“VERSOS DEL ADIÓS”
El poeta Evgueni Bezzubikoff ha escrito una crónica del adiós ‘amoroso’ en versos; construyendo su poesía de los escombros de una despedida.
“El libro es una crónica del adiós porque atraviesa los espacios, los momentos diversos que se van generando cuando dos personas empiezan a partir, a dejarse. Significa, pues, un desarrollo cronológico de un acontecimiento que en este caso es el rompimiento o el adiós”.
Así explica el huancaíno Evgueni Bezzubikoff el sentido de este libro, y de la siguiente manera su origen: “Tanteando, podría decir que empezó cuando mi madre, aficionada a la literatura rusa, se conoció con mi padre —hijo de un ruso que escapó de la revolución del 1917—. Supongo (que me pusieron ese nombre) por el gran poeta ruso Evgueni Evtushenko. Casi todos tenemos nombres rusos en la familia, Andrei, Mijail, Grushenka. Larissa, Serguei”.
De padre ruso y madre peruana, huancaíno de nacimiento y habitante neoyorquino actualmente, Bezzubikoff escribe en su “Crónica del adiós” (Hipocampo Editores, 2010) (poema “Los naufragios”) que “Todos los días se produce / el naufragio. / Me siento en el bar desde la tarde / y veo llegar a los sobrevivientes. / Siempre hay más de un náufrago / abrazándose a la isla de la noche”. En su poema “Nacimiento” nos dice: “Espero el tren. / El licor del cielo / humedece la soledad, la estación fría. / La ausencia silenciosa del costado / cuando nadie nunca llega a sus días. / Algo dice que es un símbolo: / la soledad, la espera”.
Esa “ausencia silenciosa del costado” es esa falta de una antigua compañía. Sobre esta crónica versada del adiós, el poeta Miguel Ildefonso ha escrito (“El éxtasis del poeta”, publicado en este libro) que “Aquí nos hallamos, finalmente, en la metáfora del mar, como esperanza de que no solo remamos con alas de albatros a contracorriente de la historia colectiva, sino también en el eros del éxtasis más sublime y revolucionario donde aún podemos ser: el del cuerpo de la amada”.
Bezzubikoff lo revela en dos líneas: “Con tu partida me he vuelto / el eterno militante de la soledad” (p. 42).
14/03/2011
Fuente:
Diario “La Primera”
Así explica el huancaíno Evgueni Bezzubikoff el sentido de este libro, y de la siguiente manera su origen: “Tanteando, podría decir que empezó cuando mi madre, aficionada a la literatura rusa, se conoció con mi padre —hijo de un ruso que escapó de la revolución del 1917—. Supongo (que me pusieron ese nombre) por el gran poeta ruso Evgueni Evtushenko. Casi todos tenemos nombres rusos en la familia, Andrei, Mijail, Grushenka. Larissa, Serguei”.
De padre ruso y madre peruana, huancaíno de nacimiento y habitante neoyorquino actualmente, Bezzubikoff escribe en su “Crónica del adiós” (Hipocampo Editores, 2010) (poema “Los naufragios”) que “Todos los días se produce / el naufragio. / Me siento en el bar desde la tarde / y veo llegar a los sobrevivientes. / Siempre hay más de un náufrago / abrazándose a la isla de la noche”. En su poema “Nacimiento” nos dice: “Espero el tren. / El licor del cielo / humedece la soledad, la estación fría. / La ausencia silenciosa del costado / cuando nadie nunca llega a sus días. / Algo dice que es un símbolo: / la soledad, la espera”.
Esa “ausencia silenciosa del costado” es esa falta de una antigua compañía. Sobre esta crónica versada del adiós, el poeta Miguel Ildefonso ha escrito (“El éxtasis del poeta”, publicado en este libro) que “Aquí nos hallamos, finalmente, en la metáfora del mar, como esperanza de que no solo remamos con alas de albatros a contracorriente de la historia colectiva, sino también en el eros del éxtasis más sublime y revolucionario donde aún podemos ser: el del cuerpo de la amada”.
Bezzubikoff lo revela en dos líneas: “Con tu partida me he vuelto / el eterno militante de la soledad” (p. 42).
14/03/2011
Fuente:
Diario “La Primera”
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