Grupo Editorial Arteidea
INVITACIÓN
Presentación de El santo cura
Primera novela de Elga Reátegui
INVITACIÓN
Presentación de El santo cura
Primera novela de Elga Reátegui
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Amaro La Rosa
Carlos Chávez Toro
Performance de danza: Grupo “Huellas”
Video
Brindis
Conducción
Escritora Viviana Gómez Espinoza
Lunes 15 de junio - 7:00 pm.
Centro Cultural de España - Natalio Sánchez 181 – Cdra. 5 Av. Arequipa
INGRESO LIBRE
Advertencia: No lea este libro.
"Y si alguien leyese o poseyese libros de herejía o escritos de cualquier autor condenado y prohibido por razón de herejía o sospechoso de falsas enseñanzas, sufrirá inmediatamente la sentencia de excomunión".
Concilio de Trento: Reglas de libros prohibidos
Si usted es de los que creen que los sacerdotes son seres etéreos e impolutos, encarnación purificada de dios en la tierra, debe dejar de leer este libro.
Se lo advertimos por el bien de su alma inmortal y eterna, que está en peligro de ser contaminada con este sacrílego relato de Elga Reátegui.
Hacemos de su conocimiento que, con toda seguridad, este texto habría sido incluido en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, lista de libros prohibidos por nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, en la que se incluía también la obra completa de autores tan blasfemos como André Gide, Denis Diderot, Emile Zola, Honoré de Balzac y Jean-Paul Sartre.
Y también algunos librejos nauseabundos como:
- El Contrato Social y Emilio o De la educación de Jean-Jacques Rousseau.
"Y si alguien leyese o poseyese libros de herejía o escritos de cualquier autor condenado y prohibido por razón de herejía o sospechoso de falsas enseñanzas, sufrirá inmediatamente la sentencia de excomunión".
Concilio de Trento: Reglas de libros prohibidos
Si usted es de los que creen que los sacerdotes son seres etéreos e impolutos, encarnación purificada de dios en la tierra, debe dejar de leer este libro.
Se lo advertimos por el bien de su alma inmortal y eterna, que está en peligro de ser contaminada con este sacrílego relato de Elga Reátegui.
Hacemos de su conocimiento que, con toda seguridad, este texto habría sido incluido en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, lista de libros prohibidos por nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, en la que se incluía también la obra completa de autores tan blasfemos como André Gide, Denis Diderot, Emile Zola, Honoré de Balzac y Jean-Paul Sartre.
Y también algunos librejos nauseabundos como:
- El Contrato Social y Emilio o De la educación de Jean-Jacques Rousseau.
- Justine y Juliete del Marqués de Sade.
- Los Miserables y Nuestra Señora de París de Victor Hugo (en 1864).
- Madame Bovary de Gustave Flaubert.
- Gran Diccionario Universal de Pierre Athanase Larousse.
- Algunas obras de Alejandro Dumas y Alexandre Dumas, hijo.
- Las novelas de Stendhal (en 1828).
Y hasta algunos textos ruines, de autor incierto, como El Lazarillo de Tormes.
Si usted, hombre (o mujer) de poca fe, duda de nuestro reconvención, le recomendamos una confesión inmediata de sus culpas ante el sacerdote más cercano y una lectura detallada de la última versión en castellano del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, conservada por la Universidad de Sevilla en la siguiente página web:
http://fondosdigitales.us.es/books/digitalbook_view?oid_page=217788
No tome esta advertencia a la broma. No por gusto el Papa Pío V, ordenó en 1571 la creación de la Sagrada Congregación del Índice, cuyo importantísimo trabajo era revisar, uno por uno, cada libro publicado en busca de herejías, sexo explícito, deficiencias morales, inexactitudes políticas entre otras cosas.
Era el mismo Papa, en persona, su santidad infalible, quien aprobaba qué libros ingresaban al Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum y cuáles salían de él, llegando a constituirse un listado de más de 4,000 títulos, en su trigésima segunda edición publicada en 1948, entre los cuales, sin lugar a dudas, estaría El Santo cura, este impío texto de Elga Reátegui.
Si usted teme por su alma, cierre este libro. Si no lo hace, Elga Reátegui lo llevará por el bullicio de las calles de Lima, por el laberinto de sus dependencias públicas y eclesiásticas, le hará escuchar voces que lo atontarán con lo descarnado de sus ambiciones y será empujado sin piedad dentro de las enredadas mentes de los que sólo respiran por el poder.
¿Va a seguir leyendo? ¡Que las maldiciones del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum caigan sobre usted!
Y disfrute de la lectura.
Y hasta algunos textos ruines, de autor incierto, como El Lazarillo de Tormes.
Si usted, hombre (o mujer) de poca fe, duda de nuestro reconvención, le recomendamos una confesión inmediata de sus culpas ante el sacerdote más cercano y una lectura detallada de la última versión en castellano del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, conservada por la Universidad de Sevilla en la siguiente página web:
http://fondosdigitales.us.es/books/digitalbook_view?oid_page=217788
No tome esta advertencia a la broma. No por gusto el Papa Pío V, ordenó en 1571 la creación de la Sagrada Congregación del Índice, cuyo importantísimo trabajo era revisar, uno por uno, cada libro publicado en busca de herejías, sexo explícito, deficiencias morales, inexactitudes políticas entre otras cosas.
Era el mismo Papa, en persona, su santidad infalible, quien aprobaba qué libros ingresaban al Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum y cuáles salían de él, llegando a constituirse un listado de más de 4,000 títulos, en su trigésima segunda edición publicada en 1948, entre los cuales, sin lugar a dudas, estaría El Santo cura, este impío texto de Elga Reátegui.
Si usted teme por su alma, cierre este libro. Si no lo hace, Elga Reátegui lo llevará por el bullicio de las calles de Lima, por el laberinto de sus dependencias públicas y eclesiásticas, le hará escuchar voces que lo atontarán con lo descarnado de sus ambiciones y será empujado sin piedad dentro de las enredadas mentes de los que sólo respiran por el poder.
¿Va a seguir leyendo? ¡Que las maldiciones del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum caigan sobre usted!
Y disfrute de la lectura.
Carlos Chávez Toro
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