“ALIMENTARSE DE PALABRAS”
Por: Pablo Gianera
Hay que imaginarse una mesa en la que lo único comestible son las frutas, copas y botellas que adornan el mantel de hule. Es una mesa en La Habana. Ese cuadro tantálico está en el principio y en el final de este ensayo brevísimo en siete partes del cubano Antonio José Ponte, nacido en Matanzas en 1964 y exiliado en Madrid desde 2006. Sobre ese mantel, especie de tela, se despliega una indagación en el "comer cubano" (la relación entre "comer y templar, entre comida y sexo"), y una crítica también a su racionamiento y a su ausencia. Aunque aparezcan Virginia Woolf, Guillaume Apollinaire y las tabernas inglesas del siglo XVIII, el centro lo ocupa siempre José Lezama Lima y su poesía hipercalórica, de la que Ponte también se alimenta: "La costumbre de hacer comidas en palabras, aprendida en la escasez, no nos abandonará tan fácilmente".
01/10/2010
Fuente:
Diario “La Nación”
Link:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1309947
Hay que imaginarse una mesa en la que lo único comestible son las frutas, copas y botellas que adornan el mantel de hule. Es una mesa en La Habana. Ese cuadro tantálico está en el principio y en el final de este ensayo brevísimo en siete partes del cubano Antonio José Ponte, nacido en Matanzas en 1964 y exiliado en Madrid desde 2006. Sobre ese mantel, especie de tela, se despliega una indagación en el "comer cubano" (la relación entre "comer y templar, entre comida y sexo"), y una crítica también a su racionamiento y a su ausencia. Aunque aparezcan Virginia Woolf, Guillaume Apollinaire y las tabernas inglesas del siglo XVIII, el centro lo ocupa siempre José Lezama Lima y su poesía hipercalórica, de la que Ponte también se alimenta: "La costumbre de hacer comidas en palabras, aprendida en la escasez, no nos abandonará tan fácilmente".
01/10/2010
Fuente:
Diario “La Nación”
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