“ME
USA, BREVÍSIMA ANTOLOGÍA ARBITRARIA, PERÚ /URUGUAY”
El
poeta no reposa, porque todo lo retiene y le enamora, su ser tendría que
despedazarse; tendría que morir si eligiera.
María Zambrano
Por: Miladis Hernández Acosta
Más allá de la impronta literaria, de
los posibles nexos, y de la sobreabundancia de excelentes voces, esta Antología:
especie de coro, de manifiesto indentitario, de logos cohesionados, logra trascender
dentro de los ámbitos de la contemporaneidad, en consonancia trasciende la
vasta dimensión universal, y se perpetúa como un libro de honda atmósfera espiritual.
El afán de sus concurrentes no es
historiar grandes acontecimientos, sumergirse en propagandas, prefijar
actuantes políticos, ni siquiera descarnar propósitos seudo-revolucionarios. No
exhiben posturas nihilistas, ni presuntas
filiaciones. Tampoco es un
prototipo de un programa de lucha,
ni es una apología ridícula de una América Latina
que se ofrece deslucida. Esta muestra es
ante todo eticidad, reflexión, madurez de dos naciones, interpretaciones heterogéneas
de un crucial examen a los problemas políticos, culturales y sociales actuales.
Me USA puede sugerirnos muchísimas
coordenadas, no sólo porque ya sabemos que, cualquier poder, o cualquier orden
pueden utilizarnos, o porque el término, o la sigla USA puede evocar la nación norteamericana. Variadas
serían las lecturas. El lector puede elegir la suya. Lo cierto es que, en esta Antología se cristalizan una suma de
opiniones, se entremezclan formidables visiones de lo trágico esencial en toda
la diversidad de sus manifestaciones: Dolor, pobreza, desaliento, desigualdad,
rigidez, soledad, racismo, doblez, y
hasta el delito de la homofobia.
Los temas rayan en torno a distintos fenómenos del nuevo milenio. Espejismo o lastre del legado con el pasado siglo XX, que
van desde las convulsas crisis, las
contaminaciones, los límites, el imposible cotidiano, reivindicación colectiva,
marginalidad, futuridad, caudillismo, alcance de realizaciones, contención o
búsqueda de soluciones.
Los poetas se encaminan más allá de las
tradiciones a proyectar senderos: vocaciones que se afirman en un dialogo
estrecho con la caótica realidad. Experiencias de distintos sustratos sociales,
todas las desmesuras de la llamada globalización; aciertos o desaciertos,
ventajas y desventajas, antagonismo de conciencias sociales, de sujetos que
encaran los problemas de un mundo globalizado.
Podemos percibir que estos autores,
(uruguayos y peruanos), nacidos entre 1984 y 1985, problematizan con mucho
desenfado, y actúan como acicate para reorientarnos.
Es obvio que respiramos una perenne
inconformidad. Es evidente que se presencializa una ruptura de cánones y de
restricciones.
Los herederos de César Vallejo, y por su
parte los fiduciarios del insigne Bartolomé Hidalgo, se identifican
por un ahondamiento en la pertinente realidad,
se extrapola una suerte de impasibilidad, de un acendramiento ideoestético, y de un plural cultivo de las formas en sus
más variadas y disímiles propuestas.
Al
mismo tiempo en este grupo se disuelve una imperiosa originalidad de expresiones, de rupturas culteranas y conceptistas. Los
poetas asimilan la poesía como ejercicio
de conocimiento, como búsqueda de intelección de la realidad para revelar la
condición humana: la cívica postura humanista.
La fusión de las ideas, el equilibrio en
cuanto a la calidad de los textos seleccionados dignifican y legitiman la
pretensión de sus autores, y el propósito último de sus antologadores. Gladys Mendía, y Raúl Heraud, cercanos a mí, propenden a juntar tomas de conciencia, y más
que eso, activan con claro juicio de selección un coherente vinculo de
estéticas que van desde los desgarradores textos posmodernos, hasta la ultranza de mixturas transgenéricas.
Resumiendo se puede predeterminar una
profunda angustia de raíz social, de exabruptos y tensiones. Los poetas están
llamados a testimoniar las desgarraduras, las privaciones, las violaciones, el
derecho ontológico de cada espíritu humano a la existencia. Cabe citar las
ideas de la genuina filósofa española María Zambrano cuando establecía que...
“La poesía unida a la realidad es historia. Pero no es preciso decirlo así, no
debiera serlo porque la realidad es poesía y, al mismo tiempo, historia”.
Los poetas aquí convocados trascienden
la dimensión ontológica de lo real, operan cada uno con sus particularísimas
experiencias. Dicha fruición, dicho enlace portan un jubilo consustancial a los
elementos integradores del Ser. Los poetas aquí convergen pero cada
uno se ramifica con su propio libreto. Las frustraciones, el vacío, las
carencias de aptitudes para cambiar todo cuanto se deba cambiar es quizás el
denominador común, pero cada uno proyecta su guión, y cada uno preestablece su
propio drama. INTERPRETEMOS EL CORO.
HAGAMOS HUELLAS.
Miladis Hernández Acosta.
Princesa de la
poesía cubana.
9 de Junio. 2 de la madrugada.
Calor de Géminis. Guantánamo,
Cuba.