miraremos nuestras espaldas desnudos en el espejo» (21), «una muerte a mi costado como un ruiseñor» (23), «un vacío que centella grávido como mi muerte» (29), «una ventana violeta como un espejo redondo donde muere el sol y las puertas marrones como hienas durmiendo»(16). La contemplación de la muerte como un pájaro oscuro, como un espejo que nos la anuncia, a la muerte, todos los días en ese intrépido reflejo, a veces tan idéntica a nuestros sueños, a veces como nos la describe nuestra imaginación, a veces como una muchacha pétrea, a veces como un verso interminable. Será tal vez por eso que «aprendemos ante el terrible paso de las horas que el amor y la muerte son solo palabras» (10), pero palabras que adquieren un cuerpo al que hay que temer casi por una cuestión natural, humana, lógica. «el triste amor de las palabras» (35). La reflexión de Ildefonso reúne los restos procedentes de la desolación, no otros, son intersticios de sus ejercicios anteriores (Vestigios, Ciudades…, Canciones…, etc.) y los orientan en una dirección única, conforme a un trazo que ha de instarse como perfectivo y continuo, casi como un eslabón que se torna en pieza clave para formar un todo excepcional. En LDS, lo que el correlato de la poeticidad prevé es el orden y sentido de los episodios de la reflexión, la topología de las reconstrucciones y proyecciones que conforman su proyecto total (este proyecto que empezó en los años de Neón y que Ildefonso llamó «La fiesta de Rimbaud»), la estructura de su ocupación en el tiempo es válida desde todas las perspectivas. En la medida en que estas proyecciones se aplican aquí al discurso, al control, a la subordinación, no de una desenvoltura singular, sino de la dispersión de todas las significaciones poéticas, debido a que su condición de poema de los poemas se hace pues, ostensible: el sujeto poético es la presencia y la ausencia de todas las realidades. Pero, a decir verdad, que el instrumento de secuencia de tal o cual poema sea la reflexión, no tiene por qué significar que el poema, desde sus inicios, se haya arrogado la propiedad de esa cualidad apocalíptica—lírica, y que por ello debe quedar inmune al control de la reflexión, tal vez por ello la constante alusión a la muerte en LDS intenta, igualmente, decir lo contrario: vida, vida... Puede querer decir que el único obstáculo que la reflexión halla para el ejercicio pleno de sus funciones sea su propia existencia. O dicho de otra manera: que para liberar ese orden reflexivo, para hacer posible, en suma, la tarea crítica del pensamiento es necesario abolir la idea en base a palabras, pero con la inminente presencia de la poesía.

Por estas entelequias LDS es un libro que logra poetizar la crisis del sujeto posmoderno. Todos los signos apuntan a estas y otras interpretaciones lideradas, lógicamente, por esta afirmación que hacemos. Los mismos poemas se encargan de darnos unas pistas que nos permiten este enjuiciamiento, casi de manifiesto. La imagen resultante es la de una sensibilidad formada en este lirismo que persiste en la poesía de Ildefonso. Estos poemas expresan también una obsesión epistemológica por los fragmentos o las fracturas del ser, del poeta, considerando inclusive que la poesía no puede existir confinada dentro de la ciudad humana. Ejerce su desgarrada y dolorosa libertad con escapadas continuas por los extramuros, fuera de la ciudad; pretender limitarla a su interior sería cercenar las posibilidades de un florecimiento. El poema vive de la concordancia fugaz que renueva y amplía la mirada al mundo, y que lo alimenta con dicha, con furia, con penuria o con desasosiego. El piso que sostiene el poema es el momento histórico al cual se dirige y el momento en el que ha sido escrito. Esta modernidad líquida, ese hombre de la calle, ese sujeto urbano que habla en la poesía de Ildefonso, no es otro que aquel que a diario dibuja un sol (en medio de la neblina) en señal de que aún estamos aquí, a pesar de los pesares. LDS nos muestra la secuencia de la atmósfera urbana que Ildefonso empezó en los años 90, esta señal que ya es identitaria del verso de Ildefonso: «la poesía es caminar por lima. entrar a los cines a las cantinas. sentarse en los muros o echarse en los parques. en quilca mirar los libros».(27 y 36), «el hombre de barro camina por el paraíso de cemento» (46), «una ciudad alambrada abre una puerta y las palabras viajan en la noche con una música de espectros» (35) «llevo tras de mí los signos de una época no muy lúcida la peste negra la peste blanca la peste rosa millares de ratas y ratones hambrientos persiguen la música azul de mi flauta […] los roedores me persiguen arrastrando sus pesadas panzas por la plaza san martín caylloma. conozco esta ciudad conozco sus bares sus iglesias sus ministerios sus hospitales también conozco su río» (50) Esta mirada de ribetes extensos que articulan a la ciudad y sus figuras en relación con la mirada moderna del escritor. La poesía de LDS parece oscilar entre urbes que tienen un epicentro llamado Lima. Esa visión neo—social o hiperrealista que hoy es motivo recurrente de la literatura contemporánea, tal como lo han mencionado muchos estudiosos del tema urbano, por ejemplo aquellos que mencionan la construcción de la «ciudad» como objeto teórico (Payne, Jitrik, Sarlo, Gorelik). O los que se han detenido en los estudios de una sociedad de consumo, la sociedad post—industrial, esa ciudad globalizada y el sujeto translocal (Marc Augé, de Certeau, García Canclini). Octavio Paz reflexionaba sobre este nexo entre poeta y ciudad: La relación entre el poeta y su espacio es orgánica y espontánea… El decir del poeta encarna la comunión poética. La poesía pone al hombre fuera de sí y, simultáneamente, lo hace regresar a su ser original: lo vuelve a sí. El hombre es su imagen: él mismo y aquel otro. A través de la frase que es el ritmo, que es imagen, el hombre —ese perpetuo llegar a ser— es. La poesía es entrar en el ser. La poesía: búsqueda de los otros, descubrimiento de la otredad. El poeta escucha lo que dice el tiempo, aun si dice: nada. Poesía, momentánea reconciliación: ayer, hoy, mañana; aquí y allá; tú, yo, él, nosotros. Todo está presente: será presencia. El acto mediante el cual el hombre se funda y se revela a sí mismo es la poesía. Esta ciudad largamente acariciada y perpetuada como objeto poético lleva a un nivel de real importancia a este nuevo poemario de Ildefonso.

LDS: invención de lo cotidiano. Imaginarios urbanos. Construcción de ciudades reales. Ciudades escritas. Realismo posmoderno. Urbanismo. Coloquialidad. Poemas en prosa. Angustia. Soledad. Fatalidad. Ternura y delirio. Desmoronamientos. Poesía. Poesía. Voz «surreal» en la flexión vanguardista es ésta del poeta Ildefonso. Pero es una voz que cumple el rol testifical frente a la «multitud» y la primera visión de la «urbe tecnológica» y sus antagonistas (alegoría, deshumanización, demonización y pauperrización).

Una constante de estos poemas en prosa es la intención de generar un foco de atención sobre una colección de retratos actuales que pertenecen a una Lima según Salazar Bondy: horrible. Los poemas son el resultado de un punto de observación o aproximación a la realidad, generando un acceso sugerido a la imagen mediante restricciones espaciales, visuales, incluso sonoras. Como en un tren fantasma donde el recorrido oculta los mecanismos que lo hacen funcionar. Hay un intercambio entre distintos medios, incluyendo cantos en desarrollo y otros en plena ejecución, casi un concierto de voces y referencias. La estética y ficción casi ciberpunk, Gibson, y la locura de Hölderlin, sobre todo, son notorias en «oniria», «excessus mentis», «minen an die yach». Hay una completa libertad de la escritura y la posibilidad que da la poesía para mostrar estas escenas pictóricas que Ildefonso nos regala en LDS. La obra que tenemos entre manos no es una sola, aquí también se considera el carácter cuántico que mencionamos al inicio, este poemario es parte de un período o un conjunto poético que comienza en 1990 y sigue hasta hoy (y todo parece indicar que seguirá), este es un humus de ideas—poemas que luego seguirán siendo escritos, suponemos, según las intenciones de Ildefonso, en uno y otro libro, y en los temas puede haber algo trazado previamente o en el momento mismo; otro aspecto que resalta es el que le permite escribir de una manera casi natural y tal vez se sienta como pez en el agua. El poeta no gusta de la formalidad preocupante del verso, tal vez ha pensado en un modo de simplificar la división discursiva del trabajo poético, como un discurso anti—versal, pero no ocurre así en los efectos de la poesía.

Los poemas en prosa de LDS muestran una escritura que se deja ganar, por momentos, con un discurso surreal, cercano a Breton, pero resalta, sobre todo, la forma de la prosa que nos recuerda aquellos inicios prosísticos que trajo consigo la gran revolución que supuso el romanticismo en la escritura poética. Desde mediados del siglo XIX cuando los escritores franceses, considerando al precursor alemán Novalis, erigen una poesía en prosa; luego vendrían los ya conocidos textos de Gaspar de la Nuit , además el poeta romántico Aloysius Bertrand y, posteriormente haría su aparición Baudelaire, quien daría el nombre de poema en prosa a la «extraña forma» que rompía el tradicional verso, con la publicación póstuma, en 1868, de los «Pequeños poemas en prosa», otros autores que consideraron a la prosa para la poesía son también: Schwob, Laforgue, Trakl, Stein, Ashbery, Burnside y Mestre, como los más reconocidos. Entonces, estos poemas en prosa (no prosa poética, a pesar de algunas inclusiones de formas narrativas que, sin desmerecimientos, vendrían a ser excelentes microrrelatos dentro de LDS, «ukyah», es un considerable microrrelato al cual podrían acompañar otros como «el flautista de hamelin») vienen determinados por la idea de que la poesía no reside en ninguna forma específica. El ritmo de la frase (teniendo en cuenta la ausencia de la puntuación o esa subversión semántica que de algún modo agiliza la secuencia rítmica del discurso poético), las asociaciones sonoras, las combinaciones léxicas, las imágenes; es decir, todos los recursos poéticos, con la única salvedad de los rasgos específicos versales, no son exclusivos de la forma en LDS, la armonía versificada también puede alojarse en la prosa. La asunción de esta idea constituye, pues, la gran aportación que el romanticismo hizo a la poesía al provocar la anulación de la exclusividad del verso y la consiguiente irrupción de la prosa como medio de expresión poético válido. Nada impide que un poeta como Ildefonso provoque en el lector, con un texto en prosa, los mismos efectos que con un texto en verso.

Así en la vida como en la muerte, «he caminado en la caída de mi angustia he cumplido con la sentencia he sido» (27). Es de esos escombros que sale la poesía de Ildefonso, la vida viva de estos poemas son el eco que nos repite nuevamente esa luz existente al final de ese caos desde donde, como un ave fénix se confiesa la poesía. Al igual que al semejantísimo Borges le interrogaron una vez qué es un objeto poético, y él, acomodando su mirada infinita, contestó que todo aquello en lo que se encuentra lo que se espera encontrar en la poesía, eso era y es el objeto poético. Así, del mismo modo, esta Vida humana, así con mayúsculas, así es LDS, Vida construida por visiones, presentimientos, sueños, quimeras, «memorias como polvo enamorado, como tumbas de vacío en la contemplación de la tarde» (45) A pesar de la terrible angustia dentro de este recogimiento de los desmoronamientos, la poesía parece seguir siendo esa inmensa esperanza, esa fuente de vida que nunca dejará de ser tal. La poesía: un amor eterno, la poesía: un pretexto para amar, la poesía: un llorar a solas, la poesía: una forma de saberse aquí. La poesía: una recuperación de los tiempos mejores. La poesía: un perder y encontrar amores. Si «el amor es entonces una cosa perdida» (31), si «el amor es saber que no se volverá a amar así como se ama en este momento» (61), si «el vivir está por alguna parte viviendo más» (31), entonces, no cabe duda que la poesía seguirá siendo vida, seguirá siendo «el hábito de desear la muerte y la inspiración» (42) para que ella, la poesía, nos envuelva y sea el motivo, la razón de nuestra existencia, inclusive más allá de nuestra presencia terrenal, como hace algún tiempo atrás, cuando en los extraordinarios años de Vallejo, Huidobro, Girondo y Borges o los años de la vanguardia, cuando el frágil y pálido Carlos Oquendo de Amat perfiló una arte poética perdurable: se encontraba a orillas del Titikaka, era una tarde inusitada, él estaba sumido, seguramente, en su única razón de existencia que le permitía escribir poemas, sin prestar atención a nadie; una tarde impensada, porque casi no salía de la humildad y el silencio vacío de su cuarto, pero sí fue una tarde que algún día iba a suceder; y llegó con una melodiosa voz femenina que, después de tantos gritos insistentes, logró captar la atención del poeta para enseguida preguntarle sobre la utilidad e importancia de la poesía: «¿Qué caso tiene la poesía? », «¿Para qué puede servir, a fin de cuentas, la poesía? » El poeta, quedamente y friccionando sus tersas manos, como era costumbre en él, y, además, guardando en el bolsillo de su camisa las hojas escritas y los desgastados lápices que siempre usaba, respondió: «Ninguno, la poesía no tiene ningún valor. La poesía es inútil. Definitivamente inútil. No sirve para nada, salvo para vivir, para saber que uno está vivo». Enseguida abandonó la paz que ya no había a esa hora en el Titikaka. Ya por entonces tenía los primeros síntomas de su terrible mal que lo alejaría aún más de las personas y que a la larga lo liquidaría en Navacerrada. Años, varios años después, el poeta ruso Czeslaw Milosz, respondiendo a la misma pregunta hecha por otro poeta, diría: «Mira, en verdad, lo único que puedo decir es que la poesía me ha ayudado a vivir». Aunque, claro está, la insistencia de Ildefonso implica un convencimiento de que «no todo está perdido», por lo que considera una necesidad de insistir en esta razón de la poesía, con el objetivo de favorecer una discusión que lleve, por lo menos, a no asistir una dinámica que se apasiona a una degeneración progresiva que provoca la congregación reflexiva, especialmente cuando se hace esa meditación desde la poesía y se llega a la conclusión de que se escribe para vivir, inclusive, como lo reclamara Novalis, desde su poema «Nostalgia de la muerte», porque en la poesía de Ildefonso, y como en los mismos nocturnos de Villaurrutia titulados «Nostalgia de la muerte», como en la «Noche oscura del alma» de San Juan de la Cruz , «como la muerte estrecha a la vida» en «Abolición de la muerte» de Westphalen, hay una voz que se estremece de su forma y anhela reintegrarse a su origen, de esa nostalgia ya reconocida para siempre. El poeta de los «Himnos a la noche» sintonizaba la verdad así: «El corazón está lleno; el mundo, vacío/ descendamos al seno de la tierra / abandonando el reino de la luz. / El golpe con su estela de dolor es la alegre señal de la partida. / Veloces, en angosta barca, / a la orilla del Cielo llegaremos». Clara señal de la consternación frente a la vida y junto a la irrealidad y porque de modo inquebrantable la poesía es lo absolutamente real, porque cuanto más poético sea el verso, más verdadera es la poesía, porque mientras exista el dolor, la vida, el aliento, la escritura, siempre existirá la poesía. Y aunque «el vivir está por alguna parte viviendo más» (31). El vivir está en estos versos. La poesía es el único modo de decir la verdad sobre la tierra.

Tirapata, 10 de junio de 2008

Fuente:
http://letras.s5.com/

"Teatro de la Cueldad" de Raúl Heraud

Poemario de Raúl Heraud

En un principio el teatro, la danza y la poesía se presentaban en una sola versión mágica. Después cada género se independizó y tomó su propio curso. Pero sucede que de pronto, Raúl Heraud nos devuelve la memoria y demuestra que entre teatro y poesía hay una antigua relación y es posible retomar los antiguos cauces. En efecto, el poemario Teatro de la crueldad de Raúl Heraud Alcázar (Lima, 1970), no es precisamente una obra de teatro, es un libro de poesía irreverente, desafiante, desclasada e iconoclasta. Esos son precisamente los rasgos culturales con que se expresan los jóvenes poetas, porque están cansados de las repeticiones y el canon literario establecido. Al mismo tiempo, es una poesía que indaga acerca de la condición humana, en una sociedad sórdida donde es casi un delito estar vivo. No cabe duda que como Heraud es sicólogo y un aeda rebelde, su poesía será siempre una indagación acerca de la dignidad humana.

09/04/2009

Fuente: Diario "La Primera"

miércoles, 8 de abril de 2009

Un Encuentro en los Extramuros de Verástegui por José Cordova

El poeta Enrique Verástegui

Por José Córdova

Sólo son excusas.

Visitar a Enrique Verástegui, ese mítico poeta de la última gran generación que ésta parte del planeta ha dado —y que a los 21 años publicó "En los extramuros del mundo", uno de los libros más notables y casi fundacionales de la generación del 70— fue la excusa perfecta para ir a “La horrible” y de paso visitar a los grandes amigos entrañables a los que no veo hace un buen tiempo. Además, aprovechando la presentación de Sparagmos de Maurizio Medo en Ksa Tomada, también me interesaba saber por qué a este gran poeta nacido en Cañete hace 59 años y gran lector de El Kybalión (un best-seller de la filosofía hermética del ocultismo) y seguidor de los trabajos del físico-atómico Frijot Capra, no le gustaba que el nombre Cascahuesos vaya en su libro. Pues, finalmente, Teoría de los cambios (su último trabajo después de 3 años de silencio) ya está ingresando impecable a la imprenta y faltan pocas semanas para que esté en las librerías de Arequipa y Lima. ¿Cómo no estar ansioso de conversar con Enrique para que el pan no se queme en la puerta del horno? Con una escala de dos días en Chincha (cortesía de mi amigo Víctor Salazar), la meta era estar en Ksa (con k) Tomada y luego en la Casa (con C) de Enrique.

Las combis de Lima.

Claro, al seguir leyendo Leonardo (1988), Ángelus novus (1989), Monte de goce (1991), —sólo por mencionar lo más digerible— o la poesía reciente del nuevo libro de Verástegui, uno continúa admirando la extrañeza de su pluma ígnea, la búsqueda de la concretitud de la imagen o la versatilidad de su forma, del diálogo con la ciencia (que va desde la alquimia hasta la metafísica para luego adentrarse recientemente a la física y la matemática) y la filosofía, donde prima la búsqueda del conocimiento, y así, a la manera de los grandes hombres, lograr el entendimiento del “origen”. Pero, más aún, visitarlo, es casi una tarea placentera y sencilla (claro, gracias a la ayuda de Paul Guillén, el coeditor de Teoría…); y salvo el tránsito horroroso de la gran urbe peruana, (digamos, 45 minutos desde Pueblo libre hasta San Isidro), sólo tenía que estar a las 12:00 del medio día en el cruce de la Av. Javier Prado con la Av. Aviación; Paul esperaba con un cigarrillo, y apenas puse un pie en el asfalto, inmediatamente subimos a una combi que tras otros 45 minutos, cruzando grandes autopistas, llenas de enormes carteles publicitarios (símbolo del consumismo capitalino), nos trasladó hasta la Av. Los Constructores en La Molina. Apenas llegamos, Paul me indicó que la casa de Enrique estaba media cuadra más arriba, y mientras cruzábamos la Avenida, me dio algunos datos recientes sobre Enrique. El clima estaba agradablemente fresco ese día.

Editor atrapando a un poeta.

El poeta esperaba en la puerta, y después de un caluroso abrazo fuimos por unas cervezas heladas. Inmediatamente después pasamos a la sala de su casa, y rodeados de pisco “Verástegui” mientras la espuma llegaba hasta el borde de nuestros vasos, antes de comenzar con las preguntas y las repuestas me dijo: —el nombre Cascahuesos suena muy violento. Mejor que vaya con el título de “Investigaciones Literarias”; —pero Enrique, ¡no podemos cambiar el nombre de nuestro sello!, además, ese nombre es un cálido apelativo que se les da a los arequipeños, y el logo es un petroglifo de Toro Muerto, lo cual nos remite hasta nuestros orígenes. Representa a un puma, es decir, a un felino; y tú sabes que los felinos, especialmente los gatos, cascan los huesos hasta quitarles las últimas fibras de carne. Enrique se puso a pensar un momento a lo que, luego de mirarme un poco sorprendido, repuso: —¿Así?, bueno, entonces que vaya; —claro, además, la idea es que los lectores sean como estos felinos, es decir, que al leer los libros “casquen” hasta sacarle todo el jugo al texto. —Pero me gustaría que el nombre de “Investigaciones…” no se pierda. —Bueno, —le dije— de eso no te preocupes, “Investigaciones Literarias” será el nombre de la serie con la que continuaremos trabajando con Paul y Sol Negro. ¡Solucionado el asunto! Entonces comenzó a explicarme el origen de este nuevo poemario, que era una reescritura (o versión) de un libro del matemático chino Ch’in Chiu-Shao “el mejor matemático de la historia porque fue el que inventó el cero. —Me ha costado mucho trabajo escribirlo”, me dijo. Sin embargo pasaba la hora del almuerzo —en Lima el tiempo es velosísimo—; así que, caminando en media de la calle, terminamos amenamente hablando y almorzando (para no dejar de lado el tema de los chinos) en un chifa llamado Wong Fou cerca de su casa, mientras Enrique se mitificaba más con esas anécdotas que sólo los que realmente han vivido pueden contar. Luego retornamos a su casa. Y lamentablemente ya era tarde.

Nos esperaba “Los extramuros de Lima”.

No pudimos quedarnos un poco más en su casa, pues otros 45 minutos nos separaban de su casa a Miraflores y yo tenía una “gran agenda ese día”. Sin embargo, fue todo un placer instantáneo conocerlo, hablar con él, saber lo que otros poco o nada saben, y recibir un libro autografiado (Para José Córdova que, en el siglo XXI publica mi Teoría de los cambios, y que… —mejor les dejo con la inquietud—) más una fotografía juvenil e inédita para este nuevo libro. Lo dejamos presto para una siesta, con los ojos algo agotados y sentado en su sofá; el también lector de Mahadevan y Evandro Agazi parecía un geniecillo a punto de quedarse dormido. Eran las 4:00 de la tarde y con Paul teníamos que pasar por la casa de un compañero de ruta de Enrique, Jorge Pimentel, luego, acudir la Oficina de Virginia Vílchez, para terminar la tarde, finalmente, en el Superba y bien cerrada la noche en La Rocola, en el centro de Lima (fin de mi agenda). Pero esa es otra historia.

* Publicado con algunos tijeretazos en el semanario "El Búho", el domingo 29 de marzo.

Tomado de:

martes, 7 de abril de 2009

Narradores peruanos todos los martes de abril en el Británico de Miraflores


Hoy martes 07 de Abril a las 7:30 pm tenemos una cita:

LES ESCRIBO PARA INFORMARLES ACERCA DEL EVENTO QUE SE LLEVARÁ ESTE Y TODOS LOS MARTES DE ABRIL EN EL CENTRO CULTURAL BRITANICO DE MIRAFLORES (JIRON BELLAVISTA 531 - MIRAFLORES) A LAS 7 DE LA NOCHE QUE TRATARÁ EL TEMA: "NUEVAS TENDENCIAS DE LA LITERATURA PERUANA - ESCRITORES CONECTADOS POR LA URBE". LOS ESCRITORES QUE ENTRARAN EN DIÁLOGO ESTE MARTES 7 SON: ALEXIS YPARRAGUIRRE AUTOR DEL"INVENTARIO DE LA NAVES" Y RICARDO MENDOZA, AUTOR DE "PERDER EL TIEMPO". SE PROYECTARÁ UN CORTOMETRAJE SOBRE EL BOOM DE AUTORES QUE APARECIERON EN EL 2000, LA TRANSICIÓN DE LA GENERACION DEL 90 AL 2000, Y ANTOLOGADORES QUE RECOGIERON EN LIBROS ESTAS TEMÁTICAS DISTINTAS. ESPERO VERLOS AHÍ. SALUDOS JULIO CÉSAR ZAVALA (MODERADOR)

Auditorio del Centro Cultural Peruano Británico de Miraflores, Jr. Bellavista 531

domingo, 5 de abril de 2009

jueves, 2 de abril de 2009

Inauguración de los "VIERNES JUVENILES": Di - versos en escena



El día de mañana (3 de abril) se aperturará un nuevo espacio cultural y literario en el distrito de Ate, donde todas las voces se juntan y juntarán más de una vez. Esta jornada comenzará con la presentación del libro de cuentos "Las púas y otros cuentos" del novel narrador vitartino Charly Martínez Toledo. Posteriormente un recital como debe de ser y luego música, por favor. El lugar está cerca, local nacionalista, al frente del paradero Grifo Vista Alegre (justo donde hay un puente peatonal y donde se paran los tombos). Así que están todos invitados. Este evento se iniciará a las 7.00 pm. Corran la voz. Alguien dijo que se sortearán libros y más de uno saldrá ganando.

Presentación del poemario: "La oscuridad del bosque"



POESÍA EN LA CIUDAD

Presentación del poemario
“La obscuridad del bosque”
de Josué Barrón

Presentan:
Emilio Espinal
Enrique Barrón
Antonio Cisneros

Día: 3 de abril de 2009
Hora: 11 p.m.
Lugar: La casa de cartón
(AV. BOLOGNESI 372 2DO PISO)
Recital musical: Alan Oyola

Porque
no hay primera sin segunda

Habrá trago gratis

Comentario del libro "Jamás Tanto Cariño Doloroso" por Miguel Ildefonso

Jamás Tanto Cariño Doloroso
de William Gonzáles Pérez

William Gonzáles Pérez (Lima, 1973) acaba de sacar a la luz su primer poemario, un conjunto de poemas dedicados al viejo y complejo tema del amor. Aludiendo a la antigua interrogante de Hölderlin podríamos decir: ¿Para qué amor en tiempos de desamor? Pero no, no son tiempos de desamor, porque sin amor no podría haber humanidad, ni interrogantes, ni nada. El mundo podría sobrevivir sin dios, pero sin amor no. Por eso su complejidad, a su vez su extraña transparencia. Hoy pasa con el amor lo que pasó a inicios del siglo pasado con el arte, lo que decía del arte Ortega y Gasset. Pero no, lo que sucede es que la gran masa, con los medios masivos y las grandes industrias, con su tecnocracia, su pragmatismo salvaje, ha devaluado el significado de esta palabra que poetas como Dante Alighieri elevaron a su real dimensión. El amor está, entonces, en las individualidades, en colectividades no contaminadas con esa masa tecnológica de la moda y sus derivados. Y los poetas saben que así ha sido siempre, y así será. Por eso Jamás tanto cariño doloroso es la demostración de esa persistencia, a través de las diferentes variantes emocionales y dramáticas en torno a este tema. Con un estilo algo surrealista (“una raíz descubierta a la hora del té”), que hace recordar al Westphalen de “Una cabeza humana viene lenta desde el olvido”, y también expresionista (“melodías que transcurren por las venas/ a más de mil por hora sin detener el tiempo/ existimos hoy para contar las monedas”) - homenaje pleno a Neruda -, somos conducidos al territorio fangoso de la luminosidad del deseo del otro (la amada). Si luego salimos heridos, la única cura será también el amor.

Bio-bibliografía:

Miguel Ildefonso nació en 1970 en Lima. Es director de la revista virtual "El Malhechor Exhausto". Estudió Literatura en la Universidad Católica del Perú e hizo una Maestría en Creative Writing en la Universidad de El Paso, Texas. Ha publicado los libros de poesía "Vestigios" (1999), "Canciones de un bar en la frontera" (2001), "Las ciudades fantasmas" (2002) con el que ganó el Premio Copé de Poesía., "M.D.I.H" (2004), "Heautontimoroumenos" (2005) y "Los Desmoronamientos Sinfónicos" (2006). En 2005 publicó el libro de relatos "El Paso", galardonado con el “Premio Nacional de Cuento de la Asociación Peruano-Japonesa”. También ha editado la antología de poesía peruana "21 Poetas" (2005).