viernes, 9 de septiembre de 2011

“DOS DE POESÍA Y UNO DE CUENTOS” POR MIGUEL ILDEFONSO.



“DOS DE POESÍA Y UNO DE CUENTOS”

Por: Miguel Ildefonso

Estética de las revelaciones de Cromwell Castillo (Motupe-Lambayeque, 1981) se asienta en la exploración de los elementos primordiales, los elementos perdurables del hombre que lo conectan a la inmensidad de lo eterno, a ese polvo cósmico del cual estamos hechos, tanto en nuestra nimiedad amorosa como en nuestras absurdas batallas depredadoras. El agua, el fuego, la tierra, el aire, todo tiene un movimiento que la palabra poética captura para ponerlo en un papel. Poesía que reflexiona sobre nuestra pobre condición humana, demasiada humana. Aquí un poema de la sección del fuego de este libro de pronta aparición del miembro fundador del grupo literario Signos:

6

No.
El fuego no es el signo de morir con importancia.
Es resistirse
bajo la hoguera del sol latente
y celebrar la sombra.

Entonces prepara para la noche la sangre
de heredados rituales
si el delirio cobra de sí su último aullido transparente.

Las calles son una revolución discreta y profunda.
Dentro de nosotros
también la consecuencia define el orden y el dominio.

Ama la ciudad,
ámala guardián en su abundancia
y busca lo imposible: Florece en el cemento.

Arrójate al designio de agrietar los labios
sin importar el lenguaje monótono del nuevo día.

Ensaya viejas laceraciones cuando despiertes:
Saber bifurcar los miedos es punzar el sueño
de los que abrevian la angustia impunemente.

Por eso
coge tu abismo y calla tu fuego.
Es mejor atravesar las horas contenidas
con la magia mortal de una pregunta ardiente.

Concierto mío de Irving Mijail (Huánuco, 1984) nos relata la pugna del amor y la muerte. Los poemas provienen de un naufragio antiguo que dejaron sus restos en un papel, allí el poeta da forma a la memoria, para ello usa sus sueños, su realidad desasida, haciendo de todo ese material un concierto propio que es el Libro. Esta ópera prima de Irving proviene de unas notas antiguas, de un provecto deseo nacido de esos dos polos que abarcan toda nuestra historia, de aquello por lo cual somos y dejamos de ser. Aquí dos poemas de ambos:

Anclaje

¡Anclabas como un barco frente a la isla!

Ahí estabas, ahí, en su orilla de espumas llena de paz
después del combate:
¡oteando el horizonte!
Eras un barco que asediaba a esa isla,
con los alisios de tu cabellera negra:
cabellera negra, onda oscura que iluminaba mi alma,
ola perfecta de la noche en calma…

¡Tú con la ensenada abierta y yo con la mar despierta!

Minúscula noche

¡¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!!
Federico García Lorca

Todo tenemos en nuestra hoguera:
la llave, la almohada, la cena, el cielo y el vacío, el fuego y la tierra.

Llave, abridora de sueños, mis sueños.
Almohada, de tu cuerpo, mi cárcel y mi templo.
Cena que se diluye en nuestras bocas profundas.
Hay cielo y vacío en las nubes que te sostienen fuertemente…
Hay fuego y tierra en tus senos que blindan la noche…

Hay todo de todo, hasta el retoño de hoguera que brinca
de esta minúscula noche.

Algún día serás un buen policía, le dijo su padre a ‘Panchín el policía’. Cuidarás a tus vecinos y serás severo hasta con los duendes, si el castigo se merecen. Panchín siempre soñaba con ser policía mientras iba al campo a cultivar la chacra. Se paraba frente a un árbol, con un pequeño palo en alto, ¡que venga el duende si quiere su castigo! ¡Justicia para todos!, pregonaba. Caminando, desenvolvía su papel en el despacho. Hacía devolver lo robado, castigaba al borracho majadero y a cualquier persona que cometía alguna injusticia en el pueblo.” Así empieza el primer cuento que abre Panchín el policía con la duenda y otros cuentos (Arteidea, 2011) de Roger García Clavo (Amazonas, Camporredondo, 1979), licenciado en Educación en Lengua y Literatura por la Universidad Enrique Guzmán y Valle - La Cantuta. Roger ha publicado los poemarios Marea Celeste (2004), Camino de Serpiente (2006), Poemas encontrados (2010) y la plaqueta Piel de Madero (2006). Y es miembro del Gremio de Escritores del Perú. En el prólogo el narrador y crítico Fernando Carrasco dice: “El joven poeta y narrador cantuteño ha recogido relatos referidos por los pobladores del distrito de Camporredondo en el departamento de Amazonas y ha elaborado un conjunto de cuentos, cuya sencillez de estructuras y de lenguaje contrasta con la vitalidad y el sentido instructivo y entretenido de sus historias.” Y en la introducción el propio narrador nos dice: “Mi intención por ahora no es transcribir directamente esa fuente, sino que no quede modestamente en lo local, que se exteriorice a otros pueblos que tienen la misma riqueza de una floreciente literatura, llena de influencias y de aportes imaginario a las diversas generaciones.” Buen augurio en la narrativa para Roger, quien tiene una sólida convicción de lo que es la literatura en nuestro país, y que lo desarrolla también en su labor de promoción cultural.

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