sábado, 15 de mayo de 2010

POEMAS DE THAIS BALLENILLA (CUBA) POR RAÚL HERAUD.


POEMAS DE THAIS BALLENILLA (CUBA)

Por: Raúl Heraud

Thais Ballenilla es el nombre de esta gran poeta cubana a quien tuve el honor de conocer en el Festival de la Habana en mayo de 2008, me impresionó la fuerza de su verso, la claridad y frescura de sus imágenes, además del humano discurso cargado de una sensibilidad pocas veces apreciada; tuve la suerte de compartir poemas y charlas sobre La Habana, Martí, Eliseo Diego y Vallejo a quien admira fervientemente. Puedo decir que gozo de su amistad y cada vez que los azahares de la vida me acercan a Cuba es necesario visitarla. Esta poeta mayor nos ha obsequiado algunos versos que a continuación entregamos:

ADAGIO PARA UN DESPERTAR

Pájaros, sólo pájaros conversan.
La línea fija en el cráneo. Todo es un objeto de memoria,
lo diario-pequeño,
la manera de revelar la insensatez y
la rutina.

Acaso el capricho es tan satánico como
la casualidad.

El yo - visionario, bebedor sin límites,
guardián de tantas profecías
no puede acomodar a la mujer pignorando
sus cándidas parcelas.
El yo-intelectivo a puños viene,
reprime el aroma del café con un azul tan lento.

No es preciso encontrar una respuesta para
la cultura de la ausencia.

Persiste la memoria en un cuadro de Dalí.
Los peregrinos pasan sobre las sombras de la tierra,
con ese corazón perfecto,
Los advenedizos se quedan en las grandes avenidas,
solos en la alta noche.

Nadie creerá en un pintor neurótico,
en una poetisa histérica,
distribuyendo las razones,
la disciplina de ser lo que soy:
la pura señora en el momento puro,
y ver como ha corrido el tiempo.

Sueño y no quiero soñar
no sea que despierte
y tenga a flor de labios la misma pregunta.

ANTÍFONA

Por Eliseo y Baquero

Nunca pensé en la muerte del ser como puro existir
la única medida fueron la quinta soledad,
un cuarto alquilado,
la posibilidad de ser nostálgica,
la cristomanía,
el dolor pudriéndose en el pecho,
el anonimato y las negaciones.

Absurdos.
Las palabras (puras) solo pueden ser escritas en
la arena por un inocente.

El péndulo se aprovecha de las horas
con la rabia de Dios en las costillas,
la luz del marginado yo -huye de su generación-
( id profundo) bajo la frase que lleva las cenizas,
en un río de penas descubiertas.
Solo encontramos palabras para lo que está en
palabras.
El asunto no es gastar papeles
por delirio,
por contrato,
por recordar lo que ya es historia.

Sacralizo el último rostro con una razón exquisita,
ocurra lo que ocurra,
algo le sobra de humano a la muerte.

Minúscula muerte y sus clasificaciones:
la ficción,
modelos de humanidad domesticada
(es posible en un segundo soñar toda la obra de Proust)
la ausencia de Cronos (nadie puede venir después del último)
el está bien que mal termina,
la Nada nocturna,
el egotismo y la paridad.
Vanidad de vanidades

No era la muerte el único refugio,
el eterno retorno de aquel listo alemán no me convence.
No soy un modelo sintético.
Prefiero la Divina Comedia,
y después, quizás encuentre (descalza) algún jardín.
Aún cerca, la muerte no es más que un cuento furioso.
Déjame olvidar el versículo del Zaratustra y vivir mi propia luz.

QUÉ LE DEBO AL SILENCIO

Es un ojo que apunta…
César Vallejo

El silencio es un ojo que apunta,
sobre el yo,
producto melancólico entre el agua libre
y el agua estancada,
vaciándome gota a gota,
los grifos de la niñez nunca pasan de castaño oscuro,
vaciándome gota a gota,
sostienen la casa como una verdad extensa.

Cierta historia le debo al silencio,
el pan- duro o los pedazos,
la santidad de la lengua y sus perfecciones,
la premisa de sortear el amor diario
(eternamente inmóvil),
y luego
gritar al por mayor los nombres de todos los
seres que una vez rieron,
porque todo estaba premeditado en una casa
vestida de arena.

Puedo morir y ver a Dios como un hobbit
confesar que yo era algo más que aquella mujer
del Amado Vicio
y después poco me importa soñar con los aretes
puestos.

DIÁLOGO CERRADO

Inútil fue la voz, el silencio fue su único recurso.

La escucho, poderosa y real como el grito.

¿Qué hablamos? Lo que cabe hablar en las
cómodas sillas; me alegra su suave tono.

Es una voz de niña -con el hilo y el añil del agua-.

El aliento conmueve el interior de la casa, los
cuadros y los helechos colocan su vejez en las
sombras.

Un viajero toca la puerta donde no existen
cerrojos, la perfección soporta la húmeda
penumbra, anega los cofres.

Buenas tardes -dice con un afán estéril-
ignora la memoria.

Miro otra vez los cuadros de las musas gordas y
no encuentro pábulos para el salobre del agua.

Aquí estamos las hojas y las lombrices como
una negación en la última escena.

Afuera la vida es tan extraña, algunas criaturas,
otros, animales sin voz para confesar la convivencia.
Pero la voz se aprovecha de la noche, y huye.

Después de todo, una voz tan frágil, no es
posible que venga a cobrarme la nostalgia.

Fuente:
http://revistavirtualfiatlux.blogspot.com/

Más poemas de Thais Ballenilla en este link:
http://revistavirtualfiatlux.blogspot.com/2010/03/poemas-de-thais-ballenilla-cuba.html

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