“PRIMERA MUERTE INÉDITA DE KARINA MOSCOSO”
Por: Miguel Ildefonso
La Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” (La Cantuta) hoy en día se ha convertido en una de las más activas en poesía, solo comparada con San Marcos. Y al hablar de poesía, nos referimos específicamente a la de los jóvenes. Grupos poéticos como Letra en Llamas o Eje del Caos, y los recitales y las publicaciones, nos dicen de este fervor (con una ya muy rica tradición cantuteña) hacia el trabajo con la palabra (en el prólogo Raúl Heraud menciona a César Pineda, Paolo Astorga, Roy Dávatoc, Róger García Clavo, José Jiménez Cruz y Augusto Huayta). De esta nueva hornada surge la poeta Karina Moscoso (Lima, 1989) quien acaba de publicar Primera Muerte Inédita (Ediciones Letra en Llamas. Serie: Derrame Cardiaco, 2010). Tan filuda como un cuchillo la mirada de la poeta va diseccionando el cuerpo del amor, hasta llegar a su límite medular llamada muerte (“Te vi en un abismo llena de un corte infernal/ con la piel de primavera cubriéndose en un instante,/ resolvíamos con lluvia la luz de mi eclipse/ y desfallecías con un beso”. De: Viaje de Suspiros). Quizás el amor sea solo esa promesa que la muerte no nos puede dar. Y quizás la poesía es la promesa que el amor no cumple; puesto que, como dice Zoila Capristán en la contratapa: “Moscoso desmitifica las lecciones aprendidas en tiempos de inocencia”. Aquí una muestra:
La Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” (La Cantuta) hoy en día se ha convertido en una de las más activas en poesía, solo comparada con San Marcos. Y al hablar de poesía, nos referimos específicamente a la de los jóvenes. Grupos poéticos como Letra en Llamas o Eje del Caos, y los recitales y las publicaciones, nos dicen de este fervor (con una ya muy rica tradición cantuteña) hacia el trabajo con la palabra (en el prólogo Raúl Heraud menciona a César Pineda, Paolo Astorga, Roy Dávatoc, Róger García Clavo, José Jiménez Cruz y Augusto Huayta). De esta nueva hornada surge la poeta Karina Moscoso (Lima, 1989) quien acaba de publicar Primera Muerte Inédita (Ediciones Letra en Llamas. Serie: Derrame Cardiaco, 2010). Tan filuda como un cuchillo la mirada de la poeta va diseccionando el cuerpo del amor, hasta llegar a su límite medular llamada muerte (“Te vi en un abismo llena de un corte infernal/ con la piel de primavera cubriéndose en un instante,/ resolvíamos con lluvia la luz de mi eclipse/ y desfallecías con un beso”. De: Viaje de Suspiros). Quizás el amor sea solo esa promesa que la muerte no nos puede dar. Y quizás la poesía es la promesa que el amor no cumple; puesto que, como dice Zoila Capristán en la contratapa: “Moscoso desmitifica las lecciones aprendidas en tiempos de inocencia”. Aquí una muestra:
Ángel Caído
Ángel…
ser crepúsculo bañado con gotas sudorosas de miel,
alas negras caídas al borde del infierno,
siente cómo poco a poco al diablo va ingresando
a la zona de la gloria,
y tras un gemido presenta el dolor
del pecado celestial.
Ya no existe la tierra prometida a su alrededor,
Sino el mundo incierto de una próxima muerte inédita,
Que goza la injuria de un amor
Olvidado por el lecho del sueño.
Ángel…
ser crepúsculo bañado con gotas sudorosas de miel,
alas negras caídas al borde del infierno,
siente cómo poco a poco al diablo va ingresando
a la zona de la gloria,
y tras un gemido presenta el dolor
del pecado celestial.
Ya no existe la tierra prometida a su alrededor,
Sino el mundo incierto de una próxima muerte inédita,
Que goza la injuria de un amor
Olvidado por el lecho del sueño.
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