“PUERTOS
DE SANTIAGO”
Por: Miguel Ildefonso
Santiago Risso (Lima, 1967) acaba de publicar
Puertos. Antología personal (Alejo
Ediciones). Poeta, periodista, promotor cultural y editor, Santiago desde
inicios de la década del noventa ha trabajado activamente en todo lo
concerniente a la cultura. Una labor que conocemos sus compañeros de promoción
poética, la “del 90”, cuando en su Centro Cultural Mammalia organizaba
inolvidables recitales. Allí desfilamos decenas de jóvenes poetas, que
superábamos el miedo a los apagones y bombas para leer en voz alta nuestros
primeros poemas. Santiago editó en 1996 la primera antología de la década (“La
generación del noventa”). Ese desafío al terror y al silenciamiento queda como
una escuela hasta hoy, bajo la guía prístina de la poesía. Santiago, merecidamente,
está celebrando los 25 años de Mammalia y esta vez con su antología que,
dividida en dos estaciones, recoge
poemas de sus libros: Rey del charco
(1995), Cuesta (1999), Trasmutaciones (2000), Prosa de Nueva York (2003) y Hospital Callao (2007). Su poesía se
diversifica en propuestas que recogen, a partir de la reflexión y la exaltación
vitalista, lo más lúdico de las vanguardias como la poesía visual; pero también
con afinidad a la lírica clásica, entiéndase los haykus o la poesía del
Romaticismo. Pero, tal como caracteriza a la estética que se practicaba en los
noventas, su poesía tiene una fuerte influencia de lo urbano. Entre la
meditación reveladora (“Maestro/ ya caí en la peste/ y no quise/ y sí quise/ confírmame/
ahora/ si el dolor es eterno/ o si tengo/ una sola esperanza/  y un par de alas nuevas”) y la crónica
totalizante (Zurita:/ El mar del Callao está picado./ Las olas revuelven
incontenibles garfios,/ bateas, escafandras/ y demás pecados mortales./ El tono
muscular del paraíso/ es gris vespertino/ lejos, lejos, lejos “Lejos,/  —no son— esas perdidas cordilleras de Chile…”),
vamos recalando en estos puertos existentes, algunos serán revividos de sus
naufragios, otros lectores saciarán su sed y volverán a la mar; otros se
quedarán esperando quién sabe qué en el muelle, sin adentrarse a tierra firme. La
poesía nos señala un deslumbramiento, un eterno presente, como vemos en estos
dos poemas.
Evolución
todas las páginas
de mi destino 
fueron dibujadas 
en los cómics rupestres 
que observo
en el libro de historia natural 
la edición es de 1967 
año que me recuerda 
mi primer llanto
y aquellas páginas 
amarillentas
ahora 
me dicen
como un llanto raudo
y cíclico
que mi destino
reposa en el azul 
cobijo
de un siguiente llanto
esta vez seco 
y de páginas
pulverizadas
Madre vs.
Padre
mi padre 
transita 
frente al río
pisa la rama 
el rocío es herido
por el viento 
y de pronto 
un charco profundo
inunda el parabrisas
es mi madre
con todo el amor
del mundo 
cae como la lluvia 
en la noche 
que ambos
frente al río
dibujan
mi nombre

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