jueves, 8 de octubre de 2009

Feria del Libro en Arequipa por Miguel Ildefonso.


Feria del Libro en Arequipa

Estar en la I Feria Internacional del Libro de Arequipa para presentar Los éxtasis del Incarrey. Antología poética (1989-2009) del poeta José Pancorvo editada por la arequipeña Cascahuesos Editores fue muy importante para conocer un poco más de la movida literaria que se da actualmente al sur del país. Es así que en la noche de la presentación multitudinaria del hiper-supra-mediático Jaime Bayly, en el auditorio “Oswaldo Reynoso” se dio lugar un interesante conversatorio sobre narrativa actual: “Reunión de Cuentistas del Sur del Perú”. Entre los participantes estaba la narradora Gabriela Caballero Delgado (Cusco, 1977), autora del libro de cuentos Los relojes de Adela (Cuadernos del Sur. Tacna, 2009). “Cuentos entretejidos en torno a la soledad, el intimismo, la incomunicación, los celos y el amor; bajo la perspectiva de lo fantástico”, reza en la contraportada. De ella ha dicho Eduardo González Viaña: “Tiene una gran habilidad para explorar los mundos interiores de sus personajes y para ser todos ellos y ninguno. (…) El lenguaje es por otra parte límpido y muy plástico”. Son diez cuentos que, efectivamente, apelan diestramente a la técnica de la punta del iceberg o al final sorpresivo, entre otras cualidades. El perfil del desencuentro (Cascahuesos Editores) es la antología personal de José Córdova, joven poeta que co-dirige la revista “Ablaciones”. Poesía existencialista, en donde se encuentran lo absurdo y el amor como fuerzas que tratan de dar y no dar sentido a la vida. Aquí un poema:

Uno

soy un hombre pequeñito
descuajado en la distancia de mi absurdo pensamiento
y como estatua que se afila
mi expresión refleja el centro de la piedra
y me astillo contra el viento en mi pecho
donde siento concebirme en cuclillas
/con mi tos/ de una especie disfrazado
con su solo movimiento natural: ¡nominativo!


apenas soy un solo hombre
omnívoro de la palabra
siempre tribal siempre de acá /o acá/ _ físico digamos (por no decir
total) _


y hago las veces de nombre
mientras los cabellos – y algunas lombrices - me bailan
montados a pelo
en tiernas virutas de viento
limpiando mi rostro dentado que traje – al final – vestido de días
viendo al humor que se rompe la frente
y puesto de ser ancestral: ¡copulativo!


así: sin parpadear y por mis manos
voy pequeñito y de prisa, siempre ¡total!
siempre detrás de mis (…) pupilas en celo


En los recintos de la Feria se presentó también Balada de la piedra que canta (Grupo Editorial Dragostea. Arequipa, 2009) del limeño Juan Pablo Mejía (1982), editor de “Paracaídas” y director de la revista “El Jinete de la Tortuga”. Esta opera prima es un diálogo con sus fuentes: Pizarnik, Wesphalen, Eielson e Hinostroza, principalmente. Poética que apunta a los elementos y al desasosiego, “igual a una ventana abierta/ en dirección al ocaso”, para desenmascarar a esa “realidad inexpugnable”:

Evocación

O homen que dorme imagina paraísos.
O homen que dorme é melhor do que os mortos.
Joaquín Cardozo

Envejecer como las piedras,
como la corteza de los árboles en otoño.

Abandonar la fiesta secreta de ríos y pájaros
que noche a noche contemplo
sobre el desborde boreal de tu cabellera.

Envejecer como el universo
morir como las estaciones
y dormir

dormir
callando lo que es impronunciable.

Y como broche áureo, un poema de José Pancorvo:

Canción desde cualquier mundo

Ebrietas supersubtantialis dicitur propter
Excessivan abundantiam luminum divinorum

te vas a un mundo donde ya te espero
porque ya en todo mundo estoy despierto

imposible escaparte ni a sueños
y así ya no hay ningún secreto

llegas a mundos donde ya te siento
porque todos los mundos son espejos

que te veo
te beso y te despierto


Miguel Ildefonso
Portada del Sol, 2009

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