jueves, 22 de noviembre de 2012

“PHEPHE GAL'LINO Y UN SUEÑO COMPARTIDO” POR MIGUEL ILDEFONSO.




“UN SUEÑO COMPARTIDO”

Por: Miguel Ildefonso

Conocí a José Gal’lino (Lima, 1966-2010) en el grupo poético Neón. “Phephe” como solíamos llamarlo los amigos, los compañeros de ruta en la década del 90; “Phephe” como le gustaba que lo llamaran en la poesía. Muchas veces hicimos el camino a Chosica para dar lecturas en la Universidad La Cantuta, y allí también fue parte del grupo Estación 32, y fundó con los poetas Rafael Hidalgo, Enrique Palma, Gustavo Diez Canseco y Ángel Berdejo Miró Quesada, la editorial Zafarrata. Hoy los amigos de Estación 32 han presentado su libro de poemas “Berlios es Virgen. Bitácora de un Sueño Compartido”. Aquí dos poemas de este magnífico libro póstumo.


El sobreviviente

El viento arrastra treinta y dos estaciones.
En el camino dejó la inocencia de sus días y el tormento de sus noches.
Dibujó tu rostro imperfecto con la sangre de sus heridas
Y escribió en la arena pidiendo ayuda.
Estaba solo.

Mezcló en su memoria el dulce perfume de tu piel,
Con el vino tinto que había en aquella vieja habitación,
Donde a oscuras recibió tu cuerpo y prendió una fogata,
Adorando a la Luna.

Grabó en las piedras una historia y desnudo frente al mar
Gritó desesperado.
Estaba solo.

Cansado quizás, cayó, miró al cielo, besó la lluvia, sudó, lloró y rezó.
En el camino dejó la orilla llena de muertos,
Y unos pájaros comiendo sus miserias.


De cómo fue libre Jonás o cómo se ama a un Dios

Y estuvo Jonás en el vientre del pez
Tres días y tres noches.
Jonás 1, 17

A mi amigo Juan Vega/ Neón.

Navego entre las hojas de una Biblia. Tras el duro invierno. Tú.
Hada Luna, piel de porcelana. Margarita de oro.
Abre la noche, abraza tatuaje las paredes del mundo.
Apúrate/ despierta las velas/ desprende sus alas.
Que la sombra de tu danza es la perfección del cuerpo rojo, fresco, íntegro.

Entonces percibir a través del recuerdo
que ya nada te cubre. Que estás frente a mí mientras
el sonido del oboe cabalga lentamente el cielo gris
de la caverna.

Tú estás ahí. En la garganta Jonás. En la entrada.
Y en la entrada están mis sueños que te llaman.
Vienes discreto y avanzas sometido.
Tus pasos crecen como crecen las miradas en los espejos.
Tú estás ahí. Soldado de botas negras & larga cadena/
rescata los instantes de las ruedas:
Desesperación & vanidad en estas olas que sumergen tus Salmos.

Ahora respiro las murallas, forzando el ariete/
rompiendo el falso listón que ata tu cabello dorado.
Hada Luna piedra de la noche. Cristal de cuarzo opalescente.
Oh piadosa/ desnúdate, comprende:
Una vez fui libre y amé.
Ahora estoy condenado a soportar los días suspendidos en
las noches del insomnio/ condenado a los semáforos,
a sus pequeños globos de chicle arbitrando & dirigiendo
nuestros destinos/ condenado a las franjas blancas infinitas que
recorren el cemento de las pistas.

Ahora la ventana es un ojo que espía/ un pedazo de
realidad herida/ el extraño refugio de un escorpión.
Ahí voy despertando otra vez:
Colocando el cuerpo a la camisa, al pantalón, a los zapatos.
Pego con goma mis ojos, mi nariz, mis cejas,
unas cuantas arrugas y el pretexto de una sonrisa.

Hada Luna, lindo muñeco de biscuit/ camisa de seda
en las carreteras de humo y asfalto/
curva y quebrada tu espalda señala el esfuerzo de un dios cansado.
En la vereda juegan los animales/ respiran el muss,
comen lilas & el jazmín de tu cabello.

Tu voz camina entre las piedras mientras el
cielo se deshilacha con la furia compleja de tus
palabras/ piedra celeste bañada de rocío ahora soy la roca errante
que sube a la montaña para huir a Tarsis.
Soy el esclavo de Cailloma, tostando tu nombre & reptando entre tus piernas.

Abre tus brazos que hay violines en mi corazón.
Mujer de túnica alba escondida en los sueños de Jonás
ayer me veo capturando la turquesa de tu vientre/
derramando en tus manos cautelosas sobre las calles del
invierno entumecido por una Luna siempre dispuesta.
Barbado mar de pálido jade pienso en tu secreto guardado
en mis bolsillos. Eras en la noche – caído ante ti – como un dos
semejante a una mujer.

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