“CINCO POEMAS DE ULISES PANIAGUA”
Continuando con nuestra labor de difundir la literatura -no solo del Perú, sino también del extranjero- en esta oportunidad compartimos para el deleite de nuestro público lector poemas de Ulises Paniagua Olivares (escritor mexicano) quien tuvo la generosidad de obsequiarnos una parte de su producción poética. Desde aquí, le extendemos los mejores deseos y un gran abrazo de confraternidad. (CPQ).
A continuación, los poemas:
MI ABUELA ERA POETA
Mi abuela era poeta, pero no escribió una palabra
Se dedicó a contemplar el río de los minutos venideros
la transparencia del sueño
Una mujer en Cuba examinaba el letargo de las olas
cada ocaso, en el malecón
Y aunque no bordaba versos, también era poeta
Poeta es quien contempla
los montes con ojos de animal nuevo
quien descubre ocasos o atardeceres
en la palma de la mano
o pronombres en un oscuro vendaval
Es poeta la mujer que se sublima
en el vuelo de su pecho, por decir algo
Mi abuela era poeta
pero no escribió una palabra
La poesía no es asunto exclusivo de las letras
Habita en la luz entre los árboles
en la permanencia del agua
en el epígrafe de los cuerpos antes del acto del amor.
LO QUE LE GUSTA A POEMA
A poema no le gusta el ruido
Piensa en la ciudad como en un octópodo escandaloso
Escapa, cuando puede, a visitar el bosque
un estanque, cualquier cosa que le muestre el silencio
A poema
le gusta salir a andar una ciudad con ojos
Contempla con las pupilas aguzadas
los signos, las huellas de lo vivo
lo pretérito, los presagios del profundo porvenir
A poema le gusta recorrer las luces, los olores, la calle
Le gusta sentarse en un café que dé a la plaza
para contemplar un trozo de mundo
Le gusta pensar en cosas
muchas cosas
mientras hace figuras con las servilletas
A poema le gusta reflexionar, antes que seguir corriendo
Poema cavila sobre la pobreza y la injusticia
Se pregunta por lo que nos hace libres
Poema investiga la vida de los insectos
ausculta los hoyos negros
el secreto de una sinfonía perfecta
la estética del clítoris y la rosa
un relámpago en un campo de trigo
A poema le gusta indagar qué es un poema
Por eso, desayuna ontología
epistemología
metafísica
Es un filósofo incipiente
Poema no busca cambiar el mundo
No sabe cómo
(y sin embargo, lo hace)
Poema es un ser desprendido
Los poetas suelen ser egoístas, huraños
-eso es indiscutible-
pero Poema se desvive a sus espaldas
generoso
en la búsqueda de conocimiento
Después de pagar la cuenta
Poema deambula, neonómda
sin rumbo
Disfruta del aire
del paisaje que construye el sonido
de la belleza de las jacarandas
el bullicio de algunos lugares
algunos nombres
que rescatará de la omisión y la ignominia
Luego, Poema
regresará a casa
a despeinarse y escribir
a escribir y despeinarse
para entonces vaciar la semilla
de sus ojos
de su lengua
de las yemas de sus dedos
en una página en blanco
Y al otro día habrá de salir
de nueva cuenta
por un paseo, por un café
por un asomo de misterio
A poema no le gusta el ruido
Piensa en la ciudad como en un animal octópodo.
OCULTAMIENTO Y DES-OCULTAMIENTO
Cada mañana, después de preparar una taza de café
pienso en el ocultamiento y des-ocultamiento de las cosas
Pienso, inútilmente, mientras la taza humea
Las cosas parecen lo que son
pero son más de lo que muestran
Pongo una cucharada de azúcar, por ejemplo
mientras alejo una mosca del borde de la taza
Camino por una madalena proustiana
la sumerjo con anticipada delicia
(no en el té, pero igual funciona)
Me siento ante la mesa
Respiro: uno, dos, tres, dos millones…
La vida es demasiado seria:
nos queda el humor como recurso
Respiro: tres, nueve, tres millones…
El juego de béisbol de ayer llegó a las 18 entradas
Hay partidos que se extienden, así, en la vida
Respiro: uno, dos, cinco millones…
uno, dos, ocultamiento ad infinitum…
El secreto de los días, me digo
reside en extrañar a alguien, algo, sin necesitarlo
El secreto está en tomar la taza de café
sin perder el tiempo en la madalena
Respiro: uno, dos, uno, número capicúa
Reflexiono
Reflexiono
Detrás de este poema
se oculta algo importante
No soy quién para revelarlo.
Miré los cráteres de la luna
Me parecieron tristes
Tal vez no podía verlos de otro modo
Quizá soy un tipo triste
Allí, en el documental
las oscuras cavidades en la alba superficie
me hablaron de aislamiento
Se debe estar tan solo en la luna
(Aunque, seamos honestos,
también se está solo en la Tierra)
La cámara de la sonda espacial
recorría -morosa, desamorosa-
la superficie,
árida como cualquier alma
No recuerdo qué pensé
Pienso que pensé en no recordar
Me sentía cansado del olvido
Tengo cuarenta y tantos años
Supongo que a veces soy un marchito…
Puse pausa al reproductor del video
Salí solo a tomar aire bajo la luz de la noche
Caminaba con pasitos medidos
como los de un astronauta
Por cierto, me alumbraba la luna.
EL LUGAR DEL QUE VENGO
Vengo de una cultura sísmica
He visto el desplome de edificios
ilusiones, mentiras o gobiernos
Los he visto con la misma serenidad
con la que ahora fumo
¿Por qué debería temer al hambre, al desamor,
al profano desprecio?
Vengo de un lugar donde uno
se sobresalta con cualquier movimiento
Desde luego
nos movemos cada segundo
Uno cae y se levanta de algún modo
de cualquier modo
aparece entre las ruinas como un gato famélico
Aprende a fingir estabilidad
Luego los días reaparecen, discretos
¿Por qué habrían de estremecerme
tu misterio, los mensajes que no recibes
las llamadas muertas
el silencio en el que me has sepultado?
¿Por qué habría de angustiarme, por otra parte
la parálisis ante el futuro
mis venas podridas
la indiferencia de los seres queridos
las malas, las desleales amistades?
Y la soledad, la persistente soledad
Uno cae, se sacude la tierra entre los dientes
se levanta y camina, renco
Uno se vuelve Lázaro y Jesucristo
Se vuelve también el ángel que se desplomó de un reino
Hasta que un día no
Uno ya no se pone en pie
Se queda absorto
ante su cadáver bajo los escombros
La fecha de ese día, por fortuna
se desconoce
Sólo así se puede fingir la prosaica comedia de la vida
fingir que fingimos estar vivos
Así que hoy tomo aire
Me des-caigo cadáver
No se pierde nada cuando nada se tiene
Me incorporo, sobrevivo
Así es aquí, desde hace siglos:
uno se derriba, se reconstruye
Se hace polvo o se hace piedra
Se hace piedra o se hace polvo
Y se acostumbra
Se acostumbra
Ya lo ves
lo dije:
vengo de una cultura sísmica.
* Poemas del libro “El tiempo todo lo destruye”, de Ulises Paniagua
DATOS BIO-BIBLIOGRÁFICOS:
Ulises Paniagua (México, 1976): Narrador, poeta y dramaturgo. Ganador del Concurso Internacional de Cuento de la Fundación Gabriel García Márquez, en Colombia (2019). Fue entrevistado por Silvia Lemus, en el año 2020, en el programa “Tratos y retratos” de Canal 22. Incluido en la antología internacional de carácter bilingüe “Puente y Precipicio”, publicado en Rusia, dentro de la celebración de la Bienal de Poesía de Moscú, bajo la selección de Natalia Azarova y Dmitriy Kuzmin (2019). Es autor de dos novelas, siete libros de cuentos y cuatro poemarios . Ha sido divulgado en antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales, incluido Nocturnario ,El búho, Círculo de poesía, Nexos, Siempre!, Blanco Móvil, Punto en línea, El Sol de México, Ígitur, Letralia, Nueva York Poetry, Altazor, Algarabí y Jus . Es publicado de forma habitual en Revista Anestesia , a través de su columna “Los textos del náufrago”. Es parte del catálogo de autores del INBAL. También es director del Festival Universitario de Literatura y Arte, Creador y director del Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía (respaldado por el Fondo de Cultura Económica), y coordinador de publicaciones de la revista Blanco Móvil, en su sección de narrativa.Publicado en la Academia Uruguaya de Letras, en España, Italia, Perú y Venezuela, su obra ha sido traducida al inglés, ruso, griego, serbio, checo e italiano. Correo electrónico: sesilu7@yahoo.com.mx
1 comentario:
Me encanta la poesía que me hace vivir de nuevo. La que es capaz de observar las cosas frágiles de la vida. Gracias.
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