APARICIÓN DE LA REVISTA LITERARIA “REMOLINOS” Nº 44
Nuestro amigo, el poeta Paolo Astorga nos informa, a través del correo, de la publicación de un nuevo número de su revista que ya se va por su 5º año de existencia. He aquí sus palabras:
Saludos, estimados lectores de la Revista digital de creación literaria Remolinos (ISSN: 1997-3489). Le informamos que acabamos de editar el número 44 de nuestra revista correspondiente a los meses de Julio - Septiembre de 2010, la cual contiene la más selecta expresión literaria y cultural de autores de diferentes partes del mundo.
Lo invitamos a disfrutar de esta nueva edición que ha sido creada exclusivamente para todos ustedes.
Agradeceríamos eternamente que distribuya esta información a todos los que desee conveniente.
Saludos y Éxitos,
Paolo Astorga
Director y Editor de la revista de creación literaria Remolinos
A continuación, hacemos rebotar la editorial de la revista, no sin antes felicitar al poeta por el lanzamiento de este nuevo número y tan loable esfuerzo. (C.P.Q).
Saludos, estimados lectores de la Revista digital de creación literaria Remolinos (ISSN: 1997-3489). Le informamos que acabamos de editar el número 44 de nuestra revista correspondiente a los meses de Julio - Septiembre de 2010, la cual contiene la más selecta expresión literaria y cultural de autores de diferentes partes del mundo.
Lo invitamos a disfrutar de esta nueva edición que ha sido creada exclusivamente para todos ustedes.
Agradeceríamos eternamente que distribuya esta información a todos los que desee conveniente.
Saludos y Éxitos,
Paolo Astorga
Director y Editor de la revista de creación literaria Remolinos
A continuación, hacemos rebotar la editorial de la revista, no sin antes felicitar al poeta por el lanzamiento de este nuevo número y tan loable esfuerzo. (C.P.Q).
Paolo Astorga firmando autógrafos en un colegio de Vitarte.
EDITORIAL
“EL POETA, LA POESÍA Y LA DIFUSIÓN”
Hace unos días conversando con un amigo poeta acerca de la poesía y sus “usos”, así como la labor del poeta dentro del espacio cultural, llegué a la conclusión de que el verdadero papel (o uno de los papeles) del poeta actual, es sin duda escribir, y escribir bien lo que escribe. Nada más obvio. Sin embargo no solo sirve con escribir. En pleno siglo XXI y con una gran fauna de poetas tanto jóvenes y no tan jóvenes, ser poeta se vuelve relativamente sencillo. Sencillo no por el tema de la escritura, pues en mi caso no creo en el poeta virtuoso que produce versos como se produce el moho en un pan rancio; creo más bien que lo fácil está en el publicar.
Sí, ya sé, publicar puede resultar también difícil, aunque en un artículo anterior planteé que publicar en medios digitales es mucho más factible que en medios físicos si se trata de un poeta joven y sin mucho dinero como es el caso de todos los que conozco y por supuesto mi caso. En conclusión, lo fácil no existe. Es así que existe (o debería existir) la poesía más que el poeta. No quiero decir que me estoy robando ideas de Bécquer ni nada por el estilo. Simplemente me propongo en este artículo hacer que el poeta sea lo que a mi parecer se requiere en estos tiempos: los poetas poetas y difusores.
Quizá eso es lo difícil: ser poeta, intentar una buena escritura y por sobre todo ejercitar la vocación difusora no solo de la poesía, sino de todo medio cultural más allá de la misma literatura: música, pintura, cine, etc.
Respeto mucho a los que sin tener un miserable sol en los bolsillos, han creado espacios, tribunas, centros, cubiles, refugios, murales para el arte poético y por supuesto para la literatura en su totalidad. Y es que difundir a otros es un trabajo apasionante y lleno de obstáculos.
Regresando a la conversación con mi amigo, él empezó a despotricar contra las grandes editoriales, contra la crítica, contra el canon, y de allí un gran etcétera. Mi único argumento ante su discurso fue: La única forma de combatir el olvido, el abandono, el basureo, es ser poetas-difusores. No es una respuesta original, ni mucho menos, pero intenté por lo menos ser consecuente con los objetivos que tienen hasta ahora todos mis proyectos de difusión literaria: ser vehículos de expresión artística y creativa. Es ocioso ser un editor de una revista que no obtiene ganancias, es más fácil publicar un libro nuestro que usar el mismo dinero para publicar a otros y no digan que no, pues todos somos frágiles ante la posibilidad de la publicación individual.
La cuestión es que la mejor manera de callar a los que se jactan de ser importantes, es simplemente dándoles el ejemplo. ¿Cuál es el ejemplo? Pues suicídese creando un espacio (no importa el tamaño o el tiempo o dinero que le quite) que difunda a otros y no solo a amigos, sino también a las amigas, a los desconocidos, a los que nos caen mal, a los que dudan de su espacio, a los que no creen en sí mismos, a los que piensan que la poesía es nada, es todo, es algo, es, es…
A propósito de todas estas palabras, desde ya hace unos meses me he visto limitado de tiempo por la cantidad de actividades que la universidad me impone: tareas, exposiciones, sustentación de ensayos, exámenes, trabajos de campo, etc. A pesar de este recorte en mi tiempo, existen tres nuevos proyectos que debo presentar. El primero es la presente edición de esta revista que ahora es trimestral y que ya acaricia sus primeros 5 años de existencia. Segundo, el nuevo proyecto llamado Voz Efímera, que es la primera revista de poesía en audio del Perú y por último está la salida de la revista Delirium Tremens, que no es otra cosa que una revista de poesía tanto en formato físico como virtual.
Hay trabajo en lo que respecta a la difusión y sobre todo de la creación de espacios aunque pequeños, pero significativos, estos espacios responden quizá a esa pregunta sobre la “masividad” de la poesía en un mundo que no lee ni siquiera los carteles de “peligro” o “No pisar el césped”.
Y es que aunque parezca romántico y poco sostenible, Remolinos y los demás proyectos ad portas, no sirven de nada sin el apoyo incondicionable de los lectores y colaboradores en esta gran Pangea literaria que hoy por hoy usted lee.
Sí, ya sé, publicar puede resultar también difícil, aunque en un artículo anterior planteé que publicar en medios digitales es mucho más factible que en medios físicos si se trata de un poeta joven y sin mucho dinero como es el caso de todos los que conozco y por supuesto mi caso. En conclusión, lo fácil no existe. Es así que existe (o debería existir) la poesía más que el poeta. No quiero decir que me estoy robando ideas de Bécquer ni nada por el estilo. Simplemente me propongo en este artículo hacer que el poeta sea lo que a mi parecer se requiere en estos tiempos: los poetas poetas y difusores.
Quizá eso es lo difícil: ser poeta, intentar una buena escritura y por sobre todo ejercitar la vocación difusora no solo de la poesía, sino de todo medio cultural más allá de la misma literatura: música, pintura, cine, etc.
Respeto mucho a los que sin tener un miserable sol en los bolsillos, han creado espacios, tribunas, centros, cubiles, refugios, murales para el arte poético y por supuesto para la literatura en su totalidad. Y es que difundir a otros es un trabajo apasionante y lleno de obstáculos.
Regresando a la conversación con mi amigo, él empezó a despotricar contra las grandes editoriales, contra la crítica, contra el canon, y de allí un gran etcétera. Mi único argumento ante su discurso fue: La única forma de combatir el olvido, el abandono, el basureo, es ser poetas-difusores. No es una respuesta original, ni mucho menos, pero intenté por lo menos ser consecuente con los objetivos que tienen hasta ahora todos mis proyectos de difusión literaria: ser vehículos de expresión artística y creativa. Es ocioso ser un editor de una revista que no obtiene ganancias, es más fácil publicar un libro nuestro que usar el mismo dinero para publicar a otros y no digan que no, pues todos somos frágiles ante la posibilidad de la publicación individual.
La cuestión es que la mejor manera de callar a los que se jactan de ser importantes, es simplemente dándoles el ejemplo. ¿Cuál es el ejemplo? Pues suicídese creando un espacio (no importa el tamaño o el tiempo o dinero que le quite) que difunda a otros y no solo a amigos, sino también a las amigas, a los desconocidos, a los que nos caen mal, a los que dudan de su espacio, a los que no creen en sí mismos, a los que piensan que la poesía es nada, es todo, es algo, es, es…
A propósito de todas estas palabras, desde ya hace unos meses me he visto limitado de tiempo por la cantidad de actividades que la universidad me impone: tareas, exposiciones, sustentación de ensayos, exámenes, trabajos de campo, etc. A pesar de este recorte en mi tiempo, existen tres nuevos proyectos que debo presentar. El primero es la presente edición de esta revista que ahora es trimestral y que ya acaricia sus primeros 5 años de existencia. Segundo, el nuevo proyecto llamado Voz Efímera, que es la primera revista de poesía en audio del Perú y por último está la salida de la revista Delirium Tremens, que no es otra cosa que una revista de poesía tanto en formato físico como virtual.
Hay trabajo en lo que respecta a la difusión y sobre todo de la creación de espacios aunque pequeños, pero significativos, estos espacios responden quizá a esa pregunta sobre la “masividad” de la poesía en un mundo que no lee ni siquiera los carteles de “peligro” o “No pisar el césped”.
Y es que aunque parezca romántico y poco sostenible, Remolinos y los demás proyectos ad portas, no sirven de nada sin el apoyo incondicionable de los lectores y colaboradores en esta gran Pangea literaria que hoy por hoy usted lee.
Paolo Astorga
Editor de la Revista Literaria Remolinos
Blog: http://sinllegaraloinvisible.blogspot.com/
Editor de la Revista Literaria Remolinos
Blog: http://sinllegaraloinvisible.blogspot.com/
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