lunes, 14 de septiembre de 2009

PAOLO ASTORGA EL INVISIBLE.

Poemario virtual de Paolo Astorga.

Sostener una revista electrónica que va a celebrar a lo grande sus cuarenta números es una virtud de la perseverancia y el amor a la literatura. Paolo Astorga Requena, joven poeta hoy estudiante de lengua y literatura en la Cantuta, da muestras de su vigorosidad para la poesía y el arte. Lo que llama la atención en este joven amigo es esa convicción por mirar siempre el futuro desde su estigmatizada Casa de Estudios. Astorga ha formado un núcleo de poetas llamado "Letra en llamas" que forma parte de la tradición de grupos surgidos en la UNE como: Espartaco, EyaQlación Literaria, Fazdevas, Kavilando, Estación 32, Ecce Femina entre otros colectivos poéticos que a veces el seudo canon literario olvida. Aparte de dirigir la Revista Remolinos ha publicado a la fecha los libros de poesía: Anatomía de un vacío (editorial electrónica Lulú 2006) y Sin llegar a lo invisible (Editorial electrónica Remolinos 2008). Ha editado vía Web la I antología digital de poesía "La Voz del Mundo" (2006) y la II Antología digital de poesía “Una voz en el abismo” (2007) Así mismo, ha sido publicado en las antologías: Reflejos del Alma (Lima-Perú, 2005), Poetas Solidarios (Almería-España, 2007) y en Perú S. XXI. 60 poetas contemporáneos (Fundación Yacana, Lima-Perú, 2007). Estamos frente a un joven que va adquiriendo nombre propio en el panorama de la literatura peruana. Por otro lado, hay que resaltar su labor como editor de la Editorial Electrónica Remolinos, la cual publica libros digitales gratuitos a través de la Internet. Nueva forma de editar en la que ha publicado a otro joven cantuteño: José Jiménez Cruz y su libro "Estampas de la Tierra". Y no contento con ello Astorga para darnos más de una sorpresa en el 2006 y 2007 fue Finalista del II y III Premio Internacional de Poesía "Desiderio Macías Silva" y últimamente ganador del segundo lugar del III Concurso Internacional "Revista Hybrido" modalidad poesía. Es decir, a su temprana edad ya muestra un currículo envidiable. Pero a que viene estas notas quizás a señalar algunas impresiones que me ha causado su libro electrónico: Sin llegar a lo invisible, Editorial Electrónica Remolinos 2008. El libro abre su lectura con tres asedios críticos debido a los poetas peruanos: Raúl Heraud, Bernardo Rafael Álvarez y el poeta ecuatoriano Augusto Rodríguez quienes leen los textos desde la admiración y el elogio bien generado por éste joven poeta. Por mi parte, debo señalar que desde el indicador poemático Sin llegar a lo invisible es un libro que nos lleva a mirar aquello que esta ahí sin corporizarse es la voz del yo poético que dice: Arrastro un cuerpo herido… arrastro un verbo silencioso… he muerto por un miserable plato… reclamo individual que se convierte por momentos en una voz plural que quiere imponerse: diosa mía, mis ángeles te devoran… que hemos perdido la batalla… que nos han cortado las manos… Si sólo pudiésemos hablar… Si sólo pudiéramos coger nuestros cadáveres… alusiones que repiten en varios poemas como un buscar desde la invisibilidad la frontera de las palabras. Hay en el texto que comentamos un individuo que se busca en sus partes, un ser que vomita angustia y contempla con pasión su propia soledad. Hay un buscar la solidez de la vida a través de la poesía pero más en la soledad: No me queda sino / volver al orificio de la bala / y aplaudir/ para que sepas que no hay nadie arrodillado / aceptando su derrota. Un desencanto permanente recorre la poesía de Astorga pero este signo no lo invalida sino que describe la ruta de ese viajar, de ese tránsito hacia lo invisible que es la vida misma. Escribo y el desierto hace hombres sin espadas, estómagos… Lima ha vuelto a ser la extraña humedad de un beso… Yo quise ser el mundo detrás de las paredes… no sabré nunca en que tristeza volveré a existir… tonalidad y color de los versos de Astorga que por momentos lanza versos optimistas: Ya soy la ceniza / que empieza de nuevo… Dame fuerza para dejar mis manos en que los árboles amarillos… Sé que hay un ánima más perfecta... Astorga recurre a la imagen urbana para mostrar los espacios escondidos de ese yo poético que es capaz de herir su propia forma de amar o hablar de esa instancia difusa llamada Amor, léase: Poema para una mujer sin zapatos, Una mujer marrón al atardecer, Desnudo, Instantánea, La mujer del puente (6.02 pm), Chaclacayo en mi yugular, La terquedad de las veredas, etc. Poemas donde se hilvana la cicatriz contemplativa del ser amoroso, del perderse en selva oscura. De ese mirar hacia dentro el alma, esa ruta invisible donde a veces se pierde, donde a veces la palabra se desgarra en la rabia y el odio a esos amores fantasmales que nos cruzan el corazón con mordiscos y nos dejan agonizando lentamente. Sin llegar a lo invisible resalta en esencia un camino, una ruta de plena madurez de un poeta que sin mucho ruido va hallando lo que otros jóvenes poetas jamás encontraran; sencillez, fuerza y perseverancia en este difícil oficio de ser un verdadero poeta en un país donde a diario surgen poetrastos marqueteros.

Tomado del blogs:

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