miércoles, 18 de diciembre de 2019
jueves, 3 de octubre de 2019
lunes, 23 de septiembre de 2019
miércoles, 10 de julio de 2019
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EDICIÓN EXTRAORDINARIA. ANTOLOGÍA GENERAL DE LA POESÍA EN LA LIBERTAD (1918-2018)” DE BETHOVEN MEDINA EN LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA.
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO “EDICIÓN EXTRAORDINARIA. ANTOLOGÍA GENERAL DE LA POESÍA EN LA LIBERTAD (1918-2018)” DE BETHOVEN MEDINA
Presentan:
*Marco Martos
*Miguel
Ildefonso
*Armando
Arteaga
Fecha y Hora:
Viernes 12
de julio de 2019 / 7:00 p.m.
Lugar:
Casa de
la Literatura Peruana
Ingreso
libre
martes, 18 de junio de 2019
PRESENTACIÓN DE LAS PLAQUETAS DE POEMAS: “SIENDA” Y “ZURCIDO INVISIBLE” EN LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA.
PRESENTACIÓN DE
LAS PLAQUETAS DE POEMAS: “SIENDA” (VAGÓN AZUL
EDITORES) Y “ZURCIDO INVISIBLE”
(ANDESGRAUND
EDITORES)
Presentan:
*Miguel Ildefonso
*Leda Quintana
Performance y
música:
*Diáfana
Bermellón
Lugar:
Casa de la
Literatura Peruana
Hora:
7:00 p.m.
Ingreso libre
jueves, 23 de mayo de 2019
“EDICIÓN EXTRAORDINARIA. ANTOLOGÍA GENERAL DE LA POESÍA EN LA LIBERTAD (1918 Y 2018)” POR MIGUEL ILDEFONSO.
“EDICIÓN EXTRAORDINARIA. ANTOLOGÍA GENERAL DE LA POESÍA EN LA
LIBERTAD (1918 Y 2018) DE BETHOVEN MEDINA”
Por: Miguel Ildefonso
Es una verdad axiomática que el
centralismo ha sido, y es, una tara en el progreso y la integración del país.
En lo cultural o en las políticas culturales, por ejemplo, vi hace algo de un
año, en Huancavelica, el Museo de la Memoria prácticamente abandonado. Era en
un sencillo ambiente en la Biblioteca Municipal, pero que parecía relegado a la
desidia. Hace poco también, en Huacho (no tan lejos de la capital), conocí el
Museo Arqueológico Regional que podría estar en muchísimas mejores condiciones,
siendo poseedor de una importante riqueza histórica.
El centralismo limeño no es toda la
capital, ese mapa que se desborda incansablemente atravesando cerros, bajo
esteras. El centralismo son unos cuantos puntos urbanos y mentales que
determinan lo que es lo oficial y lo representativo de este país de muchas
sangres llamado Perú. Es por eso que, en el campo literario, ver la aparición
de una antología, que en parte es como un rescate arqueológico, como la
realizada por el poeta e investigador literario Bethoven Medina, es un desafío
a lo que es el canon poético “nacional” que se reinventa cada cierto tiempo,
bajo las mismas taras.
La Libertad dio nada menos que a uno de
los poetas más grandes del siglo XX, César Vallejo, y, más contemporáneamente,
al gran José Watanabe; por solo mencionar a dos poetas universales. Y, aunque
ambos emigraron de su tierra, la impronta del origen, de Santiago de Chuco, de
Laredo, son una marca indeleble en toda la poesía que produjeron. Es por eso
que aun sorprende ver antologías editadas en Lima en donde se ignora a los
poetas llamados de “provincia”, donde, por supuesto, hay autores que podrían y
deberían estar en toda antología. El trabajo hecho por Medina, en este
contexto, es digno de elogio pues rescata valiosos nombres y es uno de los más
serios que he visto en años. Si bien subscrito a autores de La Libertad, el
modelo de su trabajo resulta aplicable para toda muestra o antología, sobre
todo las que recogen históricamente a los autores para su masiva difusión.
La Antología
general de la poesía en La Libertad (Fondo Editorial de la Municipalidad
Provincial de Trujillo, 2018) de Bethoven Medina, comprende la creación
suscrita entre 1918
y 2018. El antologador divide el
proceso poético en diez “promociones”, lo cual me parece acertado llamarlo así,
pues, desde una óptica actual, es innecesario hablar ya de generaciones. No se
puede forzar un término que sí encajó bien en ciertos momentos y lugares (“la
generación del 27” o “la generación perdida”). Vemos, entonces, a poetas desde
José Eulogio Garrido perteneciente a la Fundación de la Tradición Poética,
hasta la novísima Andrea Cruzado, que corresponde a la sección de lo
Irónico-Lúdico-Existencial.
Antologías poéticas como la presente,
sirven para dar una nueva mirada de lo que fue la cultura escrita en el ámbito
de la lírica de una sociedad, de una cultura, de una región, de un país, etc.
Sirve para otorgar un placer estético de variado registro y estilo, bajo un
concepto que reúne a los poetas y sus textos, es decir, una selección en base a
criterios objetivos. Y, también, sirve para estimular a los autores a seguir en
la creación, pues una antología es como un museo movible que impacta a una
lectoría ilimitada, que abre un camino más allá del ámbito conocido por los
creadores, motivando un diálogo intercultural.
Así como en el sur fue el grupo
Orkopata, importante fue la existencia fundacional del Grupo Norte. Por eso,
ante una pregunta al antologador como esta: “Después del grupo Norte, ¿quiénes
contribuyeron o contribuyen al desarrollo, auge y proyección de la poesía en la
región La Libertad?” El respondió (refiriéndose a sus antologados y su visión
pluralista): “Son vates nacidos en provincias liberteñas y poetas procedentes
de otras regiones que residieron (o residen) en este espacio geográfico y que
con su obra, en forma conjunta, contribuyen al fortalecimiento y calidad
poética en La Libertad, el norte y el Perú”. La mirada crítica de Medina,
además de pluralista y cronológica, es tan vital, al punto que publica este grueso
libro y de extraordinaria edición coincidentemente con la conmemoración de los
cien años de la aparición de Los heraldos
negros.
Ojalá que todas las regiones del Perú
realicen trabajos como este; así se avanzaría bastante en el rescate de nuestra
cultura y en el fortalecimiento de nuestra identidad (o identidades o
memorias), aunque sea ad portas, a último momento, en la puerta del horno del
Bicentenario. Aquí va un poema de uno de los vates* de mi promoción, a quien no
conocí personalmente, pero sé que fue uno de los hombres duros del 90:
EN EL CAMPO de batalla quedó una muchedumbre de héroes
muertos Todos
fueron repasados
las estrellas bajaron como pájaros hasta sus pechos
desgarrados
La lluvia y la noche tocaban sus frentes cansadas
Ahí los dejaron para que sea el festín de la infamia
Pasaron muchas lunas y la oscuridad
Los piajenos pastaban en aquel campo Caía la lluvia y la
soledad
y las flores crecieron en sus brazos en sus cuerpos
mutilados
Los aldeanos se soleaban en aquel paraje
No arrancaban aquellas flores
porque sabían que era la boca de un héroe
las manos de otro héroe…
No nadie arrancaba aquellas flores…
Sólo los enamorados tocaban con adoración aquel predio
Sólo los enamorados comprendían la soledad y la tristeza de
los héroes
Sólo los enamorados saben que las flores son los sueños
de los héroes muertos en la guerra ¡sólo los enamorados!
Tomaron un ramo en sus manos
Y partieron ¡Por las colinas la noche y la lluvia!
Partieron
*De: Tomas Ruiz (Pallar, Huamachuco, 17
de setiembre de 1968 – Piura, 18 de agosto del 2001). De: El Rebelde (Elogio de la nada,
2003)
domingo, 17 de febrero de 2019
miércoles, 6 de febrero de 2019
lunes, 4 de febrero de 2019
“AQUINO QUIROGA EN EL LABERINTO” POR MIGUEL ILDEFONSO.
“Aquino Quiroga en el laberinto de César Ruiz Ledesma”
Por:
Miguel Ildefonso
César Ruiz Ledesma (Lima, 1986) acaba de publicar su primera novela Aquino Quiroga en el laberinto (Sinco
Ediciones, 2019), luego de cuatro años de la aparición de su ópera prima, el
libro de cuentos Estación perdida y otros
cuentos. En aquel libro se reunían nueve historias que conformaban un
poliedro de la ciudad de Lima; como decía en una reseña de entonces: “de una
Lima que no cesa de transformarse día a día. Sea una estación del año o sea una
referencia a las estaciones de transporte, cada cuento significa un momento
inesperado en la vida de sus protagonistas, un momento crucial y que les
cambiará el destino (…) Los cuentos de Ruiz Ledesma configuran una urbe en
constante ebullición, desde sus centros oficiales hasta los periféricos y
marginales, en donde los personajes se mezclan en los claroscuros de sus
calles, y asimismo se retratan a esos héroes solitarios, incomprendidos e
inocentes, en un duelo contra el amor o la muerte, y ante el paso irremediable
del tiempo.”
En
la presente novela, el autor se ha centrado en contar la historia de uno de
esos seres solitarios que se configuraba en su primer libro, de esos que se
debaten en un duelo constante contra un destino signado por el fracaso. No es
exactamente un héroe ni un antihéroe. Se trata, más precisamente, de un
personaje atrapado en un sistema opresivo (la metáfora del laberinto), del cual
solo espera sobrevivir.
Con
un comienzo que recuerda el lugar y la atmósfera de Conversación en la Catedral de Mario Vargas Llosa (“Aquino camina
por la avenida Wilson: edificios enmohecidos, carretillas ambulantes,
apresurados oficinistas e institutos atiborrados de estudiantes en la fría
mañana. Los carros son lentos y estreñidos gusanos bajo letreros y semáforos,
por sus ventanas aparecen rostros soñolientos, trajes apretados y el ajetreo de
los que están por bajarse…”), el narrador nos presenta rápidamente al protagonista,
un hombre sombrío, cargando como Sísifo el peso cotidiano de una existencia
gris como el cielo de la ciudad en donde vuelan gallinazos buscando el olor de
la muerte: “Continua igual que un ausente: las manos hundidas en el saco, las
piernas pateando el aire y la vista perdida en la chisporroteante neblina que
la noche ha dejado (…) En la esquina con Quilca, pasando un quiosco con un
puñado de lectores, voltea a la derecha y sigue de largo hasta el portón
metálico de la editorial, cuya piel agrietada deja ver su antiguo color negro.”
Aquino, luego de veinte años de trabajar como corrector de estilo de una
editorial, ha ascendido a Encargado de la Oficina de Ediciones Generales. Es un
esmerado trabajador, sin más vida privada que tener que buscar a su amante
prostituta que, repentinamente, ha desaparecido y alimentar a su curiosa
mascota que es un gallinazo.
La
novela es la búsqueda de la prostituta llamada Daniela, búsqueda que lo lleva
por diferentes lugares de Lima, e incluso a navegar en las redes sociales, en
un submundo en donde diversos sujetos escriben sus experiencias con las mujeres
que se dedican al más antiguo oficio. Son historias breves intercaladas con la
historia de Aquino.
Hay
diversas metáforas que están jugando roles en la simbología de la novela. Para
empezar el edificio en donde funciona la editorial. Ubicado en el centro de
Lima, la capital de un país que ya no es el de la Conversación en la Catedral, sino uno desfigurado o monstruosamente
crecido bajo un sistema de jerarquías en donde tanto la cima como la sima del
edificio del poder se difuminan. El laberinto está abajo del edificio, es un
laberinto infinito, que traga a los que son enviados a trabajar en sus
entrañas. Mientras que el poder (ilimitado y todopoderoso) está en los pisos
superiores, es el jefe que decide despóticamente el destino de sus empleados.
Aquino
no se rebela, no protesta, ningún trabajador lo hace, y pareciera que la ciudad
también vive con ese talante, en donde la metáfora del gallinazo torpe y disminuido
es acertada para resumir la lucha por aguantar los embates de un poder corrupto
que ni siquiera ya se restringe a los límites de un país, sino que es
globalizado. Solo queda el arribismo o la resignación, pareciera decirnos esta
historia tan actual. Y la búsqueda desesperada de Aquino para hallar a su
amada, no solo es lo más heroico y lo más sublime en un medio envilecido, sino,
por eso mismo, es lo que le traerá la ruina (un martiricidio).
Aquino
es libre solo cuando camina por esa ciudad sórdida, y vuela como Capitán, su
gallinazo, cuando busca a Daniela. Pero más allá de eso (de esa ilusión), no
hay salida, no hay una real libertad en ese caminar ni en ese vuelo de su
evasión pasajera. Es la Modernidad que se ha hecho en un país que, como el
sueño de Aquino, pareciera condenado al fracaso.
lunes, 14 de enero de 2019
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