viernes, 22 de febrero de 2013

ALGUNAS PALABRAS SOBRE “CONFESIONES DE UN DESCREÍDO” POR PAOLO ASTORGA.




ALGUNAS PALABRAS SOBRE CONFESIONES DE UN DESCREÍDO

Por: Paolo Astorga

Confesiones de un descreído (Eclosión editores, 2012) de Manuel Luque, es la realización de una lucha silenciosa y quizás una de las más marginales de todas las luchas posibles: Difundir poesía peruana desde diversos discursos, posturas, promociones, ideologías y estéticas, sin la necesidad de ser de “la argolla” o ser la primera vedette “re-conocida” de la octava parte de una página en algún medio escrito. Lo que Manuel Luque intenta con este libro, es un acto suicida que bien podría ser analogado con la acción de un kamikaze que se enfrenta a los cánones y desde su poder difusor, creativo, fresco, con ganas de decir y de mostrar crea su propio canon, una muestra diversa de poesía que realmente se disfruta como se disfruta en una feria gastronómica diversos platos del Perú y es que muchas veces los autodenominados generación 2000, nueva promoción, los recontra novísimos, muchas veces no pasan de ser simples fast food donde lo importante es cómo se ve la comida, pero no su sabor, su valor nutritivo.

Como se observa la idea de Luque es clara: Combatir esa posición miope y mira ombligo de algunos poetas y medios culturales donde pesa más lo que eres: Tu nombre, tu universidad de procedencia, tus amigos, tu look o tu plata y no mucho tu producción literaria. Sé que Luque es consciente de que esta muestra de poesía peruana actual tendrá una tarea titánica para hacerse un espacio en la movida literaria limeña que no solo ha perdido espacios centrales que aunque pequeños eran muy significativos, me refiero a espacios como el Yacana, el Bar Zela, La Casa de la Literatura que es muchas veces un cementerio abandonado, El Centro Cultural de España que en muchas ocasiones solo alberga a los que “son poetas” o son “consagrados” y no a los que andan por allí tratando de decir algo más que neobarroco, neobarroco, neobarroco. Señores, están desapareciendo o reduciéndose lamentablemente al hermetismo de ser solo un círculo vicioso de franeleo, compadrazgo y autobombo. Sin embargo, creo firmemente que Confesiones de un descreído con sus 22 poetas que estoy seguro y les puedo apostar una riquísimo plato de tocosh que el editor de dicho texto no es ni siquiera el “Gran Amigo” “El chocherita” de muchos de los poetas que están en el libro. Es más, Manuel para lograr este impecable libro ha hecho extensiva una convocatoria que para algunos fue como un chiste: “Qué, me vas a publicar, jajajajaja, ya sé, si te paso mi texto, después de unos meses me vas a pedir que te dé plata para que salga el libro”. Puedo decir a este comentario que Manuel hasta el momento lo único que ha ganado es mis respetos por tamaño salto al abismo de la incertidumbre, pues, una cosa es ser poeta en el Perú y ser Superman, pero otra más rara y marginal es ser un poeta que publica a otros poetas e intenta vender ese libro de poemas en el Perú. Por esta razón puedo decir sin que me tiemble la mano que esta muestra cumple de manera fidedigna su objetivo de ser una muestra de poesía, en tanto se puede observar su intención de ser diversa, descentralizada y sobre todo es una de las poquísimas muestras donde podemos interactuar con los monstruosos vates y sus posturas sobre la literatura y el arte poético en sí. Y es que en la poesía que se hace en Lima existen dos posibilidades de difusión: Ser de “la argolla”, de los que en nombre de Conan “ya tienen el poder” y son vacas, borregos o carneros consagrados; es decir, mueven sus ediciones a granel, se promocionan como sea, se presentan como lo “ya no ya” en los medios, pero todo se desinfla al saber que en la cuestión que vale la pena (la poesía) son simples wachiturros que se esfuerzan por edificar pedestales para bustos de arena. Ahora bien, un segundo grupo, uno más honesto y hasta inocente, es el de Luque que buscan difundirse sí, pero a la vez difundir al resto, poniendo siquiera el ánimo de abrir campo a nuevas voces, nuevas propuestas creativas. Pues como ven la finalidad de esta muestra es crear redes, contactos que permitan no hacerte el “famoso poeta” Best-seller, sino simplemente hacer más visible a la poesía como una actividad de interacción colectiva. Y es que Luque es un descreído de que los poetas y la poesía actual, la de ahoritita nomás, se puede contar con los dedos o se puede encerrar en tópicos generacionales o en estudios críticos que ningunean y excluyen. No, estoy convencido de que esta muestra busca más que ser comentada, desea, requiere ser leída con urgencia y placer. Entrevista y poesía, poeta tras poeta, no se nos muestra como un referente, sino como un disfrute que puede hacernos sentir miel o hiel en cada lectura; pues se intenta encender en nosotros un ánimo angelical, pacífico o demoniaco y dantesco, pues repito, su finalidad no es convencer sobre la importancia de tal o cual poeta de la muestra, sino crear un lazo comunicativo desde la persona (el poeta entrevistado) y su poesía (la carnecita, lo que importa). No digo ya que las muestras y antologías están de moda, sí, pero más que encerrar lo no encerrable en unas cuantas voces sobrevaluadas; una muestra de poesía es lo que genera ser difundida: El contacto de muchas voces a veces contranatura con lectores de poesía, con gente nueva que espera también mostrar lo suyo, con nuevas propuestas, nuevas ideas y nuevos espacios, que la titánica labor de Luque y Eclosión editores están concretando con buenos logros y provechosos augurios. Pues bien, querido lector, la invitación está dada: júzguese, ámese, ódiese o lo que sea, pero más allá de mirar, disfrute, que la poesía es eso, sino no es nada.

Paolo Astorga
Santa Anita, febrero 2013


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