Crítica de libros
“INSECTO SOÑADOR”
Por: Juan Pablo Cinelli
El notable neurólogo y escritor inglés Oliver Sacks afirma en su libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero que la enfermedad es una "condición humana quintaesencial", para concluir que "los animales contraen enfermedades pero sólo el hombre cae radicalmente enfermo". Ese valor de la enfermedad como rasgo sólidamente humano, es quizás una columna importante en la que se apoya El presente, novela con la que Juan Bernardo Cejas obtuvo el primer premio del Fondo Nacional de las Artes 2008. Para narrar en primera persona la historia (a veces clínica) de Francisquito Vargas, Cejas recurre a un animal, aunque no a uno cualquiera. Aterrado en su infancia por la naturaleza monstruosa de Frankenstein, Francisquito regresa una y otra vez a Gregor Samsa para intentar comprender su propia transformación.
Francisquito es compilador y narrador de su propia historia, que comienza en su infancia y atraviesa la adolescencia, para cerrar en su juventud. En ella detallará su vida no como una existencia libre, sino como un relato atado a traumas, ataques, recaídas y a la visión que de él han tenido otros. Incapaz de toda memoria, su pasado es aquello que puede encontrar en un anecdotario siempre ajeno, que tanto abarca los comentarios y el "chusmerío" como los siete cuadernos que compilan las anotaciones clínicas de un terapeuta devenido en un segundo padre, que no será el último. Hay un núcleo simbólico que remite a aquellos dos personajes literarios, a través de los cuales El presente le otorga a todo relato un valor creador y exorcista. Para Francisquito, su vida se ha reducido a mera evocación. Capas de diferentes pasados, miembros de muchos cuerpos, se apilan hasta hacerse costra y cubrirlo todo, como el exoesqueleto de un insecto: Samsa. En sánscrito, la palabra samsara refiere al ciclo budista de las reencarnaciones.
El protagonista de El presente irá buscando su propio rastro, mientras la prolija y certera pluma de Cejas conduce al lector a través de un mandala que permite entrever muchas vidas en una sola.
13/03/2010
Fuente:
Diario “La Nación” SUPLEMENTO ADN CULTURA.
El notable neurólogo y escritor inglés Oliver Sacks afirma en su libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero que la enfermedad es una "condición humana quintaesencial", para concluir que "los animales contraen enfermedades pero sólo el hombre cae radicalmente enfermo". Ese valor de la enfermedad como rasgo sólidamente humano, es quizás una columna importante en la que se apoya El presente, novela con la que Juan Bernardo Cejas obtuvo el primer premio del Fondo Nacional de las Artes 2008. Para narrar en primera persona la historia (a veces clínica) de Francisquito Vargas, Cejas recurre a un animal, aunque no a uno cualquiera. Aterrado en su infancia por la naturaleza monstruosa de Frankenstein, Francisquito regresa una y otra vez a Gregor Samsa para intentar comprender su propia transformación.
Francisquito es compilador y narrador de su propia historia, que comienza en su infancia y atraviesa la adolescencia, para cerrar en su juventud. En ella detallará su vida no como una existencia libre, sino como un relato atado a traumas, ataques, recaídas y a la visión que de él han tenido otros. Incapaz de toda memoria, su pasado es aquello que puede encontrar en un anecdotario siempre ajeno, que tanto abarca los comentarios y el "chusmerío" como los siete cuadernos que compilan las anotaciones clínicas de un terapeuta devenido en un segundo padre, que no será el último. Hay un núcleo simbólico que remite a aquellos dos personajes literarios, a través de los cuales El presente le otorga a todo relato un valor creador y exorcista. Para Francisquito, su vida se ha reducido a mera evocación. Capas de diferentes pasados, miembros de muchos cuerpos, se apilan hasta hacerse costra y cubrirlo todo, como el exoesqueleto de un insecto: Samsa. En sánscrito, la palabra samsara refiere al ciclo budista de las reencarnaciones.
El protagonista de El presente irá buscando su propio rastro, mientras la prolija y certera pluma de Cejas conduce al lector a través de un mandala que permite entrever muchas vidas en una sola.
13/03/2010
Fuente:
Diario “La Nación” SUPLEMENTO ADN CULTURA.
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