lunes, 27 de septiembre de 2010

“BIOGRAFÍA DE WATANABE” POR RICARDO GONZÁLEZ VIGIL.


LETRA VIVA

“BIOGRAFÍA DE WATANABE”

Por: Ricardo González Vigil

En la presentación del libro que motiva este comentario, el poeta Carlos López Degregori dio a conocer que, en una encuesta que él con un equipo de profesores (también creadores literarios) de la Universidad de Lima realizó en el 2008 indagando por los poetas peruanos más valiosos desde los años 70 hasta el presente, el autor con mayor número de menciones fue José Watanabe (Laredo, Trujillo, 1946-Lima, 2007). Prueba elocuente de que es el poeta de la Generación del 70 que goza de un reconocimiento más generalizado en nuestro medio. También, es el primero de nuestra Generación del 70, una hornada con numerosas voces dignas de un reconocimiento nacional e internacional que todavía se les niega o regatea, en acceder a un amplio consenso internacional como uno de los creadores más relevantes de la poesía última en la lengua española.

En ese contexto, resulta significativo que sea, igualmente, el primero del 70 en contar con un libro que, con rigor académico y penetración interpretativa, estudia su obra poética: “Mito, cuerpo y modernidad en la poesía de José Watanabe” (2008) de Camilo Fernández Cozman. Y, ahora, el primero con una biografía pormenorizada, de calidad sobresaliente: “El ombligo en el adobe”, a cargo de la periodista Maribel de Paz, fruto de seis años de entrevistas (a las que era renuente Watanabe) y extensas conversaciones (a las que era adicto nuestro recordado Wata) con el poeta de Laredo, complementadas con testimonios de numerosas personas que lo conocieron, así como con una investigación sobre el marco social e histórico-cultural en que se desenvolvió: el Laredo de la infancia, el Trujillo al que se mudó su familia cuando Wata tenía 10 años (su padre ganó la lotería de Lima y Callao, nada menos), la Lima con la efervescencia poética de fines de los años 60 y la década de los 70, etc. Obsequia, además, un dossier gráfico: fotos, documentos y el manuscrito de un poema inédito.

Muy bien escrito, con un diestro montaje de las declaraciones de Wata y los testimonios de sus conocidos, más la conexión pertinente de los poemas con las vivencias del poeta, “El ombligo en el adobe” se lee con deleite, de un tirón, “como si se tratara de una novela”, conforme señala, en el prólogo, el poeta y crítico Eduardo Chirinos, autor de la principal antología de la poesía de Watanabe publicada hasta ahora: “Elogio del refrenamiento” (Sevilla, 2003). Un mérito mayúsculo es que Maribel de Paz consigue retratar la personalidad creadora de Watanabe: su sensibilidad, su imaginario (la forma como él había procesado su infancia, su entorno vital, su cuerpo amenazado por la enfermedad, etc.), su conciencia creadora (su poética y sus lecturas formativas) y su visión del mundo. Es decir, no importa si algún familiar o algún amigo refuta los datos ofrecidos por Watanabe alegando que era ‘cuentero’; conocemos la ‘verdad interior’ del poeta, cómo había sido su existencia para su corazón, lo que resulta capital para esclarecer sus escritos. Sirva de ejemplo la conciencia de Watanabe de su heterogeneidad cultural (recomendamos las páginas dedicadas a su amistad con la gran pintora Tilsa, otra síntesis cultural entre la herencia japonesa y el Perú de todas nuestras sangres): “Yo no me siento mestizo. Mestizo es cuando las culturas se imbrincan, se mezclan, se fusionan, se sincretizan. Creo que en mi caso las culturas están siempre peleando dentro de mí. Pero creo que eso es bueno. […] A veces soy más japonés. A veces soy más peruano […] Todos los peruanos somos una mezcla de todo. […] No hay una identidad, somos un montón […] Y eso nos enriquece […] Cualquier nacionalidad se conquista, y más en este país; yo he conquistado el hecho de ser peruano” (pp. 188-189).

27/09/2010

Fuente:
Diario “El Comercio”

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