Crítica de libros / Ensayo
“ENTRE EL ARTE Y LA MEMORIA”
Por: Raquel San Martín
"Bienvenidos de nuevo a una idea", escribe Andreas Huyssen para sintetizar su intención de demostrar cómo, del discurso posmoderno resquebrajado y la globalización cuestionada, resurgen hoy nociones, preguntas y hasta un espíritu moderno. "La modernidad y el modernisno siguen siendo unos significantes clave para quienquiera que intente comprender de dónde venimos y adónde es posible que vayamos, del siglo XX al XXI", afirma el autor en la introducción de Modernismo después de la posmodernidad, libro que revisa las líneas básicas del pensamiento que este influyente crítico cultural alemán, cofundador de la revista New German Critique, desplegó en Después de la gran división.
Un primer texto prometedor y ambicioso abre el libro, pero la selección de artículos que le siguen, desparejos en tema, tono y profundidad, deja al lector intentando encontrar ese hilo anticipado que una los fragmentos. Conviene entonces enfrentarse a cada artículo del libro como a un texto independiente, para poder acceder al punto más alto que caracteriza la obra de Huyssen: la apelación a la literatura y el arte como puertas de entrada al mundo contemporáneo. La intención de demostrar la supervivencia de la modernidad a través de vanguardias, posmodernidades y globalización se despliega en la primera parte del libro. En ella, el autor reflexiona sobre la geografía del modernismo en el mundo colonial y poscolonial, las llamadas "modernidades alternativas" (tal como las explora Appadurai o García Canclini, a los que cita), la obra del artista argentino Guillermo Kuitca y el papel que jugó el género de la "miniatura modernista" de fin de siglo en la literatura alemana y austríaca, como "condensación microscópica de una imaginería metropolitana".
En la segunda parte, los temas viran a una de las obsesiones de Huyssen: la cultura y la política de la memoria que, según dice, "han cobrado una dimensión genuinamente trasnacional" en el mundo contemporáneo. Sostiene que vivimos en una época obsesionada por el recuerdo que impregna discursos públicos, política y arte, lo cual no sólo indica cambios en el modo de vivir la temporalidad, sino que impacta en nuestra posibilidad de imaginar futuros. El autor demuestra además cómo el discurso de la memoria histórica traumática ya no responde a fronteras nacionales. El Holocausto, para Huyssen, se ha convertido en un símbolo global de la barbarie, aunque dentro de Alemania su construcción como recuerdo común y la elaboración de la culpa y la responsabilidad tengan pliegues que sólo su literatura, su arte o su arquitectura son capaces de transparentar.
En los textos de esta segunda parte -los más destacados del volumen- , Huyssen analiza la construcción de la memoria acerca del Holocausto en la Alemania posterior a 1989, sobre todo a partir de autores como W. G. Sebald, y el juego entre memoria y olvido que se pone en marcha para poder recordar colectivamente una tragedia. En ese punto, compara la situación alemana con la memoria del terrorismo de Estado en la última dictadura argentina, un tema que sigue de cerca. Sostiene que así como Alemania "olvidó" el bombardeo de sus ciudades por parte de los aliados en la Segunda Guerra Mundial para poder elaborar la matanza nazi, la Argentina "olvidó" la dimensión política de la izquierda armada para avanzar en la elaboración de un discurso de los derechos humanos luego de 1983.
Complejo sin perder transparencia e interés en la prosa, Huyssen deja pensando en muchas cuestiones. Por ejemplo, en cómo la globalización no derribó fronteras, sino que creó otras, más horizontales; en el poder de una obra literaria para desencadenar un proceso nacional de recuerdo, o en la "alianza entre conmemoración y olvido" que puede dejar en brumas al pasado que a todos nos duele.
© LA NACION
21/08/2010
Fuente:
Diario “La Nación” Suplemento ADN Cultura
Link:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1295503
"Bienvenidos de nuevo a una idea", escribe Andreas Huyssen para sintetizar su intención de demostrar cómo, del discurso posmoderno resquebrajado y la globalización cuestionada, resurgen hoy nociones, preguntas y hasta un espíritu moderno. "La modernidad y el modernisno siguen siendo unos significantes clave para quienquiera que intente comprender de dónde venimos y adónde es posible que vayamos, del siglo XX al XXI", afirma el autor en la introducción de Modernismo después de la posmodernidad, libro que revisa las líneas básicas del pensamiento que este influyente crítico cultural alemán, cofundador de la revista New German Critique, desplegó en Después de la gran división.
Un primer texto prometedor y ambicioso abre el libro, pero la selección de artículos que le siguen, desparejos en tema, tono y profundidad, deja al lector intentando encontrar ese hilo anticipado que una los fragmentos. Conviene entonces enfrentarse a cada artículo del libro como a un texto independiente, para poder acceder al punto más alto que caracteriza la obra de Huyssen: la apelación a la literatura y el arte como puertas de entrada al mundo contemporáneo. La intención de demostrar la supervivencia de la modernidad a través de vanguardias, posmodernidades y globalización se despliega en la primera parte del libro. En ella, el autor reflexiona sobre la geografía del modernismo en el mundo colonial y poscolonial, las llamadas "modernidades alternativas" (tal como las explora Appadurai o García Canclini, a los que cita), la obra del artista argentino Guillermo Kuitca y el papel que jugó el género de la "miniatura modernista" de fin de siglo en la literatura alemana y austríaca, como "condensación microscópica de una imaginería metropolitana".
En la segunda parte, los temas viran a una de las obsesiones de Huyssen: la cultura y la política de la memoria que, según dice, "han cobrado una dimensión genuinamente trasnacional" en el mundo contemporáneo. Sostiene que vivimos en una época obsesionada por el recuerdo que impregna discursos públicos, política y arte, lo cual no sólo indica cambios en el modo de vivir la temporalidad, sino que impacta en nuestra posibilidad de imaginar futuros. El autor demuestra además cómo el discurso de la memoria histórica traumática ya no responde a fronteras nacionales. El Holocausto, para Huyssen, se ha convertido en un símbolo global de la barbarie, aunque dentro de Alemania su construcción como recuerdo común y la elaboración de la culpa y la responsabilidad tengan pliegues que sólo su literatura, su arte o su arquitectura son capaces de transparentar.
En los textos de esta segunda parte -los más destacados del volumen- , Huyssen analiza la construcción de la memoria acerca del Holocausto en la Alemania posterior a 1989, sobre todo a partir de autores como W. G. Sebald, y el juego entre memoria y olvido que se pone en marcha para poder recordar colectivamente una tragedia. En ese punto, compara la situación alemana con la memoria del terrorismo de Estado en la última dictadura argentina, un tema que sigue de cerca. Sostiene que así como Alemania "olvidó" el bombardeo de sus ciudades por parte de los aliados en la Segunda Guerra Mundial para poder elaborar la matanza nazi, la Argentina "olvidó" la dimensión política de la izquierda armada para avanzar en la elaboración de un discurso de los derechos humanos luego de 1983.
Complejo sin perder transparencia e interés en la prosa, Huyssen deja pensando en muchas cuestiones. Por ejemplo, en cómo la globalización no derribó fronteras, sino que creó otras, más horizontales; en el poder de una obra literaria para desencadenar un proceso nacional de recuerdo, o en la "alianza entre conmemoración y olvido" que puede dejar en brumas al pasado que a todos nos duele.
© LA NACION
21/08/2010
Fuente:
Diario “La Nación” Suplemento ADN Cultura
Link:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1295503
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