“¿DÓNDE ESTÁ DEMOLICIÓN DE LOS REINOS DEL GRUPO SIGNOS Y NIGRUBLANCU DE SALOMÓN VALDERRAMA? RESPONDA SOL NEGRO EDITORES, RESPONDA SEÑOR PAUL GUILLEN”
Por: Cromwell Castillo
Se cree que sólo los malos políticos y los hombres ligados al hampa actúan en contra de la ley que rige para el bienestar de la sociedad. Sin embargo, no es así, también en otras esferas se “cuecen habas”, y ahora parece que nos tocará a nosotros, los que nos dedicamos a una actividad nada lucrativa y que más bien está ligada a lo que pensamos y creemos, al amor por ese único medio que nos hace a todos los hombres del planeta iguales y que utilizamos para comunicarnos: la palabra, y a través de ella a la Poesía. Hace más de un año que hice un acuerdo con el señor Paul Guillén de Sol Negro Editores para que publicara un libro compilatorio de poesía del grupo al que hasta hace unos meses pertenecía (Grupo Literario Signos). El libro según lo planificado y en acuerdo con el editor, debía ser entregado a mediados de agosto del 2010, sin embargo, ya estamos a fines de marzo del 2011 y no hay luces de dicho libro salvo excepción del diseño de tapa, y una reseña engañosa que fue publicada en algunos medios de comunicación. Puedo entender que el señor Guillén tenga ciertas dificultades económicas, pero eso no es pretexto para retener la publicación de nuestro libro y el del poeta Salomón Valderrama por más de un año. Por ello, quiero instar al señor Guillén para que nos dé una respuesta inmediata sobre este asunto, ya que hay mucho en juego en esta incómoda situación: la interrupción de nuestros siguientes proyectos, el dinero abonado para la publicación de los libros, pero sobre todo y lo más importante, la amistad que existe entre él y los que hemos confiado en su trabajo. A todo esto, exijo la responsabilidad de Sol Negro Editores en la persona de su editor Paul Guillén. Sino, esta anécdota podría pasar al innombrable lado de la tradición editorial deshonesta, aunque, a decir verdad, yo jamás estaría dispuesto a que quede impune. Pues, si se cuenta que el Palacio de Buckingham, la Torre Eiffel o la Casa Blanca fueron ‘vendidos’ a particulares por los más hábiles estafadores de la historia, espero que en este caso, dado que sólo se trata de libros, aquí en el Perú la Poesía no sea símbolo de algún tipo de maniobra delictiva. Cierro este primer texto reafirmando mi incomodidad y mi completa inconformidad respecto a cómo el señor Paul Guillén viene manejando su trabajo editorial, y en nombre de todos los perjudicados le exhorto a que cumpla con su palabra, que dé solución a este bochornoso embrollo; pues como dice el poeta Salomón Valderrama, agradeceremos mucho al señor Guillén que nos demuestre que no es ningún mentiroso ni mucho menos, un estafador. Espero, sinceramente, no se sigan dando las condiciones para un segundo texto, mucho menos para una denuncia judicial. Está dicho.
Cromwell Castillo.
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