domingo, 17 de septiembre de 2017

“UN PAR DE VUELTAS POR LA REALIDAD DE JUAN RAMÍREZ RUIZ” POR MIGUEL ILDEFONSO.




UN PAR DE VUELTAS POR LA REALIDAD DE JUAN RAMÍREZ RUIZ


Por: Miguel Ildefonso

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A Juan Ramírez Ruiz lo conocí a inicios de la década del 90 en el jirón Quilca del centro de Lima. El solía asistir a la pequeña cantina Las Rejas del chino Félix. Y yo también. Llegaba solo, y no faltaba quien quisiera acompañarlo en una de las mesas de todas esas noches jubilosas, con una botella de cerveza o de ron. Yo llegaba con otros poetas, muy jóvenes como yo, del grupo Neón. Juan, con su grueso bigote, su ceño fruncido, su frente amplia y los cabellos largos y alborotados, vestido con camisa, saco y jeans, siempre nos manifestaba una sonrisa. La poesía era lo que celebrábamos todas esas noches de los Lunes del Sapo, con las canciones de Piero Bustos, Raúl Montaña y Kilowat, entre recitales dedicados a fugaces musas que evitaban el deseo de abandonar esas largas jornadas que celebraban la libertad en medio de una dictadura y dentro de un lugar paradójicamente llamado Las Rejas.

Poco a poco dejé de verlo. Y no solo a Juan, también a amigos de Neón y de otros grupos de poetas jóvenes. Quilca terminó la década del 90 con varios cambios. Las Rejas dejó de funcionar. También yo dejé de frecuentar Quilca, y me fui del país por un tiempo. Pasados los años, a mi retorno, volvía a ver a Juan esporádicamente. Decían que estaba viviendo en el norte. La última vez que lo vi fue en El Averno. Nos saludamos efusivamente, brindamos como en esos años; le dije que quería hacerle una entrevista y accedió animosamente, pero lamentablemente no se pudo concretar. Al poco tiempo se difundió por las redes que estaba desaparecido; hasta que llegó la infausta noticia de su muerte, en algún paraje del norte, solo, que es como suele llevarse la Parca a los vates más intensos y lúcidos.

Juan Ramírez Ruiz nació en Chiclayo en el año 1946. Falleció trágicamente en la Panamericana Norte, el 17 de junio de 2007. Dejó publicados tres libros de poesía: Un par de vueltas por la realidad (1971), Vida perpetua (1978) y Armas molidas (1996). Con el manifiesto Palabras urgentes, escrito con Jorge Pimentel, fundó el Movimiento Hora Zero y removió los cimientos marmóreos de la poesía peruana, en 1970, año en que nací. En una entrevista declaró JRR: “La de 1960 fue la generación del poder económico, y como el Centro de Lima era el teatro donde hacían sus fanfarrias y presentaciones, eso nos irritaba.”

Hora Zero, con la propuesta estética del “poema integral” y con el discurso marginal del inmigrante provinciano en una Lima decadente, dio voz a ese nuevo sujeto poético que ha terminado por reconfigurar el rostro del país, el rostro del Perú de hoy. JRR en esa misma entrevista señaló al respecto: “Hubo una especie de secuencia evolutiva, también asociada a la migración. Cuando un migrante peruano arranca de cualquier parte de donde está, se dirige a una parte de él que no conoce, no obstante que como individuo esté señalado como integrante de ese bloque. Pero la heterogeneidad de ser peruano constituye un reto de autorreconocimiento, porque la imagen de los peruanos es multifacética, y al ser estos así, las huellas de la escritura también lo son. En el Perú, el producto estético siempre será una novedad. Con colores o sin colores, con formas visuales o sin ellas, con imágenes detenidas o en movimiento.”

Como poeta, y como hijo de inmigrantes andinos, no pude desarrollar mi poesía obviando lo planteado por Hora Zero, específicamente el trabajo de Juan Ramírez Ruiz en ese punto de la voz subalterna. El aporte de Juan en la poesía peruana es algo que ha ido creciendo y conociéndose más (investigaciones, tesis, declaraciones de poetas); y a raíz de su muerte este reconocimiento ha sido mucho más. 



Juan Ramírez Ruiz público Un par de vueltas por la realidad en 1971 en Ediciones del Movimiento Hora Zero. Tiene cinco ensayos-manifiestos que acompañan al libro. El primero titula Entrada donde dice: “Quien esta adherido a la confusión y a la corrupción será afligido por este libro…” Desde un inicio plantea una poesía que removerá conciencias; y, en una suerte de pálpito intenso como la realidad, invita a participar del triunfo de la vida, la vida intensa y de júbilo que el libro celebra también. Y es este entusiasmo revolucionario y joven necesario para despertar la violencia transformadora y el conocimiento para la realización total del ser humano, que es finalmente su propósito.

En el segundo texto, El Punto sobre la I, se entabla una posición ética y moral respecto a un enemigo que hay que eliminar. Y la voz del poeta se instaura como algo nuevo en el “proceso de la poesía peruana”; dice: “las situaciones establecidas no nos pertenecen, las debilidades anteriores no son nuestras.” El poeta llama a la pelea con la “vida hueca en este país donde muchas cosas han envejecido”. Es un despertar no solo de una nueva voz peruana sino “Latino América”, nos habla de una revolución de la vida, de un “inédito estilo de vida” que luchará por la “adquisición de una personalidad cultural.” Juan Ramírez,  en estos dos textos, a modo personal, se posiciona contra el Imperialismo, y más adelante afirma que Hora Zero es “un mundo integral”; su grupo plantea una ruptura con la Historia, propone una nueva forma de vida y arte.

En Palabras urgentes se adscribe al marxismo-leninismo, y entabla una fuerte crítica a la poesía peruana después de Vallejo, diciendo que ha sido un remedo de otras literaturas. Enfatiza su rechazo al sistema literario, el del ninguneo, el del ocultamiento de la verdad. “El poeta defeca y tiene que comer para  escribir”, planeta, y declara crudamente: “A nosotros se nos ha entregado una catástrofe para poetizarla”. Este manifiesto de juventud está firmado por Juan Ramírez Ruiz y Jorge Pimentel.

En el colofón hay una Salida, texto breve donde señala que la poesía y el arte en general poseen un poder “como forma y factor de conciencia social”. Aquí sostiene que el “desarrollo poético de la vida republicana hasta nuestros días presenta generalmente un carácter alienante salvo tres excepciones: Vallejo, Heraud, Tello, debido a su realización humana como individualidades integras fundidas en la vinculación del pensar y del hacer, de la teoría y la practica revolucionaria”.

Y en el conocido ensayo Poesía integral, expone la estética del grupo Hora Zero, donde la poesía quiere expresar la realidad toda, en su complejidad, en su ritmo intenso. Y de un modo que no sea otro que el revolucionario, un trabajo del lenguaje completo, de renovación en la forma y en el fondo, que se muestre en la sintaxis y en la vivacidad de un presente atento a su contexto histórico. En este manifiesto, que son notas que, afirman los autores, luego habrán de desarrollar más, están algunas características estéticas y políticas expuestas con claridad, las cuales, efectivamente, están presentes en los poemas que componen el libro. Hay un asunto que quisiera destacar, que es el de la veracidad, el de la fidelidad con la realidad. Creo que allí radica lo esencial de su propuesta, de donde parten las demás características como son el uso del  “lenguaje sencillo, popular, directo y sano en la capacidad de expresar toda la energía de la experiencia latinoamericana”. O como cuando se van contra el uso exagerado del adjetivo, contra el sustantivo y el adjetivo negativos. Esa fidelidad, íntima, visceral, autentica, con la verdad o, en otras palabras, con la realidad, es el centro mismo de su exploración estética, y el tema subyacente del libro de Juan Ramírez Ruiz. Poesía integral está firmado en julio de 1970.

Un par de vueltas por la realidad inicia con un texto breve en el espacio inicial de la página en donde suelen haber las consabidas citas. Aquí, de plano, Juan Ramírez rechaza las citas, porque está “contra el “paternalismo” que, al fin y al cabo, muchas veces es en lo que se convierten las citas. Y luego no cesa de hacer dedicatorias, a su familia, a los amigos, al proletariado y al campesinado, a los poetas novísimos del mundo y a Hora Zero, haciendo del libro un vivo manifiesto de aliento épico.

Es así que nos entrega algo de treinta poemas, llenos de júbilo, en donde nos presenta a Elfina, como una Eva con quien procreará lo nuevo, en medio de su acelerado viaje en tren, en el tren de la historia en donde se asume el poeta como parte de esa transformación social, política, humana. Su poesía nos lleva a la plaza Manco Cápac o a Surquillo, donde va entregando la vehemencia de su amor, visitando a Irma, a Teresa, a Juana. Protestando porque Le quitaron la ciudad a Mario Luna. O lamentado y ensalzando la vida de su amigo Julio Polar.

La crítica se sorprendía de que un poema tuviera datos reales, cercanos, el número de teléfono del amigo o la amiga. Se sorprendía de que los provincianos fueran los protagonistas de la poesía, en esos barrios populares, que luego se expandirían hacia los márgenes, en los arenales de la capital. O que el poeta nos hablara de Puerto Supe o de Talara como si fueran París o Florencia.

Poema integral es el texto de cierre, aunque no exista un cierre en la poesía horazereana, ni apertura ni cierre en los poemas o libros, como propugnan sus manifiestos. Aquí trabaja con todos los ritmos de la ciudad y le vuele a decir a los jóvenes: “Se nos ha entregado una catástrofe para poetizarla”. Son quince páginas que han quedado, como toda la poesía de Juan Ramírez Ruiz, en el júbilo de nuestras inclaudicables luchas y esperanzas.



miércoles, 13 de septiembre de 2017

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “HABLEMOS DE MÍ MIENTRAS LAS HORMIGAS DEVORAN EL SOL” DE J. ESTIVEN MEDINA ORTIZ.



PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“Hablemos de mí mientras las hormigas devoran el sol”

de J Estiven Medina Ortiz

Día: viernes 15 de septiembre de 2017

Hora: 7:00 p.m.

Lugar: Escena Libre

Avenida camino real 1075, Lima 27 Lima

ACTUALIZACIÓN: SETLIST:

- 7:00 p.m: Miniconversatorio-recital-pelea-intervención sobre poesía peruana joven con Valeria Román Marroquín, Braulio Paz Francisco Cerna & Antonella Chichizola Cisneros
- 7:30 p.m: Concierto-performance de J Estiven Medina Ortiz con poemas de su libro