“APU KALIPSO / PALABRAS
DE LA BRUMA DE JOSÉ ANTONIO MAZZOTTI”
Por:
Miguel Ildefonso
Apu Kalipso / palabras
de la bruma
(Hipocampo Editores, 2015) de José Antonio Mazzotti (Lima, 1961), destacado
miembro de la Generación Poética del 80, es una obra de fulgor lingüístico, de
barroca imaginería e ingeniería estructural. Como dice Doris Sommer en la
contracarátula: “Apu Kalypso, el
brillante título de este libro, es una combinación de la deidad andina y la
seductora ninfa de la mitología griega, que juntas connotan el Apocalipsis.” Se
sintetizan dos momentos (es el fin y es el nacimiento) y dos mundos: aquí la
simbología marítima sirve para enlazar esos dos mundos contrastados (occidente
y la bautizada América, la de México para abajo). El resultado es una amalgama
intensa de discursos en donde dialogan la historia, la mitología, la literatura
y el eros. "Hay una fuerza exultante, una celebración de la buena fortuna,
cuando un escritor se reconoce como testigo del amanecer de una cultura que se
está dibujando a sí misma rama por rama, hoja por hoja, en esa alborada de
autodefinición," decía Derek Walcott.
Cochas
Dedo de río
cabalgando sobre la gamuza
Paisaje en
miniatura de la vía láctea
Hasta aquí
he llegado para buscar en tu
Barriga
nebulosa el batracio de luz
Quiero
mirar sus aletas estirando rocío
Airear su
ignorancia de milenios por donde
Se pisa el
silencio de estar en esta bola
Mirando los
luceros hasta encontrar un signo
De pronto
una sirena se levanta del fondo
Los
cabellos se le erizan de hermosura azul
Los ojos se
le erectan como dos orquídeas
Ardiendo en
la sombra de su tímida calma
Ella seduce
al viajero como una lluvia la balsa
Lo lleva
por castillos de amatista adonde no
Puede
llorar para salvarse y se quema
Abandonado
como un huérfano en la noche
En ese
laberinto yanamayu se presenta
Señora de
las boas de los fondos limosos
Allí lamen
su escama las perlas de los peces
Y le abren
paso ante la gruta dentada
Ella te
habita como el alma la montaña mágica
Como una
bocanada de aire puro los pulmones
Como la
inercia de la ola que no encuentra
Consuelo
entre las piedras de la playa dorada
Estruja tus
tobillos de placer infinito lamiendo
Las
comisuras de los dedos líquidos que soba
En su
camino sinuoso que se escurre en la noche
Como el ave
en el aire o el hombre en la hembra
Así
desapareces en la bruma encendiendo cien ojos
El cielo
toca por primera vez la hondura infinita
Goza la
gloria tu ligera turbulencia que sólo dice
Las letras
del vacío cuando ya eres un recuerdo
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