“ENRIQUE VERÁSTEGUI O LA MATEMÁTICA TOTAL DE LAS ROSAS”
Por: Juan Pablo Mejía *
Es necesario que se diga: Enrique Verástegui (Lima, 1950) es el poeta vivo más importante del Perú. A principios de los setentas presentó al público En los extramuros del mundo (Milla Batres, 1972), mítico libro que no sólo significó la apertura de su aventura literaria, sino también el punto de ruptura del discurso poético peruano de ese entonces. De ahí en adelante no ha cesado de escribir.
ALGUNOS APUNTES SOBRE SU VIDA
Enrique Verástegui nació en Lima el 24 de abril de 1950, pero pasó su infancia en Cañete, a 148 kilómetros al sur de la capital. Realizó estudios de Administración de empresas en la Facultad de Economía de la UNMSM, y de Sociología de la literatura en la École de Hautes Etudes en Sciences Sociales de París.
En 1975 escribió el guión de la película Cimarrones, realizada por Carlos Ferrand, y que durante la década del 80 recibió diversos premios internacionales en New York y Canadá. En 1976, con tan solo 26 años de edad, se convirtió en el becario más joven de Latinoamérica al ser distinguido con la prestigiosa Beca Guggenhein. Con el dinero de la beca viajó junto a su esposa, la también poeta Carmen Ollé, y su pequeña hija Vanessa, a las islas mediterráneas de Menorca, luego a Barcelona, donde se entregó al estudio de la mística negativa, para posteriormente trasladarse a París, lugar que fue testigo de su actividad literaria y bohemia hasta finales de 1979, y en donde comenzó la escritura de su importante proyecto poético: ÉTICA, monumental libro en cuatro volúmenes organizados de la siguiente forma: I. Monte de Goce (o del pecado); II. Taki Onqoy (o de la redención); III. Angelus Novus (o de la virtud); y IV. Albus (o de la gnosis), y que pretende abarcar la totalidad de las disciplinas artísticas, científicas y tecnológicas.
En 1980, con el dinero de la beca agotado, regresó a Lima, desempeñándose como cronista del Diario de Marka. En 1985 ya separado de su esposa, retornó a la casa de sus padres en San Vicente de Cañete. Fue desde ahí que vio aparecer la mayor parte de sus obras. El ensayo El motor del deseo vio la luz pública en 1987, Leonardo apareció en 1988, en 1989 el primer tomo de Angelus Novus y al año siguiente el segundo tomo (ambos de libro primero de Ética). En 1991 publicó Monte de goce (Ética II), en 1992 la novela Terceto de Lima, que para Mario Vargas Llosa es “la mejor novela peruana de los noventas”. En 1992 también obtuvo el premio del V festival del cortometraje peruano por Enrique Veástegui: para vivir mañana, película realizada por Edgardo Guerra para Producciones el Pacífico. En 1993 publicó Taki Onqoy (Ética III). Dos años después el cuarto libro Ética: Albus, luego El modelo del teorema (1997), Ensayo sobre ingeniería (2001), Apología pro-totalidad (2002); y establecido permanentemente en el distrito de La Molina, en Lima, se publicaron Teorema de Yu (2004), hermoso poema constituido por 365 versos en composición alejandrina, que equivalen a los 365 días que le toma a la Tierra dar la vuelta alrededor del Sol, Yachay Hanay (2006), Teoría de los cambios (2009) y la novela Teorema del anarquista ilustrado (2009).
Actualmente aún está a la espera de un editor que asuma el reto de publicar Ética en un solo volumen compilatorio.
En el año 2008 fue distinguido con el grado de doctor honoris causa por la Universidad Latinoamericana de la Investigación.
ENSAYANDO UNA DEFINICIÓN
¿Pero quién es Enrique Verástegui?, le preguntaron en una entrevista: “una literatura” respondió sin titubear. Y es que desde sus inicios en 1970, junto a Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruiz, en Hora Zero, grupo poético y de connotaciones políticas (con un discurso vinculado a la izquierda), Verástegui mostró su gran talento, convirtiéndose pronto en la voz cantante de su generación. Su primera entrega, En los extramuros del mundo, que según el escritor peruano Fernando Ampuero fue “una bola de fuego en el corazón de sus contemporáneos”, remeció el ambiente literario de esos años, catapultando la fama de Verástegui a la calidad de genio, de acuerdo al calificativo del poeta Juan Gonzalo Rose.
Para Ricardo González Vigil, la obra verasteguiana se encuentra a la altura de Dante y su Divina Comedia. Y es que Verástegui, que le dedica a la escritura alrededor de 8 horas diarias, desarrolla su obra a través de tres ejes básicos que él mismo reconoce como su disciplina de trabajo: el espacio de la cultura, el espacio de la urbe, y el espacio de su propia experiencia.
En el espacio de la cultura encontramos su trabajo en las bibliotecas del mundo, y más precisamente en las lecturas de escritores como Lezama Lima, Kafka, Joyce, Cavafis, Sartre, a poetas como Li Po, Pound, Oquendo de Amat, Martín Adán, y entre otras personalidades a Carlos Marx, Einstein, Wiggenstein, para citar unos ejemplos.
Sobre el espacio de la urbe se despliega el trabajo de campo. Se cuentan para ello los parques, los amores solapados o perdidos; las calles de Lima, París, Barcelona o Cañete; la gente, su neurosis, y sus coloquios: el común intercambio de palabras dentro de una conversación cualquiera, pero que para Verástegui representa una de las experiencias más ricas en contenidos poetizables.
Ahora bien, el espacio de la experiencia personal es el resultado de la constatación de los dos anteriores. La atalaya en que se alza la escritura del poeta: “la exacta resonancia de la llagadura hecha palabra”, según Alonso La Torre.
LA MATEMÁTICA TOTAL DE VERÁSTEGUI
Para Verástegui la utilización de fórmulas matemáticas y diagramas de flujo en la construcción de sus textos, lo mismo que palabras, equivale a la actitud que deben asumir los escritores y poetas en la actualidad. No se extingue, como habían presumido los postmodernistas, la poesía con el avance científico, al contrario, ésta se fortalece con y en las nuevas tecnologías; se renueva, como un ave fénix, constantemente.
Verástegui ha tratado siempre de hacer una poética personal, que refleje sus intereses, que no son otros que los ideales de libertad, de conocimiento, de vida y de justicia; ideales que artísticamente se expresan en una estructura fielmente vinculada al concepto de perfección. Perfección entendida como belleza.
"Ahora concibo la poesía como una cuestión de tecnología, y antes la concebía como un proceso dialéctico de producción de signos de lenguaje”, afirma Verástegui. En ese afán es que el poeta logra fundar su teoría integral. En ese afán, que vincula la literatura con la economía y la filosofía, la física nuclear y la historia, con el cine, el ensayo con el poema, y el poema con la lógica moderna. Poetizar equivale para Verástegui a fusionar la matemática con la creación verbal, en pos de un objetivo supremo: totalizar el conocimiento humano.
San Juan de Lurigancho, abril de 2010.
BONUS TRACK:
Enrique Verástegui responde
¿Por qué escribe?
Escribo poesía para darle un sentido a mi vida pero también puedo escribir novelas o ensayos para recrearme en las situaciones procelosas de la historia.
Al momento de sentarse a escribir, ¿necesita estar en un estado especial?
Me siento a escribir por el impulso de sentarme a escribir, y así puedo estar horas, días, años, o décadas.
¿Cree que la poesía es algo que a uno le sucede?
La poesía es una visión sagrada, es salirse de lo rutinario, encontrarse con lo nuevo en la mecánica de lo cotidiano.
Para algunos la poesía que usted escribe es demasiado críptica, alguien decía por ahí que Enrique Verástegui escribe para sí mismo.
Creo que en el extranjero me comprenden mejor, pues en una página web se dice lo siguiente de mí: “a través del tiempo ha ido desarrollado una lírica heterodoxa, iconoclasta, dejándolo a merced de los que lo califiquen como vanguardista pero que ni aún así logran comprender toda su obra”.
Después de una treintena de publicaciones, entre plaquetas, folletos y libros, ¿cuál cree que es el aporte de Enrique Verástegui a la poesía peruana?
Creo que el aporte de mi persona a la poesía peruana es el proyecto de ÉTICA, un megaproyecto para un país no acostumbrado a estas cosas. Así, me ha tocado inaugurar lo mejor de nuestra historia a mí, sin quererlo.
¿Cómo ve la poesía actualmente?
Me gusta leer a los jóvenes porque tienen la inocencia de la juventud, mi misma hija, Vanessa, que es arqueóloga y antropóloga, escribe con esa inocencia.
Finalmente, ¿en qué proyectos está trabajando?
Estoy considerando si publicar en un solo libro los ensayos de El SABER DE LAS ROSAS, o si publicar en libro aparte mis trabajos sobre poesía peruana del siglo XX.
Nota:
* Juan Pablo Mejía (Lima, 1982). Comunicador Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Dirige el sello “Paracaídas Editores”. Ha organizado concursos, encuentros literarios y recitales poéticos junto al Grupo Cultural “Nudo de Voces”, del cual forma parte. Poemas suyos aparecen publicados en diversas revistas y blogs de Literatura, así como en las muestras colectivas “Nudo” (2007), “Caja de Typos” (2007), “Cuatro” (2009) y “La imagen de las palabras (2009)”. Antologado en “Poesía Perú S. XXI: 60 Poetas Peruanos Contemporáneos” (2007). Publicó con editorial Dragostea “Balada de la piedra que canta” (Arequipa, 2009), su primer libro.
Fuente: OHCULTOS
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