“EL DECIR LITERARIO”
Entrevista a Gonzalo Espino. Él ha publicado el libro “La literatura oral”. Se trata de un académico (UNMSM), que trabaja desde hace muchos años este importante tema.
- ¿Tiene un canon la literatura oral?
- Yo preferiría no hablar de canon. Todo lo contrario, es una literatura anticanónica, pues se trata de las formas que la academia invisibiliza, se obvian en los estudios literarios o aparece como literatura del pasado.
- Transcrito el texto ¿deja de ser oral?
- Evidentemente, sí. La trampa canónica es que enseñamos y estudiamos a la literatura oral (sea quechua, aymara, amazónica, costeña, afroperuana, etc.) como si fueran literaturas escritas. Aún no estamos habituados a trabajar con textos orales. Sí se transcribe un relato –lo sabes bien, porque tú eres uno de los protagonistas de esa gran literatura oral de los aymaras- se pierde el alma de la cultura. Cuando se trata de una recopilación y logra remedar la voz, hablo de ficción de oralidad.
- ¿Cuántas poéticas de la memoria hay?
- Las poéticas no son autistas, se vinculan con las sociedades y pertenecen a la esfera de las disputas del poder simbólico. Desde la perspectiva amerindia, las poéticas de la memoria se explican desde la cosmovisión de cada cultura y al mismo tiempo por las formas como en el mismo discurso se marcan elementos propios de la cultura.
- ¿Cuánta oralidad falta registrar en el Perú?
- Mucho. Postulo la necesidad de un Archivo de la Palabra. Esto quiere decir que hay una significativa ausencia de la voz de los pueblos. En Perú se han producido desde fines del siglo XIX e inicio del XX registros hablados, pero son escasos y precarios. Todo el siglo XX se han realizado esfuerzos personales y pocos institucionales. Si por ejemplo, revisamos los relatos publicados en Mitos, leyendas y cuentos del Perú (1947), libro colectivo de Arguedas e Izquierdo, no nos es posible escuchar las versiones orales, son textos escritos por estudiantes provincianos.
- ¿Hay estética en la oralidad?
- Sí. Y no hay que sorprendernos de ello. La magia de la palabra se hace acompañar siempre de una estética. No es posible la realización de un relato sin la participación de cuando menos dos. Esta es una discusión que actualmente estamos realizando, se trata del willakuy como forma del narrar entre los andinos quechuas.
16/05/2010
Fuente:
Diario “La Primera”
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