lunes, 21 de junio de 2010

HOMENAJE A JORGE BACACORZO (VOZ DE CORAJE Y POESÍA) + UNA BREVE ANTOLOGÍA POÉTICA.


JORGE BACACORZO:

VOZ DE CORAJE Y POESÍA

Al cuarto año de su paso a la inmortalidad

(O7. 06. 2006 – 07. 06. 2010)

“Junio no es sólo una fecha sino una multitud que va en hombros de su pueblo por toda la ciudad clamando para sacarse la pena”

LUNES 21 DE JUNIO – 6 PM

VIDEO BIOGRÁFICO SOBRE EL POETA

VOCES:

- Martin Guerra
- Jorge Luis Roncal
- Ernesto Montero
- John Ochoa

MÚSICA:

- Dúo Takanamanta
- Margot Palomino

Lugar: Casa Museo José Carlos Mariátegui

(Jr. Washington 1946 - Cercado de Lima)

ENTRADA LIBRE

Organiza:

- Movimiento José María Arguedas
- Instituto Jorge Bacacorzo
- Movimiento Todas Las Voces
- Gremio de Escritores del Perú
- Universidad Socialista José Carlos Mariátegui


BREVE ANTOLOGÍA POÉTICA DE JORGE BACACORZO

DEL LIBRO INÉDITO: “POEMAS A MARIÁTEGUI”

José Carlos Mariátegui duramente
al que la vida, desde niño le cobró talento y sueños,
con tanto que crear queda inconcluso, ve acercarse el final.
José Carlos, entrañable como siempre, musita sus últimos deseos, envuelve a los suyos
con una mirada de ternura que quiere ser eterna.
Y en otoño, con sus manos entre las manos de Anita,
al amanecer , con un último estertor, bajo un invierno de lágrimas se duerme.

José Carlos ha muerto
José Carlos ha muerto
Mariátegui ha muerto
Mariátegui ha muerto
como creyendo y no creyendo musitan todos.
No ha transcurrido mucho tiempo
y se oye decir de boca en boca en Lima
y desde ese momento el Amauta más que nunca vive
en el día que los peruanos buscan.
Y Washington, ribera izquierda, ya no es una calle,
es una plaza pública
y la casa ya no es una casa, es el Sancta Santorum donde asoman gentes de artes y de letras,
estudiantes que tantas veces lo escucharon siempre en pos de acabar con los misterios
y caminar hacia las causas,
obreros que estudian y trabajan su difícil pan, y que también oyeron
su clara y pura voz de iluminado,
gentes que quieren alcanzar a conocerlo aún tibio, aún insepulto,
todos, todos los que conocieron y no conocieron su hermosa cabeza y la luz de su mirada.
Y una multitud con banderas rojas y canciones que ya conocen o improvisan
asisten al sepelio
que no es más que un vivac del Amauta en La campaña.
Mariátegui ha muerto
Mariátegui ha muerto
y la congoja corre de un extremo a otro del Perú que con él buscaba el alba.
Mariátegui ha muerto
Mariátegui ha muerto
Y desde entonces, el Amauta más que nunca vive en el día que los peruanos buscan.



Trasnocha el velatorio y todos son un poco deudos y cadáveres.
Obreros y estudiantes se turnan en la guardia y la pena se vislumbra
a pesar de su rígido tributo.

Una carroza fúnebre avanza solitaria de la casa al cementerio.
En hombros de amigos y trabajadores, recorre el féretro kilómetros
rodeado de fraterna, triste y silenciosa muchedumbre que enlutada prohija al muerto
que desde hace tiempo siente suyo. Y desde entonces es inmensa su familia.

Pasos, pasos, miles de pasos a manera de redoble y un murmullo que se parece al del mar
entre los ruidos y los ecos de la ciudad, que enmudecen ante el paso del cortejo.

Llanto que sólo es sollozo, fuego que nunca llega a ser ceniza, de pronto estalla:
“Arriba los pobres del mundo…”
Miles de voces dejan oír, por encima de su propia condolencia, los sones de La Internacional
con los que despiden al gran Amauta que otra vez se sobrevive.
No es un coro de silencio, es un himno, es una diana que recuerda
que después del alba que se busca, vendrá la aurora que no tarda.
Y ya en la Casa de los muertos, cuando el ataúd comienza a entrar en el nicho,
otra vez estalla La Internacional y las gentes se abrazan como si estrecharan al difunto
que comienza a florecer sin pausa en el silencio.

DEL LIBRO “LAS BOTELLAS ROJAS” (1983)
CRUZANDO MEDIO PERÚ


Cruzando medio Perú y todos los vientos,
voces cantarinas envueltas en colores
son música entre piedras y estrategias.
Cruzando medio Perú y burlando a las jaurías
viene a ofrecer sus ánimas al pueblo.
Y en la pequeña plaza que camina
al son de los pasos guerrilleros,
ojos con decisiones y ternuras,
y cabelleras agitadas levantan nuevos días
y el valor de todos es un árbol
que se sacude poderosos y es la tormenta
y en ella muchachas y botellas
se encuentran cara a cara con el fuego.

DEL LIBRO “LOS UMBRALES” (1984)
POEMA XXXVIII

ESA puerta no tiene casa ni calle,
entre baldíos el tiempo, se yergue.
De esa puerta salen voces cada vez más próximas,
himnos a la aurora entre pasos que se acercan.
Apenas se oyen gritos y se alzan banderas,
en el umbral aparecen constructores
con abrazos y martillos.

DEL LIBRO “LAS VIÑAS AZULES" (1954-1959)
POEMA 2

A ternura me llamaba tu rostro
a fuego tu cabellera
Y con la última vendimia
te envolviste conmigo de pronto en el verano

Y en el verano conocía a la mujer

Ah qué nube roja qué largos besos mojados
que círculos sin fin sobre la huella
Qué milagro del sueño y sus cristales:
tus ojos anticipaban ceremonias y fábulas
Qué luz espléndida:
tus pechos eran cálidos pájaros ciegos
Qué posada de duraznos tu vientre:
en él nacían y morían los relámpagos
Qué palpitante seda:
tus muslos llenos de sol y espasmos
Qué sur ignoto descubierto:
oh bocamina de trigo Yuyo del aspaviento

A ternura me llamaba tu rostro
a fuego tu cabellera
Y en el verano conocí a la mujer
y tú te estrenaste conmigo.

DEL LIBRO “EL LIBRO DEL YARAVÍ” (1989)
YARAVÍ LVII


LLUEVE, llueve en Arequipa:
todo Umachiri y sus ríos
bajan del aire.
Llueve a cántaros la pena,
llueve, llueve el yaraví
sangre en el frío.
Lo alegre llora tristeza,
lo triste llena la noche,
tambores de agua.
Por callejones de viento
Mariano Melgar galopa,
duelo en los árboles.

Camino de los perales,
Mariano Melgar galopa
entre las brumas.
Con espada y con guitarra
avisa días de viento,
pasos de pólvora.

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