sábado, 22 de noviembre de 2008

"Sin llegar a lo invisible" de Paolo Astorga


Paolo Astorga, poeta de la casa, cantuteño de corazón y creación, amigo y compañero de ruta acaba de publicar un nuevo poemario “Sin llegar a lo invisible”, vía su Editorial electrónica “Remolinos”. Eso sin contar el mismo texto que se puede hallar en "CD - BOOK" regalado por el propio autor.

Con respecto al poemario el vate nacional Raúl Heraud nos dice: “Sin llegar a lo invisible” del poeta peruano Paolo Astorga, Lima, 1987 (Editorial Electrónica Remolinos 2008), nos introduce a un mundo en el que se mezclan la desesperanza y la resignación, la soledad y la nada; la oscura cotidianidad retratada cual pintura expresionista, cual trágico titular colgado como res de algún puesto de periódicos; el poeta nos muestra la imagen de un mundo soterrado donde la plenitud no es posible, donde la vida se ensombrece a pesar de su lucha por encontrar el equilibrio.

Desde aquí saludamos la iniciativa del enllamado poeta, Paolo Astorga, por incendiarnos nuevamente con su poesía.

Para muestra les dejo estos cinco poemas.

PRIMER MINUTO

Arrastro un cuerpo herido, mil voces maldecidas de quebranto,
arrastro un verbo silencioso, ardor de muelas detrás del infinito,
el árbol que canta tu ignorancia, la vereda encharcada nos dice lo mismo
volver a ser eternos nos será imposible y no habrá retroceso
para la carne que se aglutina en nuestros puños, voces, voces,
largas voces destruyeron falsas miradas de nostalgia,
he muerto por un miserable plato de comida
y digo salud a todos y digo salud a todos,
que mi carne es dulce y trato de correr detrás de los espejos
mi boca enllamada de soles finge sordera, finge soledad
abrí las piernas mujer, abrí las piernas,
dolorosas calandrias sucumbieron ante la sangre de los arbustos azules
Diosa mía, qué razón hay sin ti ni tus vestidos estrellados?
Diosa mía, mis ángeles te devoran, te desmiembran mientras cantan
que hemos perdido la batalla, que nos han cortado las manos
y acaso todavía surge de este infierno una flor
que nadie sabrá nombrar
sin antes haber ahogado en el río
el mismo ataúd que se ha enfrentado a la tarde
tan sólo para crear una palabra no menos luminosa
que una sonrisa distante, deformada por la niebla.

ORACIÓN

Dame fuerza para encontrar esa mañana
Donde dejaste una paloma desecha por el tiempo,
Dame fuerza para dejar mis manos en aquellos árboles amarillos
Donde colgamos una sombra desnuda latiendo,
Dame el sigilo de los que no te temen,
Dame la hora precisa para asechar un revólver hecho de victoria,
Dame la luz, dame el sol, el cielo, el polvo,
Finge que me oyes
Pero dame un cuerpo, ¡Oh inmortal incendio...!

DESNUDO

"quítate la piel
las tripas los ojos
y ponte un alma
si la encuentras"
Blanca Varela.

Quítate el puñal clavado en tu espalda
quítate el polvo fétido que carcome tu piel
desnúdate el pecho
cambia tu rostro y vuelve al suave ruido que te busca
que te acerca a las absurdas páginas de un diario
que te desmiembra la voz
y luego permanece de pie hasta morir,
morir
y volver a morir
mientras ya no tengas más que quitarte.

Quítate la sombra de encima
destroza tu foto pegada en espejo
no llores
no seques tus lágrimas imperfectas en esta desolada generación
que ha llamado a renacer
en un palacio de cenizas
y caras cortadas, planeadas para devolver tus huesos húmedos
y tristes
a la misma caja de zapatos
donde alguna vez soñaste que te crecían tibias alas
entre tus cabellos manchados de sangre aún equivocada.

Pues ahora un sonido, cualquier sonido
te hace desaparecer,
desaparecer para siempre.

BALADA PARA YESELYN

Desnudo, aquí me tienes, las sombras extrañándote otra vez
han desafiado a todos los muros,
mientras él se preguntaba a qué hora abrirías tu sexo
como una boca que irremediablemente será triste, oceánica, infame,
qué tardío será el día,
me han destronado nuevamente los búhos de mi absurdo dolor
mientras escribo aplausos y voces de ovación
para que me arrastren los mismos placeres, la misma sonrisa fingida,
qué triste será el infierno al anochecer una promesa diluida en tus cabellos,
ya lo sabía, miro a tus manos purificando una memoria
y me dices que asco, que asco es verte,
pero tú ya sabes que mi ojo retumba como un violín atravesado por espadas
sabes que he llegado sucio y sudoroso a tu coronación,
eras un incendio, una gran ciudad imperceptible, deshabitada,
y yo quise tirarme de aquel quinto piso de un edificio blanco
un 28 de enero de 1999,
ya me veías, reías de mí, de mi fingida oscuridad
y el corazón que se quejaba de un frío tremendo entre las sienes.
Escupiste en medio de la pista
y me gritaste: “así pagamos las vírgenes”
La niebla te había hecho luz;
un extraño corazón
fuera del universo.

YO QUISE SER EL MUNDO

Otra vez el charco incólume, la patria durmiente,
otra vez noche de asfalto y frontera,
escribo y el desierto hace hombres sin espaldas, estómagos andantes
bajo la frágil garúa que no te ha nombrado, que no te ha dado la Verdad
instalando al ser y la nada, el designio que oscurece un par de ojos vagos
y el tránsito pariendo lascivas estrellas y un muchacho quiso ser el mundo
y se tiró de un puente o salió del cine inflando sus pulmones
a contemplar forzosamente la ciudad y sus cuerpos interiores,
la máscara enjuta de un cielo reventado por las masas
qué sería de mí, sin mis dioses, sin maletines y corbatas,
sin los postes que han predecido en tus ojos un fuego extraño
que ni el sol podrá ver. Es el fin, chocan dos autos
aprieto el acelerador, Lima ha vuelto a ser la extraña humedad de un beso,
apariencia infinita de un abrazo, mirada extraviada soportando una memoria;
ya no hay segunda muerte después del otoño
ni otra muchacha con un sexo sin angustia.
Yo quise ser el mundo detrás de las paredes y los postes sin insomnio
me hablaron de poesía y de mujeres
de borrachos y muñequitas de goma,
pero ahora ya no soy la luz, ahora ya no soy el mundo
ni la sangre derramada que escupo, ni el triste rencor de los que jamás regresan
a la soledad que todos juzgan, violan, tiran al río y olvidan
al perderse la luna detrás de las ventanas
y las eternas velas que aún no terminan de encenderse tras la noche.

Paolo Astorga Requena (Lima - Perú, 1987). Es estudiante de Literatura y Lengua Española de la Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle" - La Cantuta. Es miembro fundador del grupo literario cantuteño “Letra en Llamas”.
Es Director y editor de la revista digital de creación literaria "Remolinos".
Ha publicado los libros de poesía: Anatomía de un vacío (editorial electrónica Lulú 2006) y Sin llegar a lo invisible (Editorial electrónica Remolinos 2008). Ha editado vía Web la I antología digital de poesía La Voz del mundo (2006) y la II Antología digital de poesía Una voz en el abismo (2007) las cuales reúnen en su conjunto a más de 50 poetas de diferentes lugares del planeta. Ha sido publicado en las antologías: Reflejos del Alma (Lima-Perú, 2005) y Poetas Solidarios (Almería-España, 2007). En el 2006 y 2007 fue Finalista del II y III Premio Internacional de Poesía "Desiderio Macías Silva" y ganador del segundo lugar del III Concurso Internacional "Revista Hybrido" Modalidad Poesía. Últimamente ha lanzado vía web un proyecto de edición gratuita de libros digitales llamado: Editorial electrónica Remolinos. Su trabajo creativo se encuentra en revistas literarias tanto físicas como digitales.

Si alguno de ustedes desea leer el poemario, de manera completa, les alcanzo el siguiente link:

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