viernes, 21 de enero de 2011

IN MEMORIAM DE LUIS JAIME CISNEROS. “FUE MI MAESTRO” POR MARIO VARGAS LLOSA. (DIARIO “LA REPÚBLICA‏”).

Luis Jaime Cisneros.

“FUE MI MAESTRO”

Por: Mario Vargas Llosa
Escritor y Nobel de Literatura 2010

Fue mi maestro. Yo lo conocí como mi maestro, primero, en el año 1954. Fue mi profesor en San Marcos, en un curso de literatura española del Siglo de Oro. Y creo que entre todas las cosas que fue Luis Jaime, crítico, periodista, filólogo, lo más importante fue para él la de maestro. Creo que fue, sobre todo, un gran maestro por cuyas aulas pasaron miles de estudiantes de muchas generaciones y creo que todos lo recordamos con admiración y cariño. Era un magnífico profesor, riguroso y al mismo tiempo de un entusiasmo contagioso que nos descubrió a muchos, a mí, entre ellos, la maravilla de libros clásicos de los clásicos de la lengua. Por otra parte no era un presente un maestro encerrado a la universidad. Él abría su biblioteca particular a los alumnos, prestaba libros y hacía a veces en su casa tertulias para mí están muy vivas en la memoria. Era un guía generoso que ayudaba a los estudiantes.

También recuerdo haber trabajado con Luis Jaime, cuando yo era estudiante todavía, a finales de la dictadura de Odría. Él estaba vinculado al partido demócrata cristiano que se estaba formando en ese tiempo y fue director de un pequeño periódico que se llamaba Democracia, un pequeño semanario contra la dictadura en el que yo colaboré, de tal manera que tuve una relación bastante cercana con él. Después hemos sido muy amigos toda la vida.

Yo creo que entre todas las virtudes de Luis Jaime, además de las virtudes intelectuales, está la de haber sido una persona sumamente generosa, sin enemigos, que ayudó siempre en lo que pudo a los demás y que por eso es tan querido y admirado en todos los círculos, en todos los medios. Estoy seguro de que es una persona que será siempre recordada con gratitud y con cariño.

Era una persona muy digna, muy decente, siempre eso que antiguamente se llamaba un caballero, que tenía una conducta cívica, ética ejemplares, y creo que eso lo reconocen tirios y troyanos, una de esas personas que no tienen enemigos y que siempre fue muy respetado y muy querido porque aparte de sus méritos intelectuales, era un hombre bueno.

21/01/2011

Fuente:
Diario “La República”

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