miércoles, 18 de mayo de 2011

“LECTURAS SINFÓNICAS” POR MIGUEL ILDEFONSO.

Poeta peruano: Leoncio Bueno Barrantes.

“LECTURAS SINFÓNICAS”

Por: Miguel Ildefonso

“Fue mi canto para ti siempre completo”.
Voz: José José. En: Rockola “Don Lucho”.

Hoy es martes y de noche en Lima, y en Radio Filarmonía suena una sinfonía para piano y orquesta de Wolfgang Amadeus Mozart. La vieja computadora se enciende tras haber pasado unos minutos de haber leído algunas publicaciones de poesía que cayeron en mis manos. Y ahora tecleo mientras Mozart pone sus notas desde otra vida, la vida del arte.

Leoncio Bueno nació en 1921 en el norte del Perú, un distrito llamado Chocope. En 1944 lideró la creación del grupo Obrero Marxista, junto a Félix Cevallos y los poetas Emilio Adolfo Westphalen y Rafael Méndez Dórich. En 1956 cofundó el Grupo Intelectual Primero de Mayo. Es autor de libros de poesía como Pastor de Truenos, Invasión Poderosa, Rebuzno Propio, La Guerra de los Runas y Los Últimos Días de la Ira. La revista Zumbayllu le dedica el número 3 (Marzo, 2011) a modo de homenaje; allí leemos un poema, de 1962, de César Calvo (Leoncio Bueno: Papel Carbón tu Cara, en el que dice: “Mal que me hayas dejado solo, ansioso/ De robarte las manos, de robarte/ El valor que me falta”), un ensayo de José Pablo Quevedo (La Totalidad y las Parcelas de la Literatura Peruana), una semblanza de la ecuatoriana Carmen Vascones (Cantar del Golondrino, de Roland Forgues sobre Leoncio Bueno), y, por supuesto, una muestra poética de nuestro máximo poeta obrero, de donde transcribimos este poema:

El Hombre Tasajeado

Me conozco bien, ah, hombre tasajeado.
En mi palenque juvenil me hablaron de dioses,
más tarde yo mismo escupí en los altares,
emporqué la hostia consagrada
y convertí en coplas callejeras la oración de mi madre,
yo mismo quién me embriagué
y forcé como un mancebo montaraz
a las concubinas de mi padre,
las arrastré al meretricio,
y desparramé sus paños menores
sobre las copas de los árboles y las antenas de los edificios.
Que nadie tenga piedad de mí a la hora de mi muerte
cuídense todos cuando me metan en mi miserable ataúd,
aún sería capaz de hacer maldades.

La revista Zumbayllu está dirigida por Róger García Calvo (Amazonas, 1979), Licenciado en Educación. Este poeta cantuteño, que es miembro del importante Gremio de Escritores del Perú, ha publicado los poemarios: Marea Celeste, Camino de Serpiente, Poemas Encontrados y la plaqueta Piel de Madero. Canción a los Mineros es una nueva plaqueta de donde extraemos, como mineral procesado por su pluma, este poema:

Hoy Hemos Cogido Nuestras Manos

Hoy hemos cogido nuestras manos
para llorar,
de cara al río,
entre el arcoíris y las flores
que brillan sutiles
en todo el cristal
empapado de nuestros ojos.
La Amazonía tiene sangrando
el corazón
de odio contra la gavilla y el tropel
que reprime esta patria.
Hoy apenas el viento sisa
en las narices de los niños
el moqueo y la matanza
de los pájaros endragados
en el sobrevivir y la soledad
ahí entre los troncos
movidos por la muerte
y el pánico a esta vida.

Sudor de Barro es una plaqueta-revista ancashina de Rodolfo Moreno Izaguirre en donde leemos este poema suyo, Mi Madre:

Se derrumbó la pirca sobre todos sus años

Con sus huesos de piedra blanca y su piel de barro pobre.
Acuden con su mortaja el polvo de los caminos;
Un frío que entume el rostro de la luz y la palabra;
Un nítido silencio con alas, tiempo y azote;
Una rigidez de leño contumaz y virulento;
Un olor a chicha enferma y anhelos descompuestos;
Una música negra que desafina de llanto;
Recuerdos de callan tristes besos de sol y de luna
Y una oscuridad que cuelga sus sombras en mi pecho.

Se rasgó la lliclla, destejiéndose toda,
Hasta un montón de hilos sin nombre ni destino,
Enmudece el color percudido de pena
Sin que halle cobija ningún reflejo bueno;
Su abrigador abrazo hoy tose un viento helado,
Lánguidas hebras se tuercen ahogadas por la nada,
Se cálida aureola de fervorosa niña
Es hoy espina de sombra desabrigada y fiera.
Un pañuelo se quiebra empapado de sombras
Cayendo de bruces para besarla de frío.

Se quebró la erguida espiga hecha de lluvia y arcilla;
Con ella se peinaba el sol, con ella cantaba el río;
Se hará nervio de adobe o sonrisa del viento,
O quizás tierra joven o bocado del fuego.
Su canto de alborada, que aprendieron los zorzales,
Se hizo llanto de granos y clamor de rastrojos;
La tierra fértil abriga su gravidez intacta
Y reza por que la vida despierte de su sueño.
El amor de una nube con su canto de lluvia
La despertará niña para que siga cantando.

Esa pirca derrumbando hasta sus últimos huesos
Es mi madre tendida sobre todos sus pasos;
Esa lliclla destejida hasta perder su nombre
Es mi madre ovillada sin recuerdo ni abrigo;
Esa espiga quebrada hasta hacerse rastrojo
Es mi madre abrazando a nuestra madre tierra.
Aquel pecho que oprime la oscuridad con sus sombras
Es el mío que sufre su dolorosa partida;
Aquel pañuelo triste que la besa de bruces
Es mi alma que intenta retenerla todavía;
Aquel grano que brota con el amor de la lluvia
Es mi ilusión revivida sonriéndole a la vida.

Denis Castañeda (Chimbote, 1978), profesor egresado de U. Inca Garcilaso de la Vega, ha publicado los poemarios: Diamantes en la Sombra, Bajo el Puente de Londres y, en el 2010, La Palabra Enterrada (Juan Gutemberg Editores). Leemos en la contratapa de este su último libro lo siguiente: “es una aseveración de evidencia irradiante de la prolongación de la subsistencia. Con su raciocinio totalizador; la fluidez y alucinación exploran en la intimidad enriquecedora de la imagen, en un escenario de magia que no se agota en la mención indirecta para dar luz y sagacidad. Sin embargo nunca se sabrá si el amor derrota o cae rendido ante la muerte”. De allí este poema:

Descanso y Perpetuidad

Descanso…
y mi existencia se diluye
como el agua entre los filamentos de la soledad
tocas mi espíritu
y me cobija un palmar pero al mismo tiempo
me remolcas por lo
imperecedero.

Se impregna el eco en mi paladar
se impregna como una huella en el respiro
abrigas al collar místico
y te conviertes en el ángel que ronda
mi última guarida.

Jorge Espinoza Sánchez ha publicado en poesía: Poeta en el Infierno, Documentos de Sodoma y Papiros de Tiresias. Y en narrativa el intenso Las Cárceles del Emperador. El escritor y editor limeño dirige también el prolífico Fondo Editorial Cultura Peruana, en cuyo sello ha aparecido su reciente poemario, Orquesta de Gacelas. Es un rasgo importante el mundo clásico al cual se remite constantemente la obra de Espinoza. Allí nos hallamos con la exaltación de la libertad, tanto a través del erotismo como en la libertad de comunión con la naturaleza. Es la búsqueda de los nexos que unían al hombre con las fuerzas de los elementos, para volver, utópicamente, a una vida más armónica. De allí leemos el siguiente poema:

La Espada del Hoplita

Descubre el velo de la estatua
descifra el canto
del agónico gorrión.
Llegó a mi vida
cargada de magia
en lujosos trirremes.
Nos hicimos a la mar
en medio de terribles conjuros
y conocimos lagos azules.
Breves lunas después
sólo una nave destrozada.
Sublime histrión
la espada del Hoplita
pregunta
acaso el infierno
es más dulce
que el amor.

Hagamos un brindis ahora, por ese dulce infierno, por ese infernal amor, y por el amor de la poesía, y, por supuesto, por José José de la Rockola y por Mozart de todas las sinfónicas noches. Goodnight Tonight.

Miguel Ildefonso
Portada del Sol. 17 de mayo de 2011.

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